Metrika, nuestra vampira bisexual favorita, cierra su primera trilogía con el EP Neofita. Tras El grimorio y Madre fundadora, la artista urbana castellonense sorprende con un trabajo mucho más conciso pero igualmente poderoso, en el que asienta definitivamente las características de su personal estilo.
En las distancias cortas, sorprende la dulzura de Metrika como conversadora, nada que ver con la fiereza que despliega en su música. «Quería lanzar esta mixtape para cerrar la etapa de Madre fundadora«, explica. «En este tercer trabajo quería dejar plasmado cómo soy ahora de una manera más directa, porque soy una persona cambiante. Quería dejar una puerta abierta para lo próximo, que lo mismo puede ser un voguing que un emo-punk». ¿Y cómo se ve representada en este nuevo EP? «Igual que te sientes al escucharlo, que te preguntas ‘¿qué coño es esto?’. Pues así me veo yo», y se echa a reír. «No tengo prisa en encontrarme, sé que el proceso será largo».
SHANGAY ⇒ ¿Has cambiado mucho desde Madre fundadora?
METRIKA ⇒ Un montón. Veo que he encontrado mi rollo de música al cien por cien. Me gusta haber empezado sacando un huevo de temas de forma superimpulsiva, porque así mis cambios quedan retratados en el tiempo. Miro algunas de las cosas que he sacado y pienso «menuda mierda» [risas]. Pero está guay que sea así. A los artistas que más admiro es a los que, como yo, sueltan lo primero que se les pasa por la cabeza en el momento, los que tienen muchas manchas en el expediente. Como Yung Beef, el primero que se me viene a la cabeza así cercano.
«Me gustan los artistas que, como yo, tienen manchas en el expediente»
SHANGAY ⇒ En este EP se vuelve a notar que no te cierras a distintos estilos que te gustan…
METRIKA ⇒ Por un lado, lo he grabado con miedo, porque me salgo de mi etiqueta, la del trap, aunque sigue estando ahí, para compensar frente a otros temas. Es que no quiero aburrir, y los que solo me dan trap o reguetón me aburren. Es que escucho cosas muy random. En mi playlist tengo hasta ópera. Sin ser yo experta de nada, porque me acerco a todos los géneros de manera superficial. ¿Sabes cómo llegué a la ópera? Por temas de hardcore que tienen piezas de ópera sampleadas.
SHANGAY ⇒ ¿Cómo ha sido este último año a nivel personal?
METRIKA ⇒ Ha habido mucho jaleíto, y mucho bobo. Es que si no hay un poquito de drama en mi vida me aburro [risas]. Está bien vivir cosas más allá de la música, porque entonces me viene la inspiración. Estuve viviendo una temporada en Granada, me fui por amor. Eso acabó y me he vuelto a Castellón, que es una mierda de ciudad, pero es mi mierda. Como en casa, en ningún sitio. Y no sabes lo que me impacta cuando allí me vienen niñas de 16 años a pedirme fotos. Porque la gente de mi edad, menos mis amigas, no me puede ni ver [risas]. Mucha peña que no conozco de nada me tiene una manía que es mucho.
SHANGAY ⇒ Está bien que provoques reacciones tan encontradas, entre el amor y el odio, ¿no crees?
METRIKA ⇒ Me flipa. Porque el arte está para eso, para hacerte sentir cosas. Y en lo urbano en concreto, ser un asqueroso de mierda en ocasiones está muy bien [risas]. Pero hablo a nivel de personaje, no como persona. Y no sé de nadie que me conozca a nivel personal que me odie. Mi personaje artístico, al final, me sirve como protección.
SHANGAY ⇒ ¿Por qué crees que gustas tanto a les adolescentes?
METRIKA ⇒ Porque Metrika es una eterna adolescente. Se comporta y tiene las rayadas propias de una niña de 16 años, los que yo tenía, para empezar. Es mucho más maleducada, muy impulsiva, con mucho ego. Ese propio de alguien de esa edad que se hace famosa de repente. Creo que se fijan en mí y, aunque soy más mayor, piensan «soy yo, literal».
«Me sigo preocupando por mis novios, mis novias y mis cosas de siempre»
SHANGAY ⇒ ¿Han cambiado mucho los problemas a los que te enfrentas ahora en tu vida?
METRIKA ⇒ La verdad es que no [risas]. Solo en lo relacionado con el dinero, porque ahora tengo que hacer frente a todo lo que conlleva ser autónoma. Me alegra no haber cambiado en este sentido: me sigo preocupando igual por mis novios, mis novias y mis cosas de siempre; no se me va la cabeza con cosas más serias, y eso me parece bacano.
SHANGAY ⇒ Llegas más malhablada y cañera que nunca en este EP…
METRIKA ⇒ Total. A veces escuchaba en una canción que acababa de terminar y pensaba: «Con esta me cancelan de por vida» [risas]. Por suerte, nunca pasa. Es que escribo en momentos súper hipomaniacos, me sirve como desahogo. Esas cosas me gusta cantármelas cuarenta veces antes de grabarlas, me resulta súper satisfactorio. Pero también hay canciones en que no digo burradas, ¿eh? Al final, lo importante es no aburrirme nunca con todo lo que hago. Y lo que tengo claro es que rebelde siempre voy a ser.
SHANGAY ⇒ ¿Cómo llevas ser un referente bisexual?
METRIKA ⇒ Tampoco es que me sienta icono de nada. Pero si la peña y las niñás se sientes identificadas conmigo, me alegro un montón. Siempre he tenido mi orientación sexual en el limbo. Ha habido épocas en que he dicho «soy lesbiana». Otras en que pensaba «qué va, buah, soy hetero». Al final me dije «igual es que lo que soy es bisexual». Pero nunca había escuchado música como la mía, de artistas que lo dejaran tan claro y abierto como yo.
SHANGAY ⇒ ¿Siguen faltando referentes LGTBIQ+ en la música urbana española?
METRIKA ⇒ Sí, faltan más artistas que hablen sobre ello con más naturalidad. Me fliparía que de repente un tío que nunca ha hablado de eso en un tema soltara que se ha comido una polla, ¿sabes? Pues estaría perfecto. No habría que darle más bombo, es lo que te gusta y no tienes que darle explicaciones a nadie.
