Jamie Spears, el padre de la Princesa del Pop, ha presentado en el Tribunal Superior de Los Ángeles la renuncia oficial a seguir ejerciendo como tutor legal de su hija. Tras trece años controlando hasta el más mínimo detalle de su vida, Britney está más cerca de conseguir su ansiada libertad. Solo esperamos que la ley le otorgue su propia individualidad y esto no sea solo un mero cambio de tutela.
La estrella rubia fue la sensación musical de principios del siglo XXI y una de las artistas femeninas más solventes y exitosas de la época. Temas como One more time, Oops…I did it again, Toxic o I’m slave for you la convirtieron en un icono y en la diva que es hoy en día. Tras una etapa brillante, la carrera de la artista entró en declive debido a los constantes escándalos y sus internamientos médicos. Fue entonces cuando la tutela legal de su vida y sus patrimonio pasaron a estar a cargo de su padre.
Lo que supuestamente era una decisión para ayudar a nuestra Britney provocó que su vida se convirtiera en un auténtico infierno. El padre la obligaba a ir al psiquiatra, a hacer actuaciones en contra de su voluntad, e intentó internarla en un centro de salud mental cuando la cantante se negó a ensayar para un show. Britney literalmente no podía tomar una decisión por sí misma, incluso llevaba puesto un DIU para no quedarse embarazada en contra de sus deseos. Todo el patrimonio de la cantante estaba en manos de su padre y él lo gestionaba y usaba con total impunidad.
La situación cambió desde que el año pasado Britney diera una entrevista contando su horrible experiencia durante todo este tiempo. Medios, personajes famosos y fans de todo el mundo iniciaron entonces el movimiento #FreeBritney pidiendo su liberación legal. Ahora, tras un año de batalla legal, la diva está más cerca de recuperar su vida por fin y no podemos alegrarnos más por ella.
Britney
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