Miguel Ángel Muñoz adora a su abuela, Luisa Cantero, a quien llama Tata. Tanto que fue ella quien estuvo en el plató de MasterChef Celebrity cuando el actor ganó el concurso de cocina de TVE. Como cada año el actor ha reinvidicado el Orgullo LGTBI en sus redes sociales «Viva el Amor, el Respeto y la Libertad», posando delante de un arcoíris. Además ha subido stories con su abuela, demostrando que sus valores de tolerancia y apoyo al colectivo le vienen de familia. ¡Cómo no les vamos a querer nosotros también a ellos!
Miguel Ángel pasó la cuarentena con ella, y juntos crearon la CuarenTata, un post diario en su Instagram que se convirtió en todo un fenómeno en las redes. Tanto que hasta han dado el salto al otro lado del charco y lo han entrevistado en el programa Despierta América, de Univisión. Pues esa CuarenTata se ha convertido en el mejor zasca para todos los intolerantes LGTBI que, aunque parezca increíble, siguen existiendo.
Luisa Cantero tiene 95 años, y en estos post diarios con Miguel Ángel Muñoz ha demostrado tener una apertura de mente mucho mayor que la de algunos de los jóvenes que proliferan hoy día.
El fenómeno ha sido tan grande que muchas personas LGTBI se han puesto en contacto con ella para hacerle preguntas, en especial personas transexuales. Los comentarios de la tata (insistimos, 95 años) son de una lucidez pasmosa y, repetimos, el mejor zasca para todos los intolerantes.
Miguel Ángel Muñoz está muy pendiente de su tata. «Digamos que la primera parte de mi vida, la tata me cuidó a mí, y la segunda parte de mi vida pues yo la cuido a ella todo lo puedo. Tenemos una relación muy especial», le dijo a Jesús Calleja en su programa. Está tan preocupado que, para comprobar que todo va bien, hace unos años instaló una cámara en su casa para estar pendiente de ella las 24 horas: «Tiene un pilotito rojo cuando está encendida que le hace mucha compañía», bromea. Estos meses ha estado con ella durante esta terrible cuarentena.
Esta claro que, de tal palo, tal astilla. Con una abuela así, es normal que su nieto estuviera destinado a ser portada de Shangay. Y nosotros, felices.