Eduardo Rosa: "Ha sido un regalo poder aprender de todo el reparto de 'La casa de las flores"

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En apenas unos meses, Eduardo Rosa ha pasado de dar el gran salto con su primera serie, Presunto culpable, a sumar dos de los títulos más esperados de la temporada. “Estoy viviendo una etapa emocionante. La verdad es que apenas llevo dos años trabajando profesionalmente y han resultado increíbles”, cuenta ilusionado. “Ha sido como una montaña rusa de emociones y estímulos positivos. Aunque también hay otras propuestas que se caen y he estado a punto de hacer. Estoy empezando a vivir lo que otros actores te cuentan que es el pan de cada día”.

Su estreno más inminente llega directamente a Netflix. Se trata de la segunda temporada de una de las series de habla hispana más exitosas de la plataforma: La casa de las flores. “Ha sido increíble la experiencia que he vivido en México, poder conocer todo aquello y adentrarme un poco en la familia De la Mora. Estoy deseando que la gente la vea”.

En ella interpreta a Alejo, un tipo con un pasado peculiar y con carácter extrovertido pero nada frívolo (“cuando veáis la serie entenderéis por qué es así”). Si el rodaje al otro lado del charco ha sido una experiencia inolvidable para Rosa, no lo ha sido menos el trabajar con un reparto repleto de caras conocidas como Paco y María León o la estrella de la ficción, Cecilia Suárez. “Todos llevan muchísimo tiempo trabajando, ha sido un regalo poder aprender de ellos. Recuerdo el primer día que me puse frente a Paco León. Fue muy extraño, porque yo le veía en la tele cuando era más joven y le imitaba en el salón de casa”.

Tampoco se queda corta la lista de actores y actrices junto a los que ha trabajado en su otro gran proyecto, Legado en los huesos, la segunda parte de La trilogía del Baztán, dirigida por Fernando González Molina. “He trabajado un montón con Pedro Casablanc y Francesc Orella. También estaban Marta Etura, Carlos Librado ‘Nene’, Paco Tous, Ana Wagener… Es un reparto espectacular que me dobla los años… pero en experiencia”.

Un rodaje que le ha llevado por Navarra, Barcelona y Francia, en el que se ha metido en la piel del joven subinspector Goñi, con quien tiene varias similitudes. “Es un chico que llega nuevo a la academia de policía, una situación muy parecida a la que yo estaba viviendo como actor… Todo el tiempo está intentando ser partícipe, útil y aportar”.

Su principal objetivo es crecer continuamente como intérprete. “Lo que más me importa es estar a la altura de las oportunidades que me han dado”, afirma. Una actitud que no ha cambiado desde que dio su primer paso en esta complicada profesión. “La emoción y la ilusión es siempre la misma. Comparado con los profesionales con los que me cruzo, soy un completo principiante. Intento siempre hacerlo mejor y mantener los pies en el suelo”. Una carrera en la que mantiene la vista al frente. “Me apetece trabajar en buenos proyectos e historias, ya sea en cine, televisión o teatro, que me encantaría”.

 

Tres... y acción

Eduardo Rosa, junto a Pablo Rivero y Rubén Ochandiano representan tres de los múltiples caminos que puede tomar una profesión tan gratificante –a la par que complicada– como es la interpretación.

Experiencias diferentes que se materializan en los importantes proyectos de cine, teatro y televisión que los tres actores presentan estos días.