Hace cinco años, en lo que ahora se antoja un tiempo muy lejano, C. Tangana pasó por la redacción de Shangay para nuestra primera entrevista. Se presentó solo, vino por su propio pie y el encuentro fue muy distendido. En febrero de 2021, volvemos a encontrarnos cuando publica su esperadísimo álbum El Madrileño, que también es su nombre artístico también para el proyecto. Las circunstancias han cambiado radicalmente. Por suerte, él no.
En esta ocasión nos cita en la planta 20 del hotel RIU, todo lujo frente a la icónica Plaza de España madrileña –claro–. Se enfrenta a un junket de dos días por el que desfilarán los principales medios del país, y el equipo de promoción de su discográfica lo tiene todo medido y bien organizado.
Cuando accedemos a la habitación en donde recibe a los periodistas, preside un óleo, el que ilustra la portada de su álbum. Ya cuando lanzó Ídolo se hizo retratar. Disco a disco, C. Tangana evoluciona también como obra de arte. El Madrileño es el primer gran lanzamiento nacional del año, y su proyección internacional es igualmente incuestionable.
Pucho representa el éxito con mayúsculas en tiempos de pandemia, con un álbum avanzado por un puñado de singles de enorme impacto, entre los que destaca la ubicua Tú me dejaste de querer, que ha batido –sigue batiendo– todos los récord de streaming imaginables. Es ya un clásico que gusta por igual a oyentes de Cadena Dial que a modernas enganchadas a TikTok.
El Madrileño engancha, y cómo. “Estoy contento, con este disco todo me parece bien”, dice, consciente de que tiene días por delante en los que no parará de responder preguntas sobre él. “Todo es raro, porque es una pena no poder estar gritando estas canciones en directo con miles de personas, habría sido increíble. Pero no me puedo quejar”. Obvio que no. Es un álbum que viaja por estilos bien distintos entre sí, plagado de colaboraciones. Impresiona la cantidad de artistas consagradísimos que se han apuntado a participar en él: José Feliciano, Toquinho, Kiko Veneno, Andrés Calamaro y un largo etcétera.
SHANGAY ⇒ ¿Te has hecho mayor con este disco?
C. TANGANA ⇒ Un poco sí. Uno se hace mayor quiera o no, y me da rabia la gente que intenta aferrarse a lo que fue cuando era más joven. Muestro lo que soy a los 30 años.
«Lo más revolucionario que podía hacer era evitar un personaje y la performance, ser espontáneo»
SHANGAY ⇒ ¿Hasta qué punto es El Madrileño un homenaje a tus ídolos?
C. TANGANA ⇒ He intentado que dentro del disco hubiese un homenaje a muchos de mis ídolos, y a mucha de la música que amo. Pero quise ir un paso más allá; no pretendía que se quedase en un disco de reminiscencias, sino que mirase al futuro y fuese una propuesta nueva.
SHANGAY ⇒ ¿Cuál es tu disco favorito de duetos?
C. TANGANA ⇒ El de Ella Fitzgerald y Louis Armstrong [Ella and Louis]. De hecho, ayer me lo puse para cocinar.
SHANGAY ⇒ ¿Cocinas?
C. TANGANA ⇒ Muy bien, además. No solía hacerlo, pero le he cogido el truco al horno durante la pandemia y ya soy bastante chef… ‘Puchini’ me llaman [risas].
SHANGAY ⇒ Como artista de muchas caras, ¿sueles pensarte mucho esos nuevos perfiles que vas a mostrar antes de hacerlos públicos o te salen de manera natural?
C. TANGANA ⇒ Antes sí me los pensaba mucho. Con este disco me pareció que lo más revolucionario que podía hacer como C. Tangana era evitar un personaje y la performance, y ser espontáneo, hablar desde un punto más directo. Me ha funcionado; a la gente le sorprende, y yo estoy más a gusto con esta actitud fluida.
SHANGAY ⇒ ¿Te sentías encorsetado teniendo que defender un personaje que representar?
C. TANGANA ⇒ Todos los artistas estamos en algún momento hasta los huevos de repetir algo que nos ha salido muy bien. Uno no quiere vivir cantando “un limón, medio limón” toda la vida, o, como Edu Soto, ser el neng de Castefa siempre. A mí, como C. Tangana, eso me ha pasado cuando me ha llegado a conocer mucha gente.
«Me gusta ese punto del disco de reivindicar cosas y artistas que se supone que no molan»
SHANGAY ⇒ ¿Cómo llevas ser tan popular?
C. TANGANA ⇒ Tengo la suerte de que la gente me trata con mucho respeto, al menos en Madrid. Se acercan a mí sabiendo lo poco que me gusta sentirme raro, y veo un esfuerzo en muchas personas por tratarme con naturalidad. He vivido toda la vida en Madrid, y sigo frecuentando los mismos sitios de antes. Me corto el pelo en la peluquería de barrio de siempre, voy a bares normales, paro en parques con mis colegas… Me gusta que la gente lo respete.
SHANGAY ⇒ ¿Y si te nombran embajador turístico de Madrid?
C. TANGANA ⇒ Depende de quién me nombre. Si lo hace la gente, bien; si lo quieren hacer los políticos, que pasen, porque no estoy afiliado a ningún partido.
SHANGAY ⇒ El disco empieza con una canción titulada Demasiadas mujeres, pero en él la representación femenina es escasa… ¿No es un poco contradictorio?
C. TANGANA ⇒ Bueno, en la canción central del disco [Tú me dejaste de querer] está La Húngara. En este álbum ella es muy importante, no solo por su aportación, también por lo que significa su música. Es otra de las reivindicaciones que he querido hacer [en El Madrileño]. La mayoría de mis grandes temas los he grabado con chicas: Booty, con Becky G, Antes de morirme, con Rosalía, No te debí besar, con Paloma Mami… También colaboraciones más pequeñas, pero igual de importantes, con Natti Natasha, con Paula Cendejas, sale otra con Albany pronto… Y en Cuba compuse para Omara Portuondo, a ver cuándo sale eso. Ha sido casualidad que no haya tantas mujeres en este disco.
SHANGAY ⇒ ¿Tiene algo de reivindicación de la heterosexualidad El Madrileño?
C. TANGANA ⇒ No… De hecho, Omar Apollo no estaría muy de acuerdo con esa afirmación [risas]. Hay más música hecha, que se ha quedado fuera. La selección de canciones la he hecho en base al discurso artístico.
SHANGAY ⇒ ¿Cómo surge la conexión con Omar Apollo?
C. TANGANA ⇒ Amo su música, y me interesaba buscar gente joven que hablase desde otras perspectivas. Porque el disco va de eso: de hacer música urbana y actual sin pasar por los mismo sitios de siempre. Por eso están ahí la gente del corrido, Ed Maverick y Omar Apollo. No están en el mainstream, pero tienen su impacto. Mientras Kigo [su mánager] empezó a hablar con su gente, le escribí al Insta y empezamos a hablar y a pasarnos música… Es una colaboración muy importante del disco, me gusta mucho.
SHANGAY ⇒ Menuda agenda de contactos tienes, y qué facilidad para llegar a quien te propongas…
C. TANGANA ⇒ Es un lujo, la verdad. Pero más que llegar a la gente, lo importante para mí en este disco ha sido que me mostraran su respeto artistas de la talla de los que han participado en él. Estar en el estudio con ellos, que se tomaran el tiempo para ver la forma en que hago las cosas, que hayan dicho “ole” y que me hayan tratado de tú a tú ha sido muy importante para mí. Porque yo no sé música, soy muy intuitivo, vengo de lo urbano y tenía muchas inseguridades, no sabía si iba a poder llegar al punto de ellos. Y ha sido increíble.
“No me he sentido querido por la prensa hasta ahora”
SHANGAY ⇒ ¿Llegaste a tener miedo y pensar que en algún caso igual no ibas a estar a la altura del artista que tenías enfrente?
C. TANGANA ⇒ Sí. Pero ya con Eliades [Ochoa], en Cuba, tuve una conexión muy fuerte. Me trató tan de tú a tú que me dio la confianza para tratar con otras leyendas.
SHANGAY ⇒ ¿Ha tenido algo de boutade colaborar con los Gipsy Kings, o es la forma de El Madrileño de reivindicarles?
C. TANGANA ⇒ Realmente les amo, es uno de mis grupos de cabecera, y de los que más pinchábamos en nuestras fiestas de Little Spain [colectivo al que pertenece, responsable de sus vídeos], cuando podíamos hacerlas. Normalmente, empezábamos por la salsa y la bachata, después llegaba un momento Cuba, y de ahí pasábamos al Pescaílla, Lola [Flores] y Gipsy Kings. Me gusta ese punto, que está en todo el disco, de reivindicar cosas y artistas que se supone que no molan.
¿Por qué no es La Húngara un agente cultural español de una envergadura increíble, por ejemplo? Porque es una artista muy importante. Por suerte, creo que ya está siendo muy reivindicada. Y su trabajo conecta con lo que yo quiero hacer: música popular que puede tener una gran profundidad y emoción. Este disco también es mi manera de luchar contra el purismo. Todos tenemos nuestro criterio, y no tiene que venir nadie a decirnos lo que nos puede gustar y lo que no, lo que es bueno y lo que no.
SHANGAY ⇒ Dado que cada nuevo single que sacas se convierte en un evento, ¿te pones presión a ti mismo para intentar superar cada logro?
C. TANGANA ⇒ Cada uno está yendo a su manera. Nunca estoy salió para la pandemia, y a partir de ahí los medios volvieron a cogerme algo de cariño, porque hasta ese momento me estaban demostrando algo de tirria. En Demasiadas mujeres se lanzaron a hablar: “Coño, ¿qué es es esto? Copla, Joselito, música de Semana Santa…”. Y encima tuvo éxito entre el público. Tú me dejaste de querer fue ya la historia de las historias, lo más grande que me ha pasado en mi carrera. Comerte entera salió con el público muy afianzado; sin tanto volumen de números, pero la veo como un caramelito, y la prensa también reaccionó muy bien al ver que me había abierto a la bossa y que estaba Toquinho. Lo mismo con las colaboraciones con Jorge [Drexler] y [Andrés] Calamaro; no las van a incluir en Baila reguetón ni las van a pinchar en las pocas fiestas que haya en casas, pero cada una tiene su momento y su lugar, es lo guay de este disco.
SHANGAY ⇒ ¿Cómo llevaste esos momentos en que no te sentías ya un niño mimado de la prensa?
C. TANGANA ⇒ No me he sentido querido por la prensa hasta ahora, cuando me han dado el premio El Ojo Crítico. Al anunciarlo pensé: “¿En serio me vais a decir ahora que soy bueno?”. También ha sido mi culpa: era polémico y desagradable, me lo gané. Y la música urbana no supieron cómo tratarla desde el principio. “Los nuevos ninis del trap”, me acuerdo de esa portada… Ahora que hemos llegado a un punto de saturación de la escena urbana, siguen sin tener ni puta idea. Siempre he tenido ambiciones artísticas; el respeto cultural para mí era importante. Aunque odie las instituciones, los estándares y las categorías, a todo el mundo le gusta que le den un reconocimiento.
«Cocino muy bien, le he cogido el truco al horno y soy bastante chef. ‘Puchini’ me llaman»
SHANGAY ⇒ ¿Te hacías el bocazas para sentarte a ver las reacciones a tus declaraciones, o realmente eres un poco bocazas?
C. TANGANA ⇒ Soy bocazas, y a veces también me gusta provocar. Ahora no estoy en una época en que diga las cosas así porque sí; me las pienso y procuro hablar con sentido. Me da rabia haber adquirido responsabilidad y haberme calmado como artista en ese sentido, porque siempre he defendido que no estamos aquí ni para educar ni para decirle a la gente lo que tiene que hacer, sino para sorprender e inspirar. No puedes pedirle a nadie, por muchos seguidores que tenga en Instagram, que eduque a tus hijos o a un país. Lo que hay que enseñar a la gente es a tener juicio propio, y a ver que lo que hacemos ‘pantomimas’ como yo en Instagram es algo nuestro, y que tú puedes actuar de otra forma. Creo mucho en esa idea de libertad, y para meter la puta pata hasta el fondo y para abrir la bocota que tengo siempre hay tiempo.
SHANGAY ⇒ ¿Ha tenido que ver tu éxito también para que digas “Pucho, piensa dos veces lo que vas a decir”?
C. TANGANA ⇒ Más que el éxito, la responsabilidad. Porque sentía que este proyecto podía llegar a impactar a nivel cultural en España en gente de todas las edades, y no quería que lo manchara nada. No me ha salido bien, porque entre medias he tenido tres o cuatro pollos… Aunque sí siento que la mayoría de la gente ha accedido a él sin los prejuicios derivados de un tuit que me sacaron o de algo que dije en una entrevista que nadie se leyó.
SHANGAY ⇒ Vas a debutar en el cine de la mano de Isaki Lacuesta, en Un año, una noche…
C. TANGANA ⇒ Voy a salir en la peli de Isaki porque le admiro mucho, es una persona encantadora y me ha dado el premio de aparecer junto a unos actores increíbles. No sabría si llamarlo debut o simplemente decir que saldré porque pasaba un día por allí… Es verdad que me gusta mucho el cine, y con Little Spain estamos dando un paso hacia él.
FOTOS: JAVIER RUIZ
EL ÁLBUM EL MADRILEÑO, EDITADO POR SONY MUSIC, ESTÁ DISPONIBLE EN TODAS LAS PLATAFORMAS