¿Nos vemos en la plazuela de Teresa Berganza? (frente al Teatro de La Zarzuela)

La gran mezzosoprano madrileña fue homenajeada en su ciudad el día que hubiera cumplido 90 años. Y no hay mejor lugar para perpetuar su nombre que la pequeña plaza en donde se ubica este teatro que tanto amaba.

¿Nos vemos en la plazuela de Teresa Berganza? (frente al Teatro de La Zarzuela)
Nacho Fresno

Nacho Fresno

Plumilla poliédrico -escondido tras una copa de dry martini- que intenta contar lo que ocurre en un mundo más absurdo que random.

17 marzo, 2023
Se lee en 3 minutos

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Teresa Berganza fue tan grande que hay quien opina que cuando Mozart componía lo hacía pensando que ella iba a cantar sus óperas dos siglos después. Sí, la Berganza fue tan grande que no se puede hablar de ella en pasado, sino en presente, pues su voz siempre estará con nosotros. Y, desde ahora, ya podemos decir «quedamos en la plazuela de Teresa Berganza», porque desde el pasado 16 de marzo, el Teatro de La Zarzuela ya no está en la calle Jovellanos, 4, sino en la plazuela de Teresa Berganza, sin número. Solo las grandes entre las grandes consiguen algo así.

El pasado 16 de marzo, la gran mezzo madrileña hubiera cumplido 90 años. Nació en la madrileña calle de San Isidro y pisó los mejores escenarios del mundo. Pero el Teatro de La Zarzuela fue para ella siempre algo muy especial. Como lo fue nuestro género lírico, que llevó a esas grandes casas de la ópera de todo el planeta en cada uno de sus conciertos.

Ahora, ese teatro de sus amores, donde ya tenía un palco –el número 10, desde 1999– ya está en la plazuela que lleva su nombre. «Hoy, el ayuntamiento de su ciudad da el nombre de esta plazuela, en la que se encuentra este teatro –que es único en el mundo– a esta maravillosa mujer que llevó nuestro género lírico siempre por bandera», nos dijo Daniel Bianco, director del coliseo y promotor de esta iniciativa tan bonita como necesaria.

La inauguración fue un acto exquisito, hecho a su medida: los balcones de la calle Jovellanos se engalanaron con mantones de Manila, y una butaca del coliseo presidía el escenario con una preciosa foto de la cantante en las carteleras del teatro. Su nieta, Sofía Álvarez Lavilla, subió para poner unas flores sobre la butaca tras las palabras de Bianco: «Castiza de la calle de San Isidro, llevó la zarzuela por todo el mundo. Ella no era muy amiga de homenajes, pero estoy segura de que hoy, este, lo hubiera disfrutado mucho», dijo.

¿Nos vemos en la plazuela de Teresa Berganza? (frente al Teatro de La Zarzuela)

Una de las características butacas del Teatro de la Zarzuela, desde las que tantos espectadores han disfrutado de la voz de Teresa Berganza, presidió el acto de inauguración de la plazuela que lleva su nombre. Abajo, Daniel Bianco, director del coliseo.

¿Nos vemos en la plazuela de Teresa Berganza? (frente al Teatro de La Zarzuela)

Poco después, la mezzosoprano Carol García (que está a punto de estrenar en ese teatro la zarzuela barroca La violación de Lucrecia) entonó La canción de Paloma, de El barberillo de Lavapiés. Para terminar el acto, Daniel Bianco pidió un aplauso, uno más, para la Berganza, que sonó largo y rotundo en la plazuela que ya lleva su nombre.

 

Dentro del teatro, una maravillosa exposición con diez vestidos de alta costura del modista francés Loris Azzaro recuerda la vida y la carrera de una de la más grandes cantantes que ha dado este país. Una pequeña muestra de la elegancia de una mujer que no solo era exquisita en el canto, sino en todo lo que hacía.

¿Nos vemos en la plazuela de Teresa Berganza? (frente al Teatro de La Zarzuela)

En el ambigú del Teatro de La Zarzuela se exponen de diez vestidos de Teresa Berganza, todos ellos del modista francés Azzaro, que la mezzo madrileña llevó por los escenarios de medio mundo. Todos los espectadores que vayan a las funciones de La violación de Lucrecia podrán verlos durante el descanso.

 

Comisariada por Román Padín, la exposición hace, como decimos, un pequeño recorrido a través de estos vestidos por la carrera de la Berganza por todo el mundo. Son trajes que llevó tanto en óperas como en recitales.

Sus hijos, Cecilia, Javier y Teresa, han donado cerca de cien trajes para mantener vivo su legado. Padín ha escogido estos diez del diseñador de costura francés. La exposición está en el ambigú del teatro y la pueden visitar todos los espectadores que acudan a La violación de Lucrecia (o a cualquiera de los conciertos que se celebren estos días) antes de la función o en el descanso.

¿Nos vemos en la plazuela de Teresa Berganza? (frente al Teatro de La Zarzuela)

El acto se celebró en el exterior del teatro, en la misma plazuela que ya lleva su nombre.

Solo las grandes consiguen algo así: el Teatro de La Zarzuela ya no está en la calle Jovellanos. Ahora, con orgullo, cuando vayamos a este indiscutible templo madrileño de la cultura, podremos decir… ¿Nos vemos en la plazuela de Teresa Berganza?

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