Espina de Vil, en 'Generación selfi': "Por fin soy la mujer que dibujé siendo niña"

La joven pintora sevillana Espina de Vil cuenta en primera persona su historia, la de una mujer trans que se ha creado un universo muy personal, huyendo de convencionalismos.

Espina de Vil, en 'Generación selfi': "Por fin soy la mujer que dibujé siendo niña"
Agustín Gómez Cascales

Agustín Gómez Cascales

He viajado en limusina con Mariah, he tomado el té con Beyoncé, he salido de fiesta con J.Lo y he pinchado con RuPaul. ¿Qué será lo próximo?

15 diciembre, 2022
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Espina de Vil comparte aquí su propia historia. La de una niña que supo pintarse como la mujer que sería un día, la que ahora habla con nosotres.

Apasionada de su pintura, en ella refleja todas sus obsesiones, todos lo que le emociona y le molesta, todo aquello que forma parte de su mundo. Un mundo que ahora puedes descubrir aquí por su propia voz, como parte de nuestra Generación selfi.

NIÑA MUTANTE

NIÑA MUTANTE

«Me considero pueblerina porque nací en un pueblecito de Sevilla [risas]. Prefiero guardármelo. De pequeña era muy buena niña, y muy feliz. Y una esponja, lo absorbía todo, aunque solo lo que me interesaba. Siempre fui diferente, destacaba frente a los demás por cómo hablaba, por cómo me vestía, por mi comportamiento…

Me crie viendo The Wall, de Pink Floyd, que me lo ponía mi padre todo el tiempo. La película me marcó muchísimo estéticamente, tanto a la hora de ver la vida cuando llegué a la adolescencia como para pintar. Ya de niña me pasaba el día pintando. No me llamaban la atención los juguetes. Lo único que le pedía a los Reyes siempre fue el Quimicefa, porque quería tener una planta mutante. Y lo que hice fue matar todas las que había en casa con todo lo que les echaba».

VILLANA SEVILLANA

VILLANA SEVILLANA

«Desde niña me llamaron mucho la atención las villanas: Cruella de Vil, Maléfica, la madrastra de Blancanieves… Se convirtieron en un ideal estético para mí, en referencias para cómo quería ser de mayor. Las veía como figuras de autoridad, moviéndose por la vida por sentimientos viscerales, e inconscientemente fui adoptando esas actitudes. Así que me movía entre la realidad y el ‘no mundo’.

Siendo de pueblo, en la adolescencia me hicieron la vida imposible por no ser la típica persona que se mueve por los cánones sociales. Recuerdo una vez que cogí rotuladores y me pinté todos los brazos como si tuviera tatuajes, y me vinieron con papel de aluminio a intentar borrármelos y me dejaron en carne viva…

Como parece que nací con 80 años, enseguida dejé de relacionarme con gente de mi edad, prefería ir con gente mayor. Podía confiar más en una maestra que en alguien de mi clase. Nunca olvidaré cuando una de ellas, al chivarse gente de mi clase de que me habían visto besándome con un chico, les dijo: ‘El amor es así’. Se me quedó grabado».

AUTORRETRATO FIEL

AUTORRETRATO FIEL

«Un vez acabé el bachillerato de artes, hice cursos de peluquería y el grado medio de administración y gestión de empresas. Me estuve preparando unas oposiciones, pero llegó la pandemia, y al carajo. Soy golfa pero con estudios [risas]. No me haría feliz tener un trabajo común y un día a día corriente. Quiero dedicarme por completo a mi pintura. Como todavía no es posible, ahora la compagino con un trabajo en una biblioteca.

Desde niña tuve claro que la pintura era mi vida. De hecho, tengo una foto con cuatro años en la que salgo pintándome, y ves ese autorretrato y salgo tal y como soy ahora, clavada. Es algo que me dejó a cuadros cuando la vi por primera vez. Y es que a través de mi pintura siempre he reflejado lo que quería lograr en la vida, y también cómo me sentía y cómo quería ser».

UN VIAJE DURO

UN VIAJE DURO

«Ha sido muy complicado llegar a ser como soy ahora. Recuerdo ver en la tele el vídeo de Entre mil dudas, de Fangoria (2004), y ver a las chicas trans que salían, poniéndose tetas, pelucas… y dije ‘pero si soy yo’. O a Mónica Naranjo en el de Desátame. O a Madonna en el libro Sex, que me lo descargué como pude… Fueron referencias importantes para mí. Instintivamente, me veía reflejada en ellas.

Empecé a ir en contra del mundo, porque tenía motivos. Porque hace doce años las cosas no eran como ahora para las chicas trans. Salía de mi casa y me pintaba y me cambiaba en el autobús para ir a ver a cada novio que tenía en un barrio de Sevilla. Viví situaciones complicadas en la calle: intentaban abusar de mí, llegaron a romperme la nariz, intentaron quemarme el pelo…».

DE LOCOS

DE LOCOS

«Ahora mi familia lo lleva muy bien, al principio, regular. Claro, cuando se enteran, intentan sobreprotegerte, y yo era una adolescente muy rebelde. Si me pegaban por pintarme el rabillo del ojo yo iba y me rapaba los dos lados de la cabeza y me lo pintaba aún más grande. A los 13 años les dejé claro que quería empezar con las hormonas. Y viví momentos muy complicados.

Tuve que ir a Málaga, a la Unidad de trastorno de identidad de género. Aquello era horrible, porque iban todas las mujeres trans de Andalucía, y la psiquiatra te veía como si estuvieras esquizofrénica. Terminé metida en las drogas, porque una cosa llevó a la otra, y entré en un centro para desintoxicarme. Por fin, con 19 años, pude empezar con las hormonas».

SIN REFERENTES

SIN REFERENTES

«Por fin me siento más tranquila. Por fin soy la mujer que dibujé siendo niña. Y mi pintura ha ido cambiando, claro. De pintar esas brujas con las que me identificaba he pasado por una etapa sentimental, otra más abstracta y chunga… Ahora lo reflejo todo, desde lo que me inspira a lo que me da asco y lo que critico, siempre con un punto muy narcisista.

Ahora mismo no tengo referentes trans, porque todas me parecen muñecas chochonas. Solo veo caras bonitas. Aquí se endiosa muy rápido a la gente, y a cualquiera la convierten en un referente. En todo caso, salvo a Amanda Lepore, pero porque habla poco…».

Esta es la historia de Espina de Vil hasta hoy. Un relato de visibilidad trans muy especial, reflejo perfecto de cómo es la artista sevillana.

Un nuevo autorretrato que añadimos a nuestra diversa Generación selfi, donde apostamos por relatos sinceros de personas de la comunidad LGTBIQ+ que quieren compartir sus vivencias con nosotres.

LA EXPOSICIÓN ADIURO TE DEMON DE ESPINA DE VIL SE PUEDE VISITAR ACTUALMENTE EN A CORUÑA (ALMACÉN CONCEPT STORE)

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