Los días 30 y 31 de mayo, el municipio madrileño de Lozoyuela-Navas-Sieteiglesias celebró por segundo año consecutivo su Orgullo Rural, en un contexto especialmente simbólico: veinte años después de la legalización del matrimonio igualitario en España. En esta pequeña localidad serrana, entre montañas y caminos, se reivindicó con fuerza la libertad de ser, visibilizando la diversidad sexual y de género en entornos donde aún impera el silencio.

Lozoyuela celebra la segunda edición del Orgullo Rural
El acto inaugural estuvo a cargo del periodista y activista ruso Ilia Andreev, quien ofreció un emotivo discurso en el Salón de Plenos del Ayuntamiento. En su intervención, abordó el concepto de “sexilio”, la huida forzada que muchas personas LGTBIQ+ se ven obligadas a emprender para sobrevivir. “No nací para tener miedo a amar, pero tuve que exiliarme para poder respirar sin miedo. El sexilio no es un viaje voluntario. Es una huida forzada por dignidad y supervivencia”, explicó.
Andreev denunció la situación alarmante del colectivo LGTBIQ+ en Rusia, donde el Gobierno ha declarado al movimiento como “extremista”, criminalizando cualquier forma de activismo. Participar en acciones o discursos pro LGTBIQ+ puede conllevar hasta 12 años de prisión, incluso para adolescentes. En 2025, las autoridades rusas comenzaron a crear una base de datos nacional sobre personas LGTBIQ+, recopilando información de redes sociales, aplicaciones de citas y clínicas médicas.
La comunidad trans es una de las más afectadas. Actualmente, está prohibido cambiar el género legal o acceder a tratamientos de afirmación de género. Las personas trans no pueden casarse ni adoptar, y muchas clínicas han sido obligadas a entregar datos a la policía. La represión incluye redadas en bares y espacios seguros, que han creado un clima generalizado de miedo. Según informes internacionales, más del 50 % de las personas trans rusas han considerado el exilio como única vía de preservación física y emocional.
La importancia del Orgullo Rural
Ilia Andreev insistió en que el Orgullo en pueblos y aldeas no es menos importante que en grandes ciudades. “La diversidad también echa raíces en la tierra. Vivimos, amamos y resistimos también en los márgenes”, dijo.
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El Orgullo Rural de Lozoyuela no fue solo una celebración festiva, también fue una acción política y cultural. Para muchas personas LGTBIQ+ que crecieron o aún viven en zonas rurales, la visibilidad sigue siendo un desafío cotidiano. El sexilio no solo ocurre entre países, también se da dentro de los mismos territorios. Por eso, estos espacios de encuentro y orgullo en el medio rural resultan fundamentales para crear comunidad, romper silencios y sanar heridas colectivas.
Además de la visita de Andreev, el Orgullo Rural contó con diversas actividades culturales como la proyección de Te estoy amando locamente, un coloquio con la Asociación LGTBIQ+ Sierra Norte, talleres intergeneracionales, lectura del manifiesto por Claudia Dias, un show drag con Ruudevil, introducción al Ballroom y Vogue Femme por Feria 007, entre otras.