María Casado: "Este año me he dedicado a mí, a crear una familia con Martina"

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Tener a María Casado entre los personajes de Bandera LGTBIQ+ del Anuario Shangay era uno de los retos de quien esto firma. Y ha sido una maravilla de sueño cumplido. La periodista está feliz, pletórica, y nos habla de todo.

No solo del maravilloso momento profesional que está viviendo junto a Antonio Banderas –con quien está mano a mano en el Teatro Soho de Málaga y quien ya fue personaje protagonista de nuestra bandera en 2019– o de sus más que fructíferos años como presidenta de la Academia de Televisión. También nos habla del momento personal tan pleno en que se encuentra, en el que la cantante Martina diRosso juega un papel fundamental. Una mujer que le ha cambiado la vida. “Creo que este año me toca ser bandera… Primero, por la bonita insistencia que he tenido desde hace muchos años por vuestra parte», nos dice entre risas. Y añade: «Pero, sobre todo, porque este año me he dedicado a mí, estoy más serena y tranquila. Y porque, simplemente, me apetecía estar con vosotros. Pienso que desde la naturalidad se pueden romper muchos techos y suelos de cristal que todavía hay por ahí”.

SHANGAY ⇒ Estamos ya en diciembre y con el Anuario 2022. ¿Cómo ha sido para ti este año que termina?
MARÍA CASADO ⇒ Una locura. El aterrizaje, después de dos años intensos, en Málaga. Pero una sido una bendita locura para bien.

 

SHANGAY ⇒ ¿Con qué te quedarías?
MARÍA CASADO ⇒ Con lo personal [nos dice sin dudarlo]. Después de mucho tiempo, he apostado por mí, por montar mi familia, por hacer el reagrupamiento familiar. Ha sido un año pensando en mí.

SHANGAY ⇒ ¿Por qué crees que te hemos elegido para ser una de las abanderadas, de las protagonistas de la Bandera LGTBIQ+ de nuestro Anuario 2022?
MARÍA CASADO ⇒ Creo que este año me toca, primero, por la bonita insistencia que he tenido desde hace muchos años por parte vuestra [gran carcajada, porque llevamos insistiendo con ella desde que hicimos la primera bandera con personajes, hace ya cinco años]. Pero, sobre todo, porque, como te digo, este año me ha dedicado a mí, estoy más serena y más tranquila. Y simplemente me apetecía estar con vosotros.

«A través de una amiga apareció en mi vida Martina… A su lado he conocido lo que yo pensaba que era el amor de verdad. Ahora tengo esa inmensa suerte»

SHANGAY ⇒ ¿Cuál crees que es el siguiente paso que debe dar el colectivo LGTBIQ+?
MARÍA CASADO ⇒ Creo que es seguir haciendo ruido en la manera en la que cada cual considere que lo debe hacer: dar visibilidad y tener presencia. Desde la naturalidad se pueden romper muchos techos y suelos de cristal que todavía hay por ahí.

SHANGAY ⇒ En nuestra revista creemos que cada uno puede y debe hacer bandera desde dónde quiera, como quiera, pero también solo si quiere… ¿Cómo es tu forma de ser abanderada?
MARÍA CASADO ⇒ La gente que me conoce, que ha seguido un poco mi trayectoria, sabe cómo soy: una tía bastante natural, muy discreta. Pienso que, desde esa normalidad, he procurado dar esa visibilidad a lo que ha sido mi vida, que la he vivido con naturalidad en mi entorno. Pero, por esa discreción, porque me gusta mi momento de privacidad, seguramente no me ha gustado tanto compartir.

 

SHANGAY ⇒ ¿Dónde colocarías hoy día esta bandera?
MARÍA CASADO ⇒ La podría colocar en tantos sitios… Al final uno tiene que buscar el lugar de origen. Ahora mismo, en cada rincón de donde vivo en Málaga. Esta bandera debería estar tatuada en muchos corazones. Pero si me toca colgarla, en todos los balcones.

SHANGAY ⇒ ¿Cómo ves la situación hoy con nuestros derechos, crees que puede haber retrocesos?
MARÍA CASADO ⇒ No quiero mirar atrás. Hay que mirar para adelante y creer en todo lo que se ha conseguido durante tantos y tantos años. Yo voy a seguir con naturalidad. Viajando te das cuenta de lo que tenemos, de los grandes logros que se han conseguido en estos últimos años. El simple hecho de ir con tu pareja de la mano, dándote un beso… En otros países no es tan normal. De hecho, es ilegal en muchos. Con esa inmensa suerte que tenemos, por la batalla que ha habido durante mucho tiempo, con la pelea y el impulso de mucha gente, estamos en un momento muy bonito. ¿Miedo? Es que yo no quiero vivir con miedo. No quiero dejar de vivir, porque no hago nada malo.

SHANGAY ⇒ Nunca te has ocultado. En tu vida privada, en el día a día de tu larga carrera profesional, siempre has vivido con la verdad por delante. ¿Has sentido rechazo en algún momento?
MARÍA CASADO ⇒ En general, te diría que no. Y lo digo con convencimiento. Creo que todos nos podemos haber encontrado con personas que hayan tenido ese punto de homofobia. O simplemente por el hecho de ser mujer… Pero yo tengo que decir que no. Además, seguramente, porque nos movemos en una profesión en la que, en general, somos personas abiertas y conocemos a mucha gente. Pero en general no he vivido ningún episodio. Al contrario, no he tenido problema. Y he trabajado con gente de todas las ideologías.

SHANGAY ⇒ El colectivo está viviendo una especie de revolución, en la que se reivindican identidades de todo tipo, y en la que hay que cuidar extremadamente el lenguaje para no herir sensibilidades…
MARÍA CASADO ⇒ Siempre tiro del sentido común, y pienso que hay tantas reivindicaciones como personas. Cada uno es un mundo, y puede reclamar porque lo siente, o lo sufre, así. Pero con sentido común, con respeto por el de enfrente, el día a día es más sencillo.

SHANGAY ⇒ Terminamos 2022… ¿Qué le pides a 2023?
MARÍA CASADO ⇒ Como en el chiste: Virgencita, que me quede como estoy. Tengo la inmensa suerte de que todo lo que viene es siempre un premio y un regalo.

 

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SHANGAY ⇒ ¿Esta nueva vida en Málaga te ha cambiado por completo las prioridades?
MARÍA CASADO ⇒ En esta locura malagueña, a través de una amiga en común, apareció en mi vida Martina. Viene a Málaga y… tuve la inmensa suerte de conocer a su lado lo que yo pensaba que era el amor y no lo había conocido nunca. Ahora tengo esa inmensa suerte [Apunte importante: Martina está con nosotros en esta entrevista y nos y dice, «y yo también»]. Siempre le preguntaba a un amigo de Barcelona, «¿pero cuándo voy a saber yo quién es la persona?». Él me contestaba que lo sabría porque sería fácil. Con ella es fácil.

«He vivido muy libre, pero durante muchos años he estado con un escudo puesto. Pero ahora estoy cansada»

SHANGAY ⇒ ¿Y fue nada más conocerla?
MARÍA CASADO ⇒ Sí. Y ha sido una locura maravillosa. La de formar una familia, la de de traerme a mi madre para Málaga, hacer reagrupamiento… La de vivir.

SHANGAY ⇒ Dices formar una familia… ¿Os estáis planteando ser madres?
MARÍA CASADO ⇒ Nosotras tenemos nuestra familia con nuestras gatas, y el tiempo dirá. Pero yo no lo descarto. Soy muy niñera, Martina también… El tiempo dirá.

 

SHANGAY ⇒ Además, hay distintos tipos de familia, y nadie tiene que imponer un modelo…
MARÍA CASADO ⇒ De momento, nosotras ya somos familia.

SHANGAY ⇒ Durante mucho tiempo, cuando se hablaba de posibles relaciones tuyas, siempre has respondido muy bien cuando se te preguntaba por ello. Eso demuestra que la gente que se hace respetar es respetada en su privacidad, y eso no les impide hacer su vida.
MARÍA CASADO ⇒ ¡Y yo la he hecho! Y me han sacado en revistas. Pero es que, al final, cuando eres un personaje público creo que hay que tener una parcela que es para ti. Me siento muy orgullosa de hablar de Martina, y lo seguiré haciendo. Pero dentro de nuestra relación hay una parcelita que la quiero para mí, creo que la gente la tiene que respetarla. En mi caso, sí que es cierto que he vivido todo con mucha discreción. Primero, que no me ha gustado nunca ir a sitios, a saraos. Me he dejado ver muy poco en fiestas. También es verdad que me he dedicado solo a trabajar. A partir de los cuarenta, que para mí han sido reveladores en muchas cosas, creo que está bien vivir con más tranquilidad. He vivido muy libre, pero seguramente durante muchos años he estado más con un escudo puesto. Pero ahora estoy cansada. Es normal que se genere ese interés, pero no he querido entrar en eso.

SHANGAY ⇒ Dices que para ti era un ‘escudo’…
MARÍA CASADO ⇒ Seguramente por la necesidad, o por creer que así me protegía. Por ese no querer entrar en eso.

SHANGAY ⇒ O igual porque no habías encontrado ese amor verdadero, como tú misma has dicho…
MARÍA CASADO ⇒ Sí. Pues seguramente iba por ahí… En el fondo soy una tía muy pudorosa. Soy muy abierta, pero también pudorosa, muy mía para mis cosas. Una tía muy para adentro en ese sentido. Puedo ser muy extrovertida, que lo soy, pero en el fondo soy una profunda tímida.

SHANGAY ⇒ Eres una mujer valiente que ha dejado una plaza fija en TVE, en un momento como este, en el que nuestra profesión del periodismo está como está…
MARÍA CASADO ⇒ No sé si es valentía, o que simplemente a veces hay que escuchar un poco a la vida, por dónde te va llevando. Y lo de valiente…, seguramente porque mis circunstancias me permitían serlo, dejar mi piso de alquiler, coger la maleta y bajarme a Málaga. Pero creo que era el momento de cambiar. Y seguramente no era consciente de lo que me ‘comía’ Madrid y de las ganas que tenía de hacer otras cosas.

SHANGAY ⇒ Y diste el salto al otro lado del río: cambiaste el periodismo, el contar tú la noticia, por estar al otro lado. Tu trabajo ahora es dotar de contenido informativo, muy interesante por cierto, a tus compañeros. Aunque sigues con tu programa en TVE, ¿echas de menos estar más en este lado?
MARÍA CASADO ⇒ No, porque tengo la sensación de que cuando quiero cruzo el río y me mojo los pies. ¡Y me pongo de agua hasta la rodilla! [risas]. Voy y vengo. Y sobre todo, tengo la inmensa suerte de no desvincularme. Lo que he dejado de hacer es televisión diaria. Pero sigo en el medio, hago cosas de publicidad con la productora, galas… Tengo la suerte de sentirme nueva todos los días.

SHANGAY ⇒ Ahora, desde el otro lado, un poco de autocrítica con nuestra profesión… ¿Cómo se ve desde fuera?
MARÍA CASADO ⇒ La distancia te da, sobre todo, la sensación de que vivimos la profesión con mucha prisa. Esa prisa nos hace ver las cosas con las luces muy cortas, y a veces es necesario poner las largas. Vamos al día a día, a sacar la noticia del momento. No nos paramos a conversar, a charlar. A rascar un poquito qué hay detrás del personaje. Me parece que perdemos un poquito la perspectiva en la vorágine del día a día.

SHANGAY ⇒ En ese sentido, la prensa digital tiene un lado muy bueno, que permite la inmediatez y el no tener límites en la extensión. Pero también ayuda a tener esas prisas…
MARÍA CASADO ⇒ Cuando iba a la universidad, me decían que había que llamar a tres fuentes para contrastar la información; ahora no te da tiempo [risas]. Creo que las generaciones nuevas van con tanta prisa que, con suerte, llaman a una. Eso me da pena, pero también miedo porque, sin querer, podemos llegar a cometer errores.

«Ahora me he soltado la melena, siempre he sido demasiado responsable»

SHANGAY ⇒ ¿Qué les dirías a los que empiezan en el periodismo, que tienen unos retos apasionantes en un mundo muy complicado?
MARÍA CASADO ⇒ Creo que tienen unas cualidades que nosotros no teníamos, porque ha cambiado todo muy rápido, como la tecnología, y ellos están muchísimo más adaptados a todo. Ahora, cualquier joven te hace un podcast de vídeo, de audio, con mucha facilidad. El ser nativos digitales les va a dar una apertura en todo, en la manera de hacer televisión o radio. Algo que yo no he tenido, pues soy muy clásica, y cambiar ese chip me cuesta mucho. Puedo entrar, pero me cuesta. Es gente que se va a espabilar mucho. Esta profesión siempre ha sido dura, nunca ha habido un momento fácil. Recuerdo que en primero de carrera me decían «vais a ir todos al paro». Eso te hace fuerte, la piel dura. Y hay que decir que el factor suerte también ayuda. Tengo compañeros que estudiaban igual o más que yo pero les faltó ese punto de fortuna. ¡Y yo era muy formal! Tanto que iba a la cafetería y me encontraba mis apuntes en la mesa de al lado, con gente que no conocía… Era demasiado responsable.

SHANGAY ⇒ ¿Te estás soltando ahora la melena?
MARÍA CASADO ⇒ [Se lo piensa un segundo y estalla en una carcajada] Sí. He sido siempre demasiado responsable. De hecho, me saqué la carrera con beca. Y tenía ese sentimiento de responsabilidad muy fuerte y marcado.

 

SHANGAY ⇒ Tras cuatro años al frente de la Academia de Televisión, ha cogido nuevos aires…
MARÍA CASADO ⇒ Ha sido sido otro salto, otro de los techos de cristal que también se han roto. Tener en un puesto de presidenta de la Academia de la Televisión a una mujer… Esa visibilidad que da el puesto ya no solo ha sido por ser mujer, sino porque también ha sido una ruptura generacional, aunque en nuestra junta hay gente de todas las ideologías y edades. Pero que la cara visible sea una mujer joven, en activo, creo que ha ayudado mucho. La valoración de estos cuatro años es muy buena. Y eso que nos han tocado dos en pandemia… Hemos incorporado las plataformas a la Academia. Yo no entiendo una academia de la tele sin pensar en cómo la gente ve ahora la televisión. Las plataformas forman parte de nuestro día a día. Estamos intentando poner en marcha un Museo de la Televisión: no me creo cómo en este país aún no lo tenemos. Se han perdido muchas cosas, pero aún quedan. Yo es que soy un poco romántica en eso. Sé que aún hay parte de las escenografías del Un, dos, tres por ahí perdidas; don Pimpón y Espinete están en una caja de cartón en Prado del Rey [el que terminó en un vertedero por estar impregnado de amianto es solo uno de los que había]. Hay muchas cosas que creo que nos merecemos tener. Forman parte de nuestra historia. Me apetece mucho poner eso en marcha. Estamos en conversaciones con el Ministerio de Cultura.

SHANGAY ⇒ ¿La tele convencional ha muerto?
MARÍA CASADO ⇒ La tele está cambiando, y mucho. La forma de verla, y, evidentemente, la de hacerla. Cada vez somos menos los que tenemos la capacidad o el tiempo para ver algo. Para mí sí que es sagrado ver los informativos de las tres y las nueve. Pero para el resto, tiro mucho de ‘a la carta’. Pienso que la tele convencional va a seguir existiendo, pero afortunadamente todas las cadenas están ya preparadas para tener la posibilidad de verlas cuando uno pueda.

«Antonio Banderas me ha quitado muchos miedos de encima; me ha abierto la mente. Es un ángel de la guarda»

SHANGAY ⇒ Y encima has dado el salto al teatro, y de la mano de Antonio Banderas…
MARÍA CASADO ⇒ La llegada de Antonio a mi vida ha sido la de un ángel de la guarda que lo ha cambiado todo. Llegó como algo profesional, pero ya es algo personal. Es un proyecto apasionante, yo me encargo de la parte de la productora audiovisual. Pero aparte, en Antonio todo son vasos comunicantes. Llegó un día en que le dio un infarto y decidió que su ilusión en la vida era hacer teatro. Pero teatro musical. Compra uno en Málaga, lo levanta de nuevo, consigue su sueño y lo que él dice: «¿Qué es lo peor que te puede pasar cuando compras un teatro? Pues que llegue una pandemia». Tuvo que cerrar. Me doy cuenta de la suerte que tengo de trabajar al lado de alguien que me ha quitado muchos miedos de encima. Me ha abierto la mente, me ha dicho, «sueña alto, a lo grande, que la vida ya te irá bajando». Tener la oportunidad de poder centrarme en la parte más creativa de mi profesión, algo que no había podido hacer, me ha abierto la cabeza por completo. El reto es apasionante… Él quiere dejar un legado. Así me lo contó desde la primera semana en la que estuve en Málaga. Le apasiona el teatro musical y busca los clásicos, los que sabe que por presupuestos muchas compañías no podrían afrontar. Lo que quiere es dejar ese legado: que podamos disfrutar aquí lo que él ha visto durante su vida por el mundo.

SHANGAY ⇒ ¿Cómo se trabaja de tú a tú con una superestrella de Hollywood?
MARÍA CASADO ⇒ Primero, difícil encontrar un ratito para estar con él [risas], por lo que hablamos mucho por teléfono. No solo es el teatro, está la productora, los rodajes… De golpe y porrazo te dice: «Me ha llamado Spielberg, y no sé qué hacer…». Y yo pienso, ¿pero me lo está preguntando de verdad? Es muy divertido. Su vida es una locura y, al final, te metes un poco en esa vorágine. Hablamos mucho por teléfono y nos encontramos en días muy, muy puntuales. Es un loco maravilloso que te rompe muchos esquemas. Ahora lo vais a tener en Madrid, en Company, hasta el día de San Valentín, en febrero de 2023. Soy mujer bandera LGTBI de Shangay y ‘mujer de Banderas’: del Banderas y de bandera [risas].

SHANGAY ⇒ En esta nueva realidad que estás viviendo, ¿cuáles son tus próximos retos?
MARÍA CASADO ⇒ Vivir en Málaga te da otra perspectiva. Me he propuesto vivir de vacaciones aunque trabaje mucho. En eso estoy. Para este próximo año, lo que de verdad quiero es seguir disfrutando de mi profesión. ¿Tú crees que yo podía disfrutar cuando me levantaba todos los días a las tres de la mañana? Eso es incompatible con la vida. Así me he tirado veinte años. No quiere decir que no me haya divertido mucho haciendo tele, ero ahora, cuando me suena el despertador a las 7 de la mañana, pienso «¡soy una reinona!».

SHANGAY ⇒ Puestos a pedir, pide algo más…
MARÍA CASADO ⇒ Ya, si nos ponemos, mi propósito es no poner el despertador… ¡Qué alegría! No hay nada más después de eso [carcajada].