La artista drag de Castellón La Niña Delantro vive un momento dulce gracias a su participación en la actual edición de Drag Race España. Aura Ibáñez, una joven trans de 23 años, que sigue viviendo en su Castellón natal, ha visto cómo gracias al drag su vida ha dado un giro de 180 grados.
Aura/La Niña Delantro es uno de los nombres más populares surgidos en Castellón en los últimos tiempos junto a la artista urbana Metrika. Que es amiga suya, como descubrimos nada más nombrársela: «Es que nos conocemos desde hace muchísimos años, incluso hemos compartido bailarinas», recuerda.
Si Métrika está contribuyendo muchísimo a la visibilidad bisexual con su música, La Niña Delantro está haciendo lo propio para la comunidad trans con el drag, utilizando la plataforma de Drag Race España. Como aún quedan algunas semanas para que finalice su temporada, no puede aún hablar de lo que ha supuesto el programa para ella. Pero sí ha querido compartir con nosotres su experiencias más personales como parte de nuestra Generación Selfi.
EN MI BURBUJA
«Tuve una infancia superfeliz, no la recuerdo traumática. Algo de bullying en aquella época recibí, pero no me afectaba, porque estaba siempre con mi grupito de amigas; con ellas estaba en mi espacio seguro. Con el tiempo me he dado cuenta de que siempre he hecho lo mismo: camuflarme en mi burbuja. Me cuesta enterarme de que me están intentando hacer daño, hasta que exploto (algo de lo que me he dado cuenta viéndome en Drag Race España). A veces llegaba a casa llorando, y ahí estaba mi madre para ayudarme, pero eso no significaba que no quisiera ir a clase, ni mucho menos…
Tengo muy buenos recuerdos, sobre todo porque cuando terminaba el colegio iba a clases de baile, algo por lo que apostó mi tía Sonia desde el primer momento. Mis padres no veían claro al principio que ‘un niño’ tuviese esas inquietudes artísticas, pero cuando lo comprendieron, me apoyaron totalmente; vieron que mi vida era eso, estar rodeada de artistas y crecer en ese mundo”.
LIBÉRATE
“En el arte encontré la liberación, estudiando danza y teatro. Porque la adolescencia sí fue un poco más dura. Me sentía incómoda con los chicos que estudiaban conmigo, compartiendo vestuario con ellos, viendo cómo me trataban como ‘el maricón’… De repente, tanto ellos como ellas se empezaron a desarrollar físicamente, y comencé a sentirme sola; no podía hacer las mismas cosas, no me sentía ni como ellos ni como ellas.
Empecé a salir con amigas más mayores y tuve una adolescencia muy precoz: empecé a fumar, beber y tener relaciones con chicos demasiado pronto. Aparentaba ser feliz, pero a nivel mental estaba muy mal, discutía mucho con mis padres y no pocas veces llegué a casa al borde del coma etílico… Para ellos fue muy dura esa etapa mía tan rebelde, porque me veían triste y amargada».
A POR LA ESTABILIDAD
«En el instituto primero salí del armario como no binaria. Ten en cuenta que soy muy joven, y ya entonces existía el no binarismo [risas]. Pasé de la ESO, con uniforme, a otro instituto a estudiar bachiller artístico, y por fin podía vestir como quería, ya iba con el pelo largo y faldas. Pero no salí del armario como mujer trans hasta 2020, un años después de terminar el instituto y al romper la relación con un novio de cuatro años.
Cuando comencé la transición me sentí de nuevo liberada. Cambió mi manera de relacionarme, de ver las cosas, de trabajar, de tratar a mis padres…; todo se calmó, estaba más centrada. Que no feliz, porque eso me parece una mentira muy grande. ¿Por transicionar vas a ser feliz? Yo no; no creo que tu identidad y tu sexualidad tengan que ver con tu felicidad. Sí que te da más tranquilidad, es un paso adelante hacia la estabilidad».
EN BUSCA DE LA SALVACIÓN
«Me planteé hacer diseño de moda, pero empecé Historia del arte, con la idea de compaginarlo con mis estudios de danza. Pero empecé una relación medio tóxica, y no me vi capaz. Fueron mis años más oscuros a nivel de salud mental, porque mi dependencia emocional hacia él era muy fuerte. Entré en una depresión bastante grande, no encontraba mi sitio, e incluso tenía pensamientos suicidas.
Llevaba trabajando como bailarina y profesora desde los 14 años, y me encontré en esa situación con 19. Estaba cumpliendo mi sueño siendo muy joven, y a pesar de ello no estaba bien. Empezar con la transición, con la terapia, juntarme con mis amigas y comenzar en el drag fueron las cuatro cosas que me salvaron la vida«.
DE TAL MADRE DRAG, TAL HIJA
«Fue mi expareja, que hacía drag, quien me introdujo en ese mundo. De hecho, Eco Delantro es mi madre drag. Ella me lo enseñó todo y me llevó a los primeros locales.
En esos primeros momentos no había comenzado aún la transición, así que con esos bolos, entonces más rollo burlesque, en los que ya utilizaba pelucas y lencería de mujer, empecé a explorar mi género, sin ser del todo consciente de que me estaba introduciendo en el drag. Poco a poco empecé a pulirme, y aunque habíamos roto como pareja, continuamos trabajando juntas (y seguimos haciéndolo)».
FUERA PREJUICIOS
«Me encuentro más prejuicios ahora por el hecho de ser una mujer trans que hace drag que cuando empecé. Tiene que ver con la transfobia, siento, porque en mis inicios no tenía tanto cispassing como ahora, y porque entonces actuaba solo en mi ciudad, en espacios seguros para mí.
Hace dos años empecé a trabajar mucho fuera, y empecé a sentir esos prejuicios, sobre todo entre algunas compañeras. Sin darse cuenta, te hacen ver que, por ser mujer, esperan de ti un drag concreto, como si nosotras tuviéramos un estilo concreto solo por nuestro género… No todas queremos, ni podemos ofrecer ese ‘algo’ concreto».
NUEVOS (DRAG)OBJETIVOS
«Mi momento actual de popularidad lo llevo bien, y no puedo estar más agradecida a la oportunidad de Drag Race España y al cariño que se me está dando. Que la gente me diga que le gustan mucho mis valores, además de mi arte, me hace sentir mucho orgullo. El programa ha sido una bendición.
Quiero seguir enfocada al cien por cien en el drag, pero también estoy empezando a hacer música. De hecho, dentro de poco saco una nueva canción, que formará parte de un proyecto más grande. También quiero aprovechar mi visibilidad actual para hablar de temas que siento que nos importan a todes, y hacer activismo de esa manera. Porque sigue habiendo mucho que reivindicar».