No hay mal que por bien no venga. Delaporte no han podido presentar todavía en directo su segundo álbum, Las montañas (MadMoonMusic) –la gira comenzará, si la pandemia no lo impide, en enero de 2021–. Así que se han centrado en promocionarlo, y no solo en España. “Hemos empezado a dar muchas entrevistas en México también”, desvelan. “Así aprovechamos para abrir nuevos caminos”.
Tenían claro Delaporte que Las montañas tenía que ver la luz ahora sí o sí. “Es un disco que refleja nuestro momento actual”, dice Sandra [Delaporte], “no podíamos retrasarlo”. Y Sergio [Salvi] añade: “Es una razón para seguir existiendo como artistas”. Las montañas vio la luz justo cuando sus dos componentes estaban confinados. Sergio acababa de dar positivo en COVID-19, y Sandra, aunque dio negativo, se encontraba fatal, y respetó la cuarentena. Nunca olvidarán ese día. “Menudo cuadro fue”, recuerdan entre risas.
Lo cierto es que Sandra y Sergio estaban hechos polvo, también anímicamente, porque Las montañas es un álbum muy importante para ellos y querían haber celebrado el lanzamiento estando al cien por cien. Porque son conscientes de que es un disco muy distinto a su debut, Como anoche, que era más popero que este.
Para su regreso discográfico han optado por dejarse llevar por su pasión por la electrónica, y han dejado descolocados, de primeras, a muchos fans. “Eso me parece bien; me gusta cuando un artista me descoloca, dentro de una coherencia artística”, afirma Sergio. “Pienso en Radiohead, Björk, C. Tangana… Se puede convertir en una cruz, eso sí, porque es una gran responsabilidad tener que sorprender con cada nuevo proyecto”.
Sandra asegura que no fue intencionado el nuevo camino que marca Las montañas, les salió así sin más. “Habría sido tan aburrido hacer un Como anoche 2.0… Me entusiasmó el camino que tomó este disco, no queríamos que se acabase la grabación. Y si vieras lo que estamos componiendo ahora, flipas… Nos gusta hacer cosas siempre que nos entusiasmen y nos inspiren”.
El single Clap Clap, reconocible, funcionó como bisagra entre el disco anterior y este, aunque en realidad Sandra y Sergio estaban más centrados en incorporar estilos como el drum’n’bass a su sonido. “Teníamos ganas de subir los bpms a nuestras canciones, y de hacer cosas más bestias. Sin duda, influencia de que veníamos de haber tocado mucho en directo”, explica Sandra. “De manera inconsciente, quisimos llevar eso al disco para que la siguiente gira fuese una bomba atómica. Claro, llegó una pandemia mundial… y hasta luego”.
“La música de este nuevo álbum me inspiró atreverme a contar en las letras lo que sentía de verdad” (Sandra)
Además de explorar estilos electrónicos que les apasionan, Sandra se ha abierto en canal en sus letras, más introspectivas. “Fue una necesidad”, asegura. “Cuando escribo una letra me surgen dos opciones: o ser cobarde y hablar de cosas no trascendentales, o meterme en mi ciénaga y vomitar de forma honesta lo que llevo dentro”. En Las montañas optó sin dudarlo por lo segundo. “La música que estábamos haciendo me inspiraba a profundizar y atreverme a contar lo que sentía de verdad, cosa que no hice en Como anoche”.
Se embarcó en todo un viaje hacia adentro del que ha salido reforzada. “Letras como las de Universo o Las montañas me sorprendieron, y eso que conozco a Sandra ya cinco años”, añade Sergio. “Porque las he ido entendiéndolas con las escuchas”. La propia Sandra dice que el tiempo le alecciona en ocasiones, y hasta que no ha pasado una temporada desde que las escribió no ve claro lo que quería contar. “Hay algo de escritura inconsciente en muchas letras de Sandra, y eso me emociona”, dice Sergio.
«Escogemos para grabar sitios en los que no hay nada más que el estudio, sin estímulos que te distraigan» (Sergio)
Se siguen sorprendiendo el uno al otro trabajando, y quizá por eso fluye tan bien el trabajo creativo. Apenas han tenido tiempo para coger aire, porque han encadenado proyectos, y el hecho de no separarse apenas no les supone ningún problema. “Nos llevamos muy bien y lo hablamos todo”, dicen casi a la par. Así que cuando llegó el momento de irse al monte a grabar el disco, lejos de la ciudad, aunque apenas hubieran tenido tiempo para echarse de menos, ellos encantados. “La montaña me limpia la cabeza, me siento superfeliz en plena naturaleza y sin cobertura”, confiesa Sandra. Y Sergio continúa: “Siempre escogemos para grabar sitios en los que no hay nada más que el estudio. No hay estímulos que te distraigan ni te invaden, como en la ciudad”. Así pudieron concentrarse al cien por cien en Las montañas, cuyo título cobra otro sentido cuando sabes que lo grabaron en una.
El vídeo de la canción que da título al álbum fue dirigido por Eduardo Casanova, y también ha supuesto un giro en su estética, y otra representación de este nuevo universo creado por Delaporte. “De siempre he admirado a Eduardo”, dice Sandra, “y después de trabajar con él, más. Ha hecho una obra de arte, aunque pueda sonar mal viniendo de mí, la artista que lo protagoniza…”.
Sergio sale apenas unos segundos, y para la ocasión, desnudo. “Solo llevé algo mal tener que depilarme entero, que nunca lo había hecho”, recuerda riendo. “Grabar desnudo no me supuso ningún problema”. Sandra coincide: “El cuerpo es el cuerpo. Yo me pasé casi todo el rodaje desnuda, y me daba igual que el equipo me estuviese viendo el coño todo el rato; les decía que no perdieran tiempo en taparme entre tomas. Es que lo llevo bien de verdad”. Han empezado nueva era en bolas, literal y metafóricamente. Ahora, a escalar nuevas montañas.
FOTOS: MARTINA HACHE
Para más información sobre Delaporte contacte con JVV.COM.ES