Wendy, de 58 años, y Lisa, de 61, fueron parte fundamental de The Revolution, la banda que acompañó a Prince en su ascenso al estrellato mundial.
No solo se convirtieron en grandes colaboradoras del genio en una de sus etapas más sobresalientes a nivel musical, también aportaron visibilidad LGTBIQ+ con una naturalidad pasmosa para la época. Wendy y Lisa eran pareja [lo fueron hasta 2002], y Prince consideró que ese hecho era un plus para ofrecer diversidad en su banda.
Con Purple Rain convertido en un acontecimiento como película y como disco, su gira de presentación supuso la constatación de que Prince era un artista único. Y de que sus directos también lo eran. Prince and the Revolution: Live, grabado en marzo de 1985, supuso su primer lanzamiento oficial en vivo.
Lejos quedan los tiempos del VHS, y ahora se relanza en diversos formatos físicos, con el audio y la imagen remasterizados. Una ocasión única para hablar con Melvoin y Coleman de sus experiencias como parte de la banda que acompañó a Prince en sus años de mayor gloria comercial.
Vía Zoom, cada una desde su respectivo hogar de Los Ángeles, rememoraron experiencias que marcaron su vida para siempre, en este caso acompañadas de un lanzamiento que les ha hecho sentirse, ante todo, orgullosas de que aquel concierto fuese inmortalizado para ser compartido con el mundo. «Me resulta muy emocionante que se haya podido mejorar tanto la calidad de ese show», afirma Lisa Coleman. «Hacía como cien años que no lo había visto», dice entre risas. «Cuando nos lo pusimos Wendy y yo, no podíamos dejar de mirarnos la una a la otra abrumadas. Qué energía teníamos, qué rápido tocábamos…».
Wendy continúa: «Lo vimos hace unos seis meses, ¿verdad? Lo que más me sorprendió fue comprobar lo increíblemente buenos que éramos. ¡Menuda banda! Ese concierto en concreto lo vivimos con mucha presión, porque se iba a retransmitir para todo el mundo» recuerda. «No nos podíamos permitir ni un fallo. De manera que la energía fue muy especial. Y es maravilloso que sigamos tan conectados cuando tocamos juntos«.
SHANGAY ⇒ ¿Qué sensaciones os genera esta mirada atrás?
LISA COLEMAN ⇒ Una mezcla de alegría y tristeza. Es maravilloso recordar esos momentos en que éramos tan jóvenes; veinteañeros a los que todo nos estaba pasando por primera vez en la vida: tocar ante multitudes, viajar en primera, llegar a los sitios en limusina… Pero volver a ver ese concierto me ha hecho echar terriblemente de menos a Prince, fue una pérdida tremenda. Nos dio tanto y nos enseñó tanto… Habría sido muy interesante ver a un Prince más mayor en este mundo, comprobar qué tenía que darnos un tipo mayor y muy funky [risas].
SHANGAY ⇒ ¿Habéis llegado a asimilar su muerte?
LISA ⇒ No del todo. De vez en cuando vuelvo a pasarlo mal al pensar en ello. Cuando sucedió nos pareció simplemente increíble de primeras. Me quedé en shock, destrozada. The Revolution nos volvimos a unir para dar conciertos, y el primer año cada show era muy complicado, porque no era fácil celebrar por un lado su legado y por otro vivir el duelo.
La mezcla de emociones lo hacía todo muy difícil, aunque nos ayudó compartir la pena con los fans que venían a vernos. Y si finalmente volvemos a actuar, nos estamos planteando no contar con un cantante, sino convertir los conciertos en formato sing-along, porque evidentemente, Prince es irreemplazable.
SHANGAY ⇒ ¿Fue complicado asimilar todo lo que vivisteis en la era Purple Rain?
LISA ⇒ Mucho. Todo iba muy rápido y muy loco. Te diría que nunca llegamos a asimilarlo [risas]. Porque no dejábamos de trabajar ni un día. Ha sido con el paso del tiempo cuando hemos sido conscientes de todo lo que nos pasó en aquellos momentos.
WENDY MELVOIN ⇒ No nos daba para entregarnos a la típica vida de las estrellas del rock. Teníamos que darlo todo en el escenario cada noche y no nos podíamos despistar. Acabábamos el concierto, nos íbamos al hotel, comíamos algo y a dormir. Y al día siguiente, igual. Lo mejor de todo para mí en esa época, lo que realmente me ayudó a llevarlo bien, era que tenía a Lisa, mi chica, conmigo, así que hacíamos vida de pareja en nuestros ratos libres. Creo que eso fue básico para que no se nos fuera la cabeza a ninguna de las dos.
«De joven, la actitud de Prince estaba impregnada de cierto machismo, no se sentía cómodo entre gais»
SHANGAY ⇒ ¿Os preparó de alguna manera Prince para todo lo que se venía con el lanzamiento de Purple Rain?
LISA ⇒ La verdad es que no… Porque de primeras pensamos que lo habíamos hecho sería una película de culto, y nos sentíamos una banda alternativa. Pero lo que hacíamos se convirtió en el pop más exitoso del momento. Nos sorprendió mucho que nos hiciéramos tan populares.
SHANGAY ⇒ ¿Cómo vivíais vuestra visibilidad como artistas LGTBIQ+, algo que no era tan habitual en esos primeros 80?
WENDY ⇒ Prince no nos dijo en ningún momento que su intención era dar visibilidad a personas de la comunidad. De lo que estaba orgulloso era de que Lisa y yo fuésemos una pareja orgullosa de ser como éramos. Le llamaba mucho la atención nuestra relación, y le resultaba curioso que no le necesitáramos para sobrevivir [risas]. Creo que le aliviaba, en cierta manera, no tener que adoptar con nosotras una actitud propia de un novio, porque desde luego no lo era.
SHANGAY ⇒ ¿Hablasteis con él alguna vez abiertamente sobre vuestra relación y nuestra comunidad?
AL UNÍSONO ⇒ No, nunca hablaba con nosotras de cuestiones así de personales.
WENDY ⇒ De hecho, yo te diría que era un poco quisquilloso en cuestiones relacionadas con la comunidad LGTBI cuando era más joven. Se sentía incómodo entre hombres gais, le pasó durante mucho tiempo; no quería que nadie pensara que él lo era. Contar con dos mujeres lesbianas en su banda no le suponía ningún problema, es algo muy propio de una mentalidad hetero, pienso yo. Estaba encantando de que nosotras fuésemos pareja, y es algo que utilizó conscientemente.
LISA ⇒ Estoy de acuerdo. Solo hablaba de sexualidad en su música, y le apasionaba generar misterio. Que la gente se preguntase si había alguien gay en la banda o no, si alguno estaba liado con otro [risas]. Pero nunca nos preguntó por nuestras reivindicaciones, o se planteó qué imagen proyectábamos al resto de la comunidad. Pero es cierto que ese tipo de conversación no la tenía con nadie del grupo, fuese de la comunidad que fuese.
SHANGAY ⇒ Me resulta curioso, porque a muchas personas LGTBIQ+ nos transmitía también con su actitud en esa época en que tocabais con él que no le importaban las etiquetas ni los géneros. Con los años, no lo tuve tan claro…
WENDY ⇒ Es un tema muy interesante, que daría para una entrevista que duraría un día entero. Yo solo hablo por mi propia experiencia, y siento que de joven estaba impregnado de cierto machismo, a pesar de que intentase andar sobre una línea muy fina a la hora de plasmar su sexualidad a nivel visual. Y su manera de reflejar su feminidad para mí tenía un punto trans. Su actitud cambió con los años, estoy segura de que esos prejuicios quedaron atrás y se sentía cómodo con cualquier persona. Y lo que te transmitía a ti es cierto, era un hombre abierto y amaba a todo el mundo. Solo que a él le representaba esa expresión que escuchamos tanto en la administración de Clinton…
LISA ⇒ «Don’t ask, don’t tell» [«No preguntes, no digas», como se conocía popularmente la política oficial sobre homosexualidad y bisexualidad de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos, revocada en 2010]. Es verdad, Prince era así.
«Éramos muy felices pasando las veinticuatro horas del día juntas durante la gira de Purple Rain»
SHANGAY ⇒ ¿Qué suponía para vosotras ser dos mujeres abiertamente lesbianas que triunfaban a lo grande, algo que no era nada usual?
LISA ⇒ Es curioso que apenas se nos acercaba nadie de la comunidad en conciertos ni nada parecido.
WENDY ⇒ Igual que es curioso que [la revista LGTBI] Out no quiso entrevistarnos hasta 2009. Pero también es cierto que nosotras no protagonizamos una salida del armario, porque siempre estuvimos fuera. En aquellos 80 mucha gente no sabía cómo catalogarnos. Nuestro peluquero de la época, que trabajaba con Raquel Welch, nos contó que un día le preguntó: «¿Son lisptick lesbians o qué son?» [risas].
Creo que eso mismo se lo preguntaba otra mucha gente, y a nosotras nos daba igual cómo nos vieran. Porque tampoco nos planteábamos ser un referente de visibilidad, solo queríamos que se nos valorase como músicos. Ni Lisa ni yo queríamos que se nos denominara «músico lesbiana» o «mujer músico»; somos músicos y punto.
LISA ⇒ Era lo maravilloso de nuestro grupo, que todos éramos iguales dentro de él, por muy distintos que fuésemos como personas. Daba igual tu raza, tu sexualidad y tus orígenes; evitábamos cualquier definición para que el público simplemente se empapase de la emoción de la música que hacíamos y se sintiese interesado por una persona u otra en función de lo que transmitíamos.
SHANGAY ⇒ ¿Qué fue lo mejor de aquella gira de Purple Rain?
LISA ⇒ La comida [risas].
WENDY ⇒ Está de broma, tranquilo… Lo mejor fue ser consciente de que cada noche tocábamos mejor; nos hacía sentir muy poderosas. Seis meses después de empezar el tour éramos un grupo perfectamente engrasado. Experimentar y progresar día a día, además junto a Lisa, fue increíble.
LISA ⇒ Éramos muy felices pasando las veinticuatro horas del día juntas.
«Nunca hemos querido que se nos diga ‘músico lesbiana’ o ‘mujer músico’; somos músicos y punto»
SHANGAY ⇒ Los fans están deseando que se publiquen oficialmente grabaciones inéditas de Prince en las que participasteis activamente. ¿Y vosotras?
WENDY ⇒ Ahora que Sony tiene los derechos de prácticamente todo su catálogo, su intención es publicar todo lo que puedan, así que estoy segura de que todo verá la luz. Para mi gusto se ha publicado ya demasiado muy rápido, hace muy poco que se fue. Pero no va a quedar ni un tema sin publicar, eso seguro.
SHANGAY ⇒ ¿Cómo reaccionáis con cada lanzamiento póstumo?
WENDY ⇒ Por un lado, nos sentimos muy orgullosas cada vez que se publica un proyecto en el que participamos, porque nos dejamos la piel en aquellos años en que trabajamos con Prince. Fueron cinco años al pie del cañón sin descanso.
LISA ⇒ Lo que nos deja un regusto amargo es que no tengamos ningún tipo de propiedad de esas obras. No se nos informa de nada y de repente te enteras de que sale algo y piensas «oh, ahí toco yo» o «soy una de las compositoras de esa canción».
SHANGAY ⇒ Sí os halagará lo mucho que se ha reivindicado vuestro trabajo junto a Prince desde que falleció…
WENDY ⇒ Me emociona profundamente. A la vez, me entristece, porque hubiese deseado con toda mi alma que Prince, Lisa y yo hubiésemos seguido haciendo música juntos. Pero en los dos últimos años de vida nos resultaba muy complicado comunicarnos con él, estaba en su mundo. Todavía no he logrado darle un sentido a lo que pasó [cuando Prince decidió prescindir de ambas en 1986], porque lo que vivimos juntos fue muy poderoso.
LISA ⇒ Necesité mucho tiempo para asumir lo que ocurrió, liberarme de ciertos sentimientos y quedarme solo con lo positivo. Y también me produce sensaciones agridulces cuando leo cosas preciosas que escriben sobre nuestra aportación a la obra de Prince, porque considero que es muy tarde para ello. Es que Prince, Wendy y yo creamos juntos algo tan especial que no puedo evitar seguir lamentándome de que no pudiéramos continuar haciéndolo. Éramos como un monstruo de tres cabezas que se retroalimentaban…
WENDY ⇒ …y creamos un lenguaje musical hermoso juntos, con la principal intención de emocionarnos unos a otros. Nunca piensas que se puede prescindir del segundo al mando. Pero, ¿sabes qué? Sí se puede [risas]. Porque no éramos Prince, Wendy & Lisa: trabajábamos con Prince. Él tenía la razón.
SHANGAY ⇒ ¿Cuál es ahora mismo vuestra canción preferida de todas las que grabasteis con él?
WENDY ⇒ La versión extendida de Mountains. Espectacular.
LISA ⇒ ¡Guau, qué buena elección! Pues yo voy a decir I Would Die 4 U, porque cada vez que la escucho me emociono.
FOTOS: NANCY BUNDT
PRINCE AND THE REVOLUTION: LIVE ESTÁ PUBLICADO POR PRIMERA VEZ EN VINILO, CD Y BLU-RAY POR NPG/SONY