“Que sean sutiles otros”. Así se presenta Una perra andaluza, una serie LGBTIQ+, dirigida por Pablo Tocino, muy diferente a lo visto hasta ahora, empezando por su propio recorrido: nacido como una ‘ida de olla’ entre amigos recién graduados, la serie resistió un rodaje de años, interrumpido por la pandemia y por sus propias condiciones (sin presupuesto y sin medios), y fue ganándose a actrices como Cristina Medina (La que se avecina), Maripaz Sayago (La Mesías), David Sainz (Malviviendo), Alberto Velasco (Vis a vis), La Dani (Te estoy amando locamente), Vicente Romero (Con el culo al aire) y Lluvia Rojo (Cuéntame).
También han colaborado en Una perra andaluza haciendo cameos Falete, Carlos Peguer, Elizabeth Duval, Las Tukus, Rocío Saiz, Karmento, David Andújar o Elsa Ruiz. Tras exhibir su capítulo piloto –que estrenó Shangay en primicia– por festivales como el IV FOC Cultura Con Orgullo o el II Temporada Queer (donde ganó el Premio del público), la serie maldita, que parecía que jamás iba a ver la luz, llamó la atención de Filmin, y el viernes 7 de junio se estrena su primera temporada completa en la plataforma.
Una perra andaluza no quiere ser drama, comedia ni dramedia, sino “dramarracha”. Porque dramarracha es también la actitud con la que tiran para adelante sus protagonistas, un grupo de amigos de entre 17 y 25 años, de contextos distintos entre sí, pero que comparten el sentirse solos (pese a vivir en una estimulación constante) y sentirse perdidos en el sexo (pese a la hipersexualización de su entorno).
A lo largo de los episodios, sus historias irán cruzándose y ellos irán explorando sus deseos y su intimidad, pero sobre todo la amistad y el apoyo mutuo, puesto que, en realidad, siempre han estado más cerca de ser los pringaos y los frikis que de la popularidad.
Eso era importante para su creador, Pablo Tocino, que siente que los personajes del colectivo suelen representarse “bien con el destino trágico que hasta hace no mucho era lo común en ficción, o bien con una idealización bastante marciana. Nosotros queremos que puedas identificarte a ti o a tus amigos en sus personajes y situaciones… incluso cuando preferirías no hacerlo”.
De hecho, Una perra andaluza no tiene filtros a la hora de tratar según qué situaciones, desafiando a quienes afirman que ya no se puede hablar de nada con su mezcla de humor y empatía. “Si solo es humor, puedes acabar siendo un bully cualquiera, pero, si solo es empatía, se queda en algo bienintencionado que no llega a plantear nada”, cuenta Tocino, para quien el llamativo título de la serie no era solo un guiño al corto de Luis Buñuel sino algo clave a la hora de tener ese mensaje anti-tabú: “En absoluto hace falta ser una perra andaluza para entrar aquí, pero si eres o si te sientes una perra andaluza, quiero que sepas que no tienes que ‘suavizar’ nada para entrar aquí”.
El viernes 7 de junio se estrena la primera temporada de la serie, pero ya hay una segunda rodada. El equipo habla con mucha ilusión de ella, pues sienten que la serie va mejorando a medida que avanza: el cambio se nota a lo largo de la primera temporada, y aún más en el paso a la siguiente. Además, si la primera temporada está rodada entre Sevilla y Cádiz, en la segunda se visitan también el resto de provincias andaluzas. La postproducción de la segunda temporada se espera que acabe después del verano, así que parece que no habrá que esperar tanto para verla.