Fue en 1492 cuando las tropas de Castilla llegaron a La Palma capitaneadas por don Alonso Fernández de Lugo. Tras su incorporación a la Corona de Castilla, la isla comenzó a poblarse de castellanos, portugueses, catalanes, italianos, flamencos… Con ellos llegó el reparto de unas prósperas tierras, que vieron cómo empezaron a florecer nuevas poblaciones e infraestructuras hasta que, en 1558, se asentó el Juzgado de Indias en la capital, fomentando el comercio no solo insular, sino entre el viejo continente y el Nuevo Mundo.
En esos años la capital insular tenía el tercer puerto más importante del imperio español, solo detrás de los de Sevilla y Amberes. Con estos datos no es extraño que las poblaciones de la isla custodien un importantísimo legado histórico, lleno de joyas artísticas de gran valor.
La Palma es, sin duda, un paraíso por sus paisajes, playas de arena negra –perfectas para cualquier mes del año por las bondades de su clima–, barrancos impresionantes por los que se pueden hacer las más alucinantes rutas de senderismo entre especies botánicas que no se pueden ver en ningún otro sitio del planeta…
Sí, todo eso es verdad. Al igual que tiene uno de los cielos más limpios del mundo, y sus noches estrelladas son una experiencia que nadie debería perderse. Lo mismo ocurre con su rica gastronomía con unos quesos (DOP), vinos (DO), postres o dulces fruto de esa naturaleza desbordante que hace que tanto su agricultura como su ganadería sean únicas, y brinden una materia prima excepcional. Todo eso es cierto.
La preciosa calle Real de Los Llanos de Aridane, donde hay un museo de arte contemporáneo al aire libre. [Foto by Gio]
En los siglos XVI y XVII, las grandes familias europeas llevaron a La Palma los mejores ejemplos de lo que se ‘cocía’ en el viejo continente. Ese legado se vio enriquecido con lo que venía de América. Hoy, en Los Llanos de Aridane, como vemos en estas fotografías, un museo al aire libre expone de forma permanente obras de Fernando Bellver, Javier de Juan, Javier Mariscal, Ceseepe, Okuda, Albert Oehlen… Más de cinco siglos en la vanguardia.
Pero quizás su lado más desconocido sea ese impresionante legado artístico que ha conseguido que esta joya de Canarias lleve más de cinco siglos a la vanguardia del arte. Pasear por la capital, Santa Cruz de La Palma, es poder disfrutar del que posiblemente sea el mejor ejemplo de arquitectura del Renacimiento en Canarias: la fachada de su Ayuntamiento.
Pero en esas mismas calles, uno no solo se encuentra con iglesias y conventos que atesoran algunas de las mejores imágenes flamencas de toda España (esto no solo ocurre en la capital, también sucede en cualquiera de las iglesias o ermitas de la isla), sino con sorpresas como la Real Sociedad Cosmológica –fundada en 1881, y de marcado carácter masónico–, sede de la hemeroteca más importante del archipiélago. Solo resaltar que a finales del XIX en la isla se editaban más de diez cabeceras de periódico, así como numerosas ‘revistas ilustradas’ que cubrían todo el arco ideológico, espiritual y político.
La Plaza de España de Santa Cruz de La Palma, una ciudad en la que uno se encuentra con soberbios edificios palaciegos del XVI y el XVII, o con maravillosas iglesias como la de El Salvador que se ve al fondo. [Foto by Gio]
Cualquier rincón de sus múltiples poblaciones puede esconder una sorpresa. Si la capital tiene varias calles llenas de edificios palaciegos –ejemplos de la mejor y más vanguardista arquitectura de los siglos XVI, XVII y XVIII–, las famosas casas de los balcones de la Avenida Marítima representan las construcciones más populares. En Los Llanos de Aridane, el Llano de Argual es la mejor muestra de urbanismo de aristocráticas casas solariegas de una época pasada, que hoy convive con el interesantísimo museo al aire libre de las calles del centro, con obras de reconocidos creadores de finales del XX y principios del XXI.
Como no podía ser de otra manera, los faros forman parte de la vida de la Isla. En Fuencaliente [arriba, foto by Gio], el viejo convive con el nuevo en la punta sur que delimita los dos lados de La Palma. En Mazo, desde 1997 el moderno Faro de Punta Lava orienta los barcos de la costa de la playa de La Salemera [abajo, foto Abián San Gil]. Otro ejemplo más de historia y vanguardia en la arquitectura.
Si La Palma estuvo a la vanguardia del arte siendo un crisol de culturas entre Europa y América, hoy sigue siéndolo y, además, enriquecida por su cercanía a África. La Isla Bonita puede presumir de tener a sus espaldas algunos de los episodios más importantes de la historia de Canarias. Pero eso es pasado. Hoy es lugar de residencia de algunos de los creadores más importantes del mundo que, eso sí, prefieren vivir en el anonimato, y dedicarse a crear sin ser molestados. Pero pasean por sus calles, y toman café en sus plazas…
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