Su segunda novela, Penitencia, es la confirmación de que Pablo Rivero, tan conocido por su participación en la serie Cuéntame, tiene una gran ambición como autor literario. Y es que no solo le gusta contar historias cuando interpreta.
La pasión que transmite Pablo Rivero cuando habla de sus novelas es contagiosa. No es de extrañar que cada vez sean más los lectores que se hacen adictos a sus novelas (“me encanta que ver que me escriben algunos preguntando ya cuándo sale la próxima, o que a raíz de leer Penitencia corren a leer la anterior, No volveré a tener miedo, si no lo habían hecho ya”). Cuando Penitencia empieza su camino, Rivero ya tiene una tercera novela casi lista, y una cuarta ideada. “La cuarentena ha sido de lo más productiva”, explica. “Mi editor ha visto que lo mío con la literatura no era un capricho; me ilusiona mucho cada novela, estoy pletórico. No sentía tanta energía trabajando desde hace mucho”.
Se considera muy afortunado de poder jugar tanto cuando se pone a escribir (“investigas, estructuras, te quedas por las noches escribiendo… Es un salvavidas para mí, no a nivel económico, pero sí por las satisfacciones que me da”). Cada vez domina más el oficio, y cuando escribió Penitencia notó lo que hace el dedicarle tanto tiempo. Si se le pregunta por autores de referencia, enseguida le vienen a la cabeza dos nombres: “Emmanuel Carrère y Pierre Lemaitre”.
Cabe pensar que, a día de hoy, tras veinte años trabajando como actor en la longeva serie Cuéntame cómo pasó, lo suyo es casi como un funcionariado. “Lo es si lo entiendes por la parte económica”, puntualiza. “Pero Cuéntame exige estar a tope, y de ahí su éxito, porque lo damos todo. Es verdad que me permite elegir qué otros proyectos me interesa hacer, o dedicar el resto del tiempo plenamente a escribir”. Volverá a grabar en septiembre, así que aún tiene unos meses por delante para pulir su tercera novela. “Desde que empecé a estudiar tuve claro que me gustaban por igual la interpretación y la escritura”, recuerda. “Han ido muy ligados para mí, y siempre he estado escribiendo”.
Penitencia lleva con él muchos años; de hecho, la tenía avanzada cuando publicó su primera novela. Ya entonces obvió que hubiese gente que no aceptara que comenzara una trayectoria como escritor cuando para todo el mundo es Toni Alcántara, su personaje en Cuéntame. “Quienes dicen eso, normalmente no me han leído, no conocen las otras cosas que hago”, apunta. “Tardé mucho en dar el paso por pudor, y ahora ya voy a por todas, porque tengo muchísimas cosas que contar”.
«Tardé en dar el paso de publicar mis novelas por pudor, y ahora ya voy a por todas»
En Penitencia ha querido narrar, en clave de thriller, las vivencias de un popular actor televisivo, que tras veinte años interpretando a un asesino en la serie más longeva de la televisión española –inevitable ver el guiño a su propia experiencia–, decide irse a vivir a una casa alejada de todo, para huir del acoso mediático, sin saber que la casa de al lado esconde secretos y misterios que pondrán su vida patas arriba.
Al preguntarle, Pablo Rivero confiesa que siempre ha sido muy miedoso. “De hecho, creo que la clave para saber transmitir bien el miedo es reconocerlo”. Recuerda que de pequeño se aterrorizaba a menudo. “Vivía obsesionado por las películas de miedo, los personajes psicópatas, de vampiros… Me tocaban tanto que los tenía siempre muy presentes”. Ahora, en ocasiones, el miedo se lo provoca él mismo. “Escribiendo la siguiente novela lo he pasado mal algunas noches”, confiesa. “Toco un tema escabroso para el que me inspiré en una noticia real muy turbia, y ha habido noches de estar mirando para atrás continuamente mientras escribía, asustado, si oía un ruido extraño”.
Asegura que todos sus personajes tienen parte de él pero, obviamente, Pablo no se ha enfrentado a experiencias tan inquietantes como las que cuenta en su segunda novela. “Aunque todas surgen de algo que he vivido. Penitencia nace a raíz de mis experiencias, cuando aún vivía en Malasaña, con una vecina que me sacaba de quicio, y que fue capaz de que aflorara lo peor de mí”, confiesa entre risas. “Como mi cabeza está siempre conectada con la novela de misterio, así surgió la génesis”.
«La clave para saber transmitir el miedo es reconocerlo bien»
El hecho de que el protagonista sea actor, como Rivero, también le ha permitido volcar experiencias propias en Jon. “Hablo de la penitencia que hay que pagar por la fama, ironizo sobre la vida del actor, las idas de olla que tenemos, el egocentrismo, cómo utilizamos la popularidad según nos interesa o no… Me parece interesante utilizarlo en un thriller trepidante, para evitar el encorsetamiento habitual de la novela negra”.
Pablo Rivero está muy alejado de la vida que asociamos a un actor de su popularidad. En su casa a las afueras de Madrid, sin dejarse ver habitualmente –ni antes de la cuarentena– en eventos sociales… Con lo que, al preguntarle qué le parece que este año el Orgullo LGTBI se tenga que vivir desde casa, online, no supone para él ningún cambio en sus rutinas. “Es una pena, pero si se toman decisiones tan drásticas es por prudencia, y es mejor que los organizadores pequen de prudentes que de lo contrario”, reflexiona. “Al final, la mejor celebración es la del día a día, que todo el mundo tenga en cuenta todas las libertades. Si se cambia el evento por el respeto durante todo el año, lo prefiero”.