Lo primero que nos cuenta el diseñador Eduardo Navarrete al hablar con él es que este 2021 “ha sido un año profesionalmente maravilloso, y lo termino estando enamorada, imagínate qué escándalo…”.
Un resumen totalmente positivo en el que reúne las dos colecciones que ha presentado en los últimos doce meses, la apertura de la agencia de comunicación 15 segundos o la grabación de dos programas de televisión, Masterchef Celebrity y Maestros de la costura, el talent show que le dio a conocer en 2018 y al que vuelve en una quinta edición que veremos el próximo año.
“Encima, salgo en el anuario de Shangay, qué más se le puede pedir a un año”, celebra.
Eso sí, al próximo año solo le pide una cosa, “poder asimilar las cosas. Eso no quiere decir bajar el ritmo, me hace muy feliz trabajar como lo estoy haciendo, pero este año, por primera vez, el cuerpo no me ha acompañado”.
Que no suenen las alarmas, al diseñador alicantino le queda mucho por ofrecer y nuevas colecciones que presentar. “Tengo una ya montada para marzo que va a ser fortísima”, nos anuncia.
Sus desfiles se han convertido en auténticas fiestas de la moda, pero también de la diversidad, por mucho que él no lo haga con esa intención. “A veces me hablan del impacto que tiene mi marca en las nuevas generaciones y el colectivo LGTBIQ+. Pero es que yo vengo de trabajar en la noche con cincuenta chicas trans, y siempre he normalizado este tipo de cosas. He dado siempre naturalidad a este tipo de acciones”, nos cuenta con total honestidad.
“Muchas veces haces algo y no te das cuenta de lo que estás haciendo hasta que alguien te lo dice. Esto es así. Cuando pongo a mis mujeres a desfilar no lo hago con ninguna intención, para mí reflejan mi moda y mi universo. Pero sé que además estamos dando visibilidad, que es muy importante”.
A pesar de esto, no se siente activista ni referente. “Activismo es lo que hacía José Pérez Ocaña, que corría vestido de mujer delante de los grises por la rambla de Barcelona en aquella época. Estaba reivindicando una cosa por la que te llevaban a la cárcel. Para mí eso es ser activista, pero a mí nadie me lleva presa”.
Sus desfiles no son solo relevantes por sus diseños y su apuesta por la diversidad, también por el poder de convocatoria que tienen. “El otro día me dijeron que estaba entre los tres desfiles con mayor front row de la actualidad”, nos dice orgulloso.
“Recuerdo cuando era más joven que veía desfiles como los de Davidelfin, a los que iban Rossy de Palma, La Terremoto, Bibiana Fernández, Antonia San Juan… Y me preguntaba ‘¿Cómo se conseguirá eso?”.
Y ahora que lo ha conseguido, queremos saber cuál ha sido la fórmula de su éxito. “Parecerá la típica respuesta, pero lo he conseguido siendo yo mismo. Al final, mis invitados vienen porque son mis amigos, y porque también les gusta lo que hago”.
Una de las amigas que desfilaron para él en su última presentación fue la gran Verónica Forqué, a la que despedimos hace unas semanas. “Estoy feliz y muy agradecido de que ella quisiera desfilar para mí, porque sabía perfectamente que era lo último que iba a hacer. Eso denota el amor que me tenía, que es mutuo”.
FOTO: SALVA MUSTÉ