Inquieto artista multidisciplinar, ahora es su música lo que más visibilidad está dando a Megane Mercury. A sus 24 años, no solo busca su sitio como artista, también exige igualdad y respeto para las personas queer y/o racializadas, y lo hace a través de todas las vías a su alcance.
No binaria y bisexual, lo mismo graba sus canciones que hace fotos o vídeos. Modelo ocasional, también diseña portadas, o lo que haga falta, a artistas amigas. Y es que apuesta firmemente por crear redes de trabajo que contribuyan a una mayor visibilidad de las personas queer racializadas.
Es en el ámbito musical donde mayor visibilidad está teniendo Megane Mercury. Muches recordarán su actuación en el Orgullo de Madrid 2019, cuando además de presentar la noche Proud Bling! cantó su versión del superhit de Lil Nas X, retitulada Old Town (Spanish) Hoe. La cuarentena resultó de lo más productiva a nivel creativo para Megane, a raíz de la cual publicó el EP FR33 B33F, y comenzó a trabajar en otro que verá la luz en breve.
Fichado por el sello Snap! Snap! Club! para su último lanzamiento, titulado Desamor y pop-rock para adolescentes, del que previamente publicó dos adelantos, 31 de enero yVorágine. Además, recientemente ha colaborado con Algora en el single Solo tengo ojos para ti. Se vienen cosas de Megane Mercury, que aquí comparte en primera persona vivencias, anécdotas y objetivos que permiten conocerla mejor.
EMPUJONES, LOS JUSTOS
“Tengo bastante buen recuerdo de mi infancia, porque estuve en un colegio de primaria de Leganés con un modelo de educación liberal, el Trabenco. En él ya hablábamos de racismo, de feminismo…, muy guay. Desde siempre me hacían sentir diferente, pero al menos con la gente de mi clase no me pasaba; hicimos piña, y en mi barrio había muchos chavales racializados.
El instituto ya fue otra cosa; me ponían todo el rato a prueba, y eso hizo que me fuese creando una especie de personaje para sobrevivir esos años. Fíjate que no salí del armario, en cuanto a orientación sexual, hasta los diecinueve, y como persona no binaria, a los 21. Pero ya me trataban de maricón, cuando ni me había liado con un tío en mi vida. Suerte que tenía buenas amigas…
Ahora vivo con mi hermana y mi cuñado, porque mi madre se volvió con la familia a Guinea Ecuatorial hace unos años. Con mi madre me llevo más o menos bien, pero con mi padre la relación es nula, nunca ha estado en mi vida y me llevo fatal con él”.
EL (RE)NACIMIENTO DE MEGANE
“En 2018, en tercero de carrera, me fui a Valencia por un intercambio. Allí fue donde realmente empecé a plantearme mi identidad, y a la vez resurgió mi identidad artística. Empecé a intentar entender mis sentimientos ante el binarismo de género, a leer mucho sobre el tema, veía a gente en Internet cuyas realidades tenían mucho que ver con la mía… Como decían en Veneno, “tú te preparas y, cuando eso, ya sales”. Pues eso hice yo [risas].
Había actitudes mías que ya me estaban diciendo cosas, pero no conseguí identificarlas hasta que me pregunté realmente por mi identidad. Fue una especie de tránsito, con momentos en los que me sentía superperdida, y que viví tanto con la sexualidad como con la identidad de género, hasta llegar a definirme como Megane, una persona no binaria y bisexual. Y Megane no es un personaje, soy así todo el rato [risas]”.
CULTURA MARICONIL, CONTENIDO BOLLO
“Cuando te das cuenta de que eres una persona no binaria empiezas a concebir el sexo y el género de otra manera, y te empiezas a cuestionar ciertos roles que se establecen en la cultura gay, o mariconil, que es con la que más conecto. Aunque también es cierto que solo veo y escucho contenido de bolleras, que me encanta [risas]. Me pasa con las series, con las películas y con la música (ahora estoy superviciada con Arlo Parks, la amo). Supongo que porque soy muy intensa y emocional”.
VISIÓN MULTIDISCIPLINAR
“Desde muy joven, lo que quería hacer era fotografía. Quizá hubiese sido mejor ahorrar y meterme en una escuela que haber decidido estudiar Comunicación Audiovisual y Periodismo, porque acabé tan hasta el coño que ni lo he terminado. A ver si en septiembre lo retomo, por tener al menos el título… Total, que le pedí dinero prestado a mi madre, finalmente, para hacer un curso de fotografía avanzado (que, por cierto, se lo tengo que devolver).
Mientras encuentro trabajo, aprovecho que tengo más tiempo libre para crear mis proyectos artísticos y colaborar en los de otros, y así me estoy moviendo entre vídeo, foto, cosas que hago como modelo, mi música… Y para casi todo he sido autodidacta, ayudado de tutoriales de YouTube”.
CUARENTENA MUSICAL
“El próximo EP, que sacaré en breve, lo escribí entero durante la cuarentena, junto con el anterior, FR33 B33F. Como había aprendido, más o menos, a producir, también me puse a hacerlo, y la verdad es que trabajar en mi música me ayudó mucho en ese momento.
Va hacer dos años que saqué mi versión de Old Town Road de Lil Nas X [Old Town (Spanish) Hoe], algo que publiqué sin ánimo de nada, solo porque me hacía risa (y que grabé un día fumada en casa), y de repente me dio una visibilidad inesperada.
Me gusta cantar desde muy pequeño, y nunca olvidaré cuando participé en un montaje de El fantasma de la Ópera en el colegio, estaba superinvested [risas]. Ahora me lo quiero tomar de una manera mucho más profesional, porque me veo capaz de apañármelas para materializar mis proyectos tanto a nivel musical como audiovisual”.
EN LA VARIEDAD ESTÁ SU GUSTO
“En el próximo EP contrasta el sonido, que por momentos se acerca al tontipop, con el tono serio de las letras. De toda la vida he escuchado cosas muy dispares, y mi música lo refleja. De adolescente lo mismo escuchaba a Kanye West, Nina Simone, Ella Fitzgerald y Beyoncé que a Paramore, My Chemical Romance o Foo Fighters. Y estaba obsesionada con Extremoduro. Bueno, sigo. Un poco más mayor, obsesionadísima con Vetusta Morla, Love of Lesbian…
He pasado por distintos momentos, y por muchos artistas; cuando salió Lady Gaga, me pasó con ella, como a todo el mundo [risas]. Y cuando se estrenó la película de Ray Charles, me dio por él. Igual que me escuchaba cualquier lanzamiento del sello Young Money. Siempre he sido, además, de escucharme los álbumes enteros de cualquier artista con que me pongo, que siempre son de lo más dispares. Yo, como no sé nada de música a nivel teórico, funciono más por intuición, y en función de lo que me inspire una letra tiro por un estilo o por otro para mis canciones».
EN LA DIVERSIDAD ESTÁ EL PLACER
“Seguimos siendo pocas artistas queer racializadas las que tenemos visibilidad en nuestra escena. Es algo que he hablado millones de veces con Navxja [artista y amiga]. Queremos colaborar con otras artistas como nosotras, para que, cuando rodemos videoclips y demás, contemos con personas racializadas, y LGTBI, y crear redes de trabajo. Porque las personas queer racializadas no contamos con precedentes; si lo pienso, mis ídolos queer racializados son mis amigas, es así.
Cuantos más proyectos salgan, más fácil nos será hablar de identidad y de nuestra realidad; por eso considero tan importante que las disidencias estén dentro de los grupos de trabajo. Mientras, utilizo Twitter para quejarme. Más que activista, porque no querría pisar el trabajo de quienes realmente lo son, soy una persona con conciencia crítica. Y como artista multidisciplinar, aplico en ocasiones esa conciencia, que puede venir de corrientes de activismo, a mis trabajos.
A ver si la gente que realmente tiene medios se interesa por estas cuestiones. Que parece que siempre tenemos que esperar un boom para que se hable de nosotras, como ha ocurrido con la comunidad trans gracias a Veneno. Si se cuenta con nosotras, se demuestra que los trabajos resultan mucho más honestos y reales”.
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