La escena íntima de 'Rojo, blanco y sangre azul' que verás en bucle (por la trama: Nick y Taylor)

Rojo, blanco y sangre azul es todo un éxito de Prime Video, una ficción con temática LGTBIQ+ basada en la exitosa novela de Casey McQuinson que se estrenó el 11 de agosto en la plataforma de streaming. La película narra la historia de amor entre el príncipe Henry de Gran Bretaña, joven aristócrata que ocupa una posición elevada en la línea sucesoria a la corona británica, y Alex Claremont-Diaz, el también joven primogénito de la primera mujer presidente de los Estados Unidos.

La historia muestra la complicada transición de enemigos a amantes de los dos protagonistas, interpretados por Nicholas Galitzine (Henry) y Taylor Zakhar Perez (Alex). Los actores forman una pareja de guapos encantadora que, además, demuestran una química que traspasa la pantalla. Es precisamente eso, la complicidad que imprimen en la multitud de escenas carnales que salpimentan las dos horas de metraje, lo más atractivo de la ficción dirigida por Matthew Lopez. Os aseguramos que no es poco. Si Nick y Taylor ya son un bomba de calor por separado (y sus redes sociales así lo acreditan), cuando juntan sus cuerpos las chispas saltan y la temperatura sube hasta reventar los termómetros.

Lo cierto y verdad es que todas las tórridas escenas de… ‘amor’ de Rojo, blanco y sangre azul son para verlas una y otra vez, en bucle. Adjuntamos en el artículo un vídeo de tiktok con nuestra preferida (¡Atención!: no le des al play sino quieres zamparte un mini spoiler).

 

@stxfanae HOW ALEX LOOKS AT HENRY😩 | fake all | #rwrb #rwrbmovie #alexclaremontdiaz #princehenry #taylorzakharperez #nicholasgalitzine #caseymcquiston #redwhiteandblue #redwhiteandroyalblue ♬ original sound – roberts 🍂

En una entrevista a People los actores revelaban cómo prepararon sus personajes hasta conseguir tal nivel de compenetración para los momentos más íntimos. “Darle demasiada importancia a las escenas de sexo puede ser malo porque crea presión”, explicaba Nicholas. “Taylor y yo tenemos suficiente confianza y respeto el uno con el otro. De eso se trataba, de sentirnos cómodos y de poder comunicarnos”, añadió.

Taylor demostraba que su conexión con Nick va más allá de la ficción y corroboraba cada una de sus palabras. “Era una coreografía. Contábamos los pasos mentalmente como en un baile: «Agarra: uno, dos; aprieta: uno, dos”, apuntaba. “Le poníamos humor al comenzar y al terminar cada toma para que resultase menos incómodo“.

Por supuesto, también tuvieron en cuenta algunas precauciones que hicieron que esas escenas hot resultaran más fáciles de grabar. Nicholas resaltaba la importancia de los caramelos mentolados para el aliento. “Cuando estás haciendo estas escenas quieres saber fresco. Hay demasiados besos”, bromeaba.

Con respecto a su química, la pareja coincidió en que crearla fue bastante fácil e instantánea ya que, reiteraba Nicholas, “tenemos el mismo sentido del humor”. Precisamente el humor fue otra de las claves para lograr ese tira y afloja que define la relación entre Alex y el principe Henry. «Es algo que a la gente le encanta del libro; así que espero que también le encante verlo en la peli, es un ping-pong de insultos rápidos que concebimos como una especie de coqueteo”.

“Siempre mantuvimos la pasión. Pero una vez que cumplimos nuestros contratos, se acabó; prometí que nunca volvería a hablar con este tipo”, bromeaba de nuevo Nicholas refiriéndose a Taylor. La realidad es que ambos estarían encantados de poder coincidir en la posible secuela. Y nosotros esperamos verlos.

Más allá de Nick y Taylor tenemos que reconocer que hay otra razón por la que nos ha gustado ver Rojo, blanco y sangre azul. Y es que en una de las escenas de la película se cuela el tema Canciones de amor a ti  de Rigoberta Bandini. No es la primera vez que Paula Ribó forma parte de la banda sonora de una ficción de temática LGTBIQ+, la compositora de Ay, mamá también compuso Yo solo quiero amor , canción original de la fantástica (e imprescindible) película Te estoy amando locamente (2023) de Alejandro Marín.