María Peláe: "Melilla me trae grandes recuerdos, fui la primera mujer en ganar su Festival de Cantautores"

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Uno de los momentos más importantes de su incipiente carrera lo vivió María Peláe en Melilla, y regresa feliz a una ciudad que le trae grandes recuerdos para echar la vista atrás, descubrir sus rincones más mágicos y hacer balance de su trayectoria. A punto de iniciar nueva etapa artística, la artista malagueña tiene mucho que celebrar.

Nada tiene que objetar la artista malagueña María Peláe a cómo le trató 2024, un año repleto de grandes momentos para ella que le ha dejado recuerdos imborrables de lo más variados. También le sirvió par dar forma al que será su cuarto álbum en 2025, el más especial de su carrera. No puede avanzar mucho, porque será a partir de febrero cuando comience a desvelar detalles del mismo, cuando vea la luz su primer single.

Más ilusionada no puede estar, y lo descubrimos nada menos que en Melilla, esa gran desconocida a la que viajamos con ella. Y en donde la conocen, y la quieren, tanto como en la península, algo que comprobamos nada más aterrizar. A todo quien fue reconociendo a María lo que más ilusión le hacía, más allá de la foto de rigor, era comentarle a la Peláe lo que supone su música y la actitud ante la vida que proyecta para ellos.

A más de uno le sorprenderá, de primeras, que viajásemos con ella a esta ciudad del norte de África. Tiene todo el sentido, porque para ella supuso regresar al lugar donde –casi– se puede decir que comenzó todo para ella a nivel profesional hace catorce años. “Ya había venido en alguna ocasión al prestigioso Festival Internacional de Cantautores de Melilla, y en 2011, con 19 años, lo gané, convirtiéndome en la primera mujer que lo lograba”, recuerda. En algún momento de nuestro viaje, también empezó a citar a otros compañeros que participaron y/o lo ganaron: El Kanka, Rozalén, Marwan, Andrés Suárez… “De hecho, les he escrito a varios para contarles que había vuelto aquí, porque me han venido muchos recuerdos de esa época”.

Dice que, al echar la vista atrás a aquel momentazo, se recuerda a sí misma, sobre todo nerviosa. “Sigo igual de nerviosa, pero claro, es que mi falta de experiencia era grande. Llevaría tocando en directo un par de años, pero en teterías y bares” –de hecho, fue al visitar la Nazarí, una de las teterías más populares de Melilla, cuando desenterró este recuerdo–. “Aquí fue la primera vez que actué en un teatro”. Después llegarían mucho más certámenes y escenarios, y enseguida vio un patrón que se repetía: “En los tablaos me decían que me veían muy cantautora, y en las salas dedicadas a la canción de autor, que era muy flamenca. Ha sido una constante en mi vida”.

Un viaje como el de Melilla también le permite ver cómo en sus inicios tenía tiempo para conocer mejor las ciudades que visitaba para cantar. «Es que a día de hoy, con mis giras, es imposible; no tengo tiempo para nada más que para los conciertos», confiesa. «Recuerdo que, años ha, cuando tocaba en Granada, por ejemplo, siempre intentaba ir un día antes. Me quedaba en el sofá de una amiga, en un hostal cualquiera o en un camping», dice entre risas. Muy distinto es cómo vive ahora las previas a un concierto. «Suelo llegar con el tiempo justo para la prueba de sonido y ya ponerme las pestañas postizas… Por eso ha sido tan especial venir a vivir Melilla de una manera más lúdica y relajada».

«Entre dar show y hablar de lo que me preocupa, siempre voy a apostar por lo segundo»

Aprovechando que tuvimos mucho tiempo para charlar con la Peláe, quisimos recordar con ella algunos de los hitos profesionales –que fueron muchos– de un 2024 que nunca olvidará. Y es que el año empezó a lo grande, con su participación en el Benidorm Fest, con el tema Remitente, y la función teatral Lorca por Saura, en donde interpretaba nada menos que a Federico. “Fue un arranque de año de volverme un poco loca”, asegura. “Imagina lo que me removía a nivel emocional morir cada noche en el teatro como Lorca y al día siguiente irme a un ensayo en que cantaba Remitente [un tema en el que recordaba momentos oscuros de nuestra historia, con la esperanza de que no vuelvan a repetirse]”.

Dos retos que le han dejado muy buen recuerdo, porque siendo ambos, como ella dice, “heavy metal”, el nivel de exigencia que requerían le hizo darse en cuerpo y alma para sacarlos lo mejor posible. “Me enfrenté a una obra con mucho texto y a una actuación que nada tenía que ver con las que suelo hacer. Porque estoy acostumbrada a la ‘guerra’, a conciertos de dos horas, a correr de un lado a otro en cada uno. Allí me tuve que centrar en estar a full todo el rato para una sola canción”.

Remitente sirvió para que mucho público que hasta ahora quizá solo conocía la vertiente más divertida e irónica de María Peláe descubriera su perfil más comprometido, ese que a veces ocultaba tras sus letras más sarcásticas. “Era la idea”, dice. “Que quienes quizá solo me conocían de una manera superficial por La niña vieran ese otro lado, que en mis conciertos sí saco. Al final, vengo de la canción de autor, y si tengo que elegir entre dar show y hablar de lo que me preocupa, siempre voy a apostar por lo segundo”.

«Mi próximo disco llevará la pegatina de ‘contenido explícito”, no me callo nada»

Uno de sus fuertes es lo bien que combina esas dos facetas, en una conversación también. Pasa de la risa descontrolada y las bromas a ponerse seria cuando toca temas que le remueven por dentro. «En el Benidorm Fest decidí dejar el cachondeo de lado por un rato», dice con una amplia sonrisa. La recuperó enseguida, cuando arrancó la gira de presentación de su álbum Al baño María en marzo, que terminó el pasado diciembre. «Una gira que me dejó con menos pelo», confiesa entre carcajadas, «aunque para eso tengo unas colas postizas monísimas. También me dejó con un equipazo increíble, que me volverá a acompañar en la próxima gira, en la que ya estamos trabajando», adelanta.

También han colaborado estrechamente en la creación del nuevo disco, que se gestó en gran parte en la furgoneta, yendo de un lugar a otro a tocar. «Cotilleaba mucho para saber las cosas que les pasaban, y que me servían de inspiración para las canciones. Les iba enseñando las maquetas, y han estado muy dentro de la gestación del concepto del disco». Y es que María Peláe se define como «la señora del visillo», una cotilla en toda regla. «¡Es que estoy muy casada [con Alba Reig, además figura clave en sus discos] y muy tranquila! Así que la que esté nerviosa por algo, que me cuente sus cosas». Sorprendentemente, la malagueña asegura que siempre ha sido muy tímida, y que nunca pensó que cantaría. «Yo me ponía con mi guitarra a componer. Empecé a escribir canciones siendo muy jovencita porque necesitaba desahogarme, compartir mi sensibilidad social«, explica. Su idea inicial era que esas canciones las pudieran interpretar otros artistas, porque ella no sentía que tuviese una voz propia. Qué equivocada estaba, y qué suerte que finalmente decidiese dar la cara por su música.

Su visibilidad como persona LGTBIQ+, por la que apostó desde sus inicios, le ha reportado muchas alegrías y reconocimientos en los últimos meses. Como el Premio Orgullo Andalú de Adelante Andalucía y el Premio Triángulo por la visibilidad de COGAM. “Es el feedback más bonito”, afirma orgullosa. “Sin pensarlo ni pretenderlo, he hecho las canciones más justas, naturales y verdaderas para conmigo misma. No haberme inventado una vida y abrirme de par en par se recibe bonito. Ese reconocimiento de vuelta me permite decirme a mí misma ‘ole’. Porque a veces te planteas ‘igual debería callarme un poquito’, pero te das cuenta de que no. Aunque también te lleguen balas, no solo rosas. Y del colectivo solo me llegan rosas”.

Recuerda que en 2024 una bala que no pudo esquivar fue la que le lanzó el polemista Alvise Pérez, líder de Se acabó la fiesta, cuando compartió un vídeo suyo en un grupo de Telegram, incitando a quienes formaban parte del mismo a atacarla. «Fue un mes entero de amenazas, insultos por privado diciéndome de todo…». A la vez, agradeció que muchas compañeras y compañeros de profesión le mostraran abiertamente su apoyo en ese momento complicado. «Muchos habían vivido circunstancias parecidas, por desgracia. Y me decían «tranquila, que en unas semanas se les pasa». No queda otra que tomárselo con un poco de humor, porque son gajes del oficio».

«No haberme inventado una vida y abrirme de par en par se recibe bonito. El feedback del colectivo es precioso»

Momentos agridulces que se olvidan cuando una recibe otro galardón muy especial para ella, como una de las malagueñas del año, lo recibió en los Premios Sur el pasado diciembre. “Qué fuerte que me lo hayan dado en vida, ¿verdad?”, dice en tono jocoso. “Fue fuerte, porque aunque lleve quince años fuera de Málaga no puedo ser más malaguita. Y también ha sido muy especial por lo que supone para mi familia”. Por cierto, su apuesta por la visibilidad pública –y festiva– no cesa: el 1 de marzo será cabeza de cartel del 20 aniversario de Fulanita de Tal, que tendrá lugar en Madrid, en Live Las Ventas, y en que también están confirmadas Soraya, Inés Hernand y Sofía Cristo.

Mira que le gusta hablar, pero apenas suelta prenda si le preguntamos por su nuevo álbum, que tiene previsto publicar en unos meses. Año nuevo, era nueva. “El disco se viene fuertecito”, nos dice encantada. “De hecho, es la primera vez que un trabajo mío va a llevar la pegatina de ‘contenido explícito”, y la risa que suelta se escucha en toda Melilla. “Reconozco que, eso sí, me ha puesto un poco nerviosa, porque en estas canciones no me callo nada de nada”. Es la primera vez que María se ha permitido dejar ciertas canciones reposar para poder afinarlas al máximo, y como ha querido dar forma a un álbum conceptual, cuenta que se ha documentado mucho para que cada detalle esté justificado y bien ensamblado.

“Para una persona que es Aries, es el disco perfecto, todo perfectamente atadito”, explica, orgullosa de tener ya listo el que considera el proyecto más elaborado de su carrera hasta el momento. Y producido íntegramente por Alba, su chica. “No he encontrado a nadie con su nivel, sinceramente, y no lo digo porque sea mi pareja. Obviamente, no hay nadie que me entienda mejor”. Y en los momentos tensos durante las gestación, ¿qué? «Como la casa tiene dos plantas, la que se ponía tensa dejaba el estudio y se iba a cocinar, que a las dos se nos da muy bien”, dice riendo.

Son ya siete años de relación, y se entienden de maravilla. “Como ella ha vivido muchas situaciones parecidas a las que yo tengo que experimentar [recordemos que Alba formó parte del trío Sweet California], me baja todo el tiempo a la tierra. En épocas de gira sabe que estoy reventá y con el estómago hecho polvo; en tiempo de promoción, entiende que la batería social la tengo agotada cuando llego a casa”. En breve, llegará de nuevo esa temporada de parar poco en casa por la gira que se viene, y está preparada para todo: “Hasta donde nos lleve… y más allá”.