Enrique Ramil: “¿Mi masculinidad es frágil porque me maquillo? ¡Por favor!”

Desde Miami, Enrique Ramil nos habla del éxito que está teniendo en países como México y de lo mucho que ha trabajado para llegar hasta esta nueva etapa, en que se muestra más orgulloso y visible que nunca.

Enrique Ramil: “¿Mi masculinidad es frágil porque me maquillo? ¡Por favor!”
Agustín Gómez Cascales

Agustín Gómez Cascales

He viajado en limusina con Mariah, he tomado el té con Beyoncé, he salido de fiesta con J.Lo y he pinchado con RuPaul. ¿Qué será lo próximo?

20 mayo, 2021
Se lee en 7 minutos

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No para de cumplir sueños Enrique Ramil, cuya carrera internacional ha despegado de una manera meteórica. De hecho, está en Miami cuando le entrevistamos, y lo primero que tiene son palabras de agradecimiento. “No sabes la ilusión que me hace esta entrevista. Después de toda la vida leyendo la revista, desde que llegué a Madrid hace dieciséis años y siempre la cogía en Berkana, para mí es muy especial”.

Vive Enrique Ramil (originario de Ares, en A Coruña) un momento muy especial al otro lado del Atlántico, y “parece que en España por fin me van a hacer un poco de caso”. Asegura sentirse como Cenicienta con todo lo que le está pasando, y ahora que está continuamente entre Miami y México confiesa que no fue una decisión suya. “No me atrevía a coger otra vez la mochila y marcharme, que es algo que he hecho muchas veces”. Estaba cantando en un hotel en Marbella, y decidió presentarse a Tierra de talento en Canal Sur, “porque nada me gusta más que cantar canciones dramáticas propias de folclórica”.

Enrique Ramil: “¿Mi masculinidad es frágil porque me maquillo? ¡Por favor!”

Ni se podía imaginar Enrique Ramil todo lo que le iba a reportar su paso por el programa. “Hice un homenaje a la Jurado que, a día de hoy, lleva más de cuatro millones de reproducciones en YouTube. El que ahora es mi mánager lo vio, me llamó y me dijo que le interesaba trabajar conmigo, que me fuera para Miami”. No ha perdido el tiempo desde que comenzó esta nueva aventura: sesiones de composición con nombres de primera, promoción constante… “Pasé de cantar en hoteles a trabajar con un equipo en donde el único que no tiene un Grammy soy yo”.

«Nada me gusta más que cantar canciones dramáticas propias de folclórica»

Ya había participado en numerosos talents televisivos, Operación Triunfo incluido, y en el momento quizá más inesperado, uno de ellos ha sido su plataforma a una oportunidad única. “Siempre me ha gustado mucho hacer tele. Yo, que vengo de familia humilde y no tenía un padrino, después de probarlo todo y que nadie me hiciera caso, de haber incluso cantado en la calle, busqué mi oportunidad en la televisión. Y lo probé todo, incluso fui corista en La Voz y La Voz Kids”.

Defiende su actitud porque sabe que no todo el mundo respeta a los artistas que buscan su oportunidad en talent shows. “Para mí no es ninguna deshonra. Cuando la gente me decía ‘¿te vas a presentar a otro programa más?’, yo pensaba “’¿y tú cuántos currículums mandas, cariño?’. Lo importante para mí era no parar de cantar, y lo he hecho siempre que he tenido la oportunidad de que me pongan un micro delante”. No le contó a nadie que se presentaba a Tierra de talento porque creyó que todo el mundo le iba a recomendar que no lo hiciera (“no quería que pensaran que iba a ser siempre el eterno concursante”), pero el cuerpo le pedía hacerlo. Pues mira lo que ha sucedido gracias a él… “Además, en el programa se creó una familia muy bonita, como pasó en OT”.

Enrique Ramil: “¿Mi masculinidad es frágil porque me maquillo? ¡Por favor!”

Y la Jurado le permitió inaugurar un camino que le tiene en una nube. “Las Rocíos siempre me han dado suerte”, cuenta. “Porque en Factor X canté La gata bajo la lluvia, lo compartió Shaila Dúrcal… y eso me abrió puertas en México. Las dos son grandes referentes para mí”. E interpretándolas marcó una clave de sus estilo que mantiene hasta su más reciente single, Prefiero ser la otra. “Se supone que son canciones cantadas por una mujer, y que yo debería cambiarles el género, y me da la risa. ¿Iba a versionar a la Dúrcal diciendo “soy el gato bajo el ‘lluvio’?”.

Es consciente de lo que acarrea el tener una personalidad y una imagen muy marcada, que se une al hecho de que no tenga ningún problema en utilizar el género femenino en sus canciones, pero se enfrenta a ello con orgullo. “He llegado a leer algún comentario en YouTube en mi último vídeo del tipo ‘¿por qué se maquilla como una puta?’. Qué poco respeto hacia las mujeres decir cosas así…”. Y se niega a que le afecte. “No tengo por qué educar a quienes solo buscan hacer daño. ¿Y por qué no me puedo maquillar? ¿Porque soy hombre? ¿Y queer? ¿Por eso mi masculinidad es más frágil? ¡Por favor! Suerte que, aunque todavía hay mucho por lo que luchar, existe gente que nos abre puertas y nos da visibilidad”.

«Todavía hay mucho por lo que luchar, pero por suerte se nos abren puertas y se nos da visibilidad»

Enrique Ramil tuvo claro siempre que sería visible, que no iba a renunciar a lo que es, lo que siente y cómo se quiere mostrar. “Entiendo que haya artistas que estaban en el armario cuando firmaron contratos con discográficas y que tuvieran miedo de dar el paso de salir de él. En mi caso, desde el segundo uno se me vio como soy, me he mostrado siempre tal cual. Cuando en OT se mencionó la pluma, ahí estaba yo para hablar de ella. Lo único, que en el programa no me dejaban pintarme las uñas… Les convencí cuando ya me iba, en mi última gala”. Fue poco a poco tomando las riendas de su imagen, que ha ido explorando en los distintos programas televisivos en los que ha participado. “Hasta llegar a Tierra de talento, donde más se vio que me encanta mezclar ropa de hombre y de mujer… Fue toda una liberación”.

Enrique Ramil: “¿Mi masculinidad es frágil porque me maquillo? ¡Por favor!”

Recuerda Ramil lo mucho que aprendió durante los cinco años que trabajó como drag queen en distintos locales de ambiente en Madrid. “Seguía siendo un maricón de dos metros, pero cuando me ponía un corsé y una peluca, cambiaba mucho el trato de cierta gente”. Confía en que su actitud y su visibilidad pueda ayudar a personas más jóvenes, “porque sean gordos, gais, les apetezca maquillarse o pintarse las uñas. Es muy positivo que tengan cada vez más referentes”. Al preguntarle por los que tuvo él creciendo, dice: “La Veneno y Boris Izaguirre, poco más”. Por eso celebra que las cosas hayan evolucionado tan rápido: “Somos muy variados en la comunidad, y les niñes tienen muchas personas distintas con las que se pueden identificar”.

“Supremme De Luxe fue quien me enseñó a maquillarme cuando era drag queen”

Los años que Enrique Ramil vivió en Madrid fueron muy intensos. Estudiaba interpretación, danza y canto e iba consiguiendo bolos en locales como La Lupe, el LL, Boite o el Black & White. “De día trabajando en un McDonald’s, y por la noche hecha una mamarracha en el LL”, dice ente risas. “Supremme De Luxe fue quien me enseñó a maquillarme”, recuerda. “Y la primera peluca me la regaló Satin Greco. Muchas de las drags a las que yo iba a ver actuar me echaron una mano, esa época fue una fantasía”. Y poco a poco comenzó a cantar también en eventos, bodas y despedidas de soltero (“a la vez que se me hacía raro actuar de mujer, era muy guay”). Asegura que todos los recuerdos de aquella etapa son positivos. “Me emociono mucho al echar la vista atrás”.

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Ahora está en otro punto, promocionando en Estados Unidos y México su segundo single de esta nueva etapa, Prefiero ser la otra. “De nuevo, cuando llegó a mis manos no me planteé cambiar el género en la letra. ¿Cómo iba a hacer eso cuando es una obra maestra compuesta por dos grandes, Yasmil Marrufo y Mario Cáceres, que han escrito para Christina Aguilera, Thalía o Ricky Martin?”. Así que continúa afianzando su personalidad como intérprete: “Me encanta cultivar ese estilo de señora de culebrón”.

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