Es, junto al contratenor Bejun Metha y la soprano Lisette Oropesa, una de las estrellas de Rodelinda, ópera de Händel que se estrena el Liceu de Barcelona. Gianluca Margheri debuta en el mítico teatro de Las Ramblas, sin duda todo un referente de la lírica en España. Pero además de ser uno de los barítonos más solicitados del momento por todos los grandes teatros del mundo, es toda una estrella en Instagram, donde tiene más de 26.000 seguidores.
El barroco y los nuevos canales de comunicación no son incompatibles. Gianluca Margheri es la prueba de ello. Sus fotos sexys calientan las redes, pero sus dotes canoras le han llevado a debutar en uno de los teatros de referencia en Europa. ¿Se puede pedir más? Pues difícil…
Llega al Liceu nada más y nada menos que como Garibaldo en Rodelinda, la ópera de Händel que es uno de los montajes más esperados de la temporada. Una típica trama de poder y ambición (tan común en las óperas del barroco) con Josep Pons al frente de la Orquesta del Gran Teatre del Liceu, con una apuesta escénica de Claus Guth.
Hablamos con Gianluca de ópera (barroca y contemporánea), del Liceu, de sus compañeros de reparto y, cómo no, de las redes sociales, en donde es toda una estrella, como en los escenarios.
SHANGAY ⇒ Debutas en el Liceu, que es, sin duda, el escenario con más tradición en España. ¿Impone?
GIANLUCA MARGHERI ⇒ ¡Sin duda! Vivir dos meses en Barcelona y cantar en uno de los escenarios más importantes del mundo es un sueño que finalmente se ha hecho realidad.
“Las experiencias emocionales al límite encuentran una correspondencia con personas con gran sensibilidad, independientemente de su orientación sexual”
SHANGAY ⇒ ¿Qué tiene el barroco que puede llegar a enganchar tanto?
GIANLUCA MARGHERI ⇒ El barroco es un estilo operístico que permite al intérprete expresarse libremente. Esta libertad se ve en la posibilidad de improvisar variaciones e interpretar de manera personal las emociones presentes en el texto y la música. El hecho de que el intérprete pueda personalizar tanto un personaje barroco crea una singularidad y una atracción directa entre el escenario y el público que, sin duda, resulta fascinante.
SHANGAY ⇒ Parece que la polémica sobre modernizar el repertorio y los clásicos ya no copa tantos titulares… ¿Se ha llegado a un equilibrio?
GIANLUCA MARGHERI ⇒ Cuando la modernización se realiza con total respeto a la música, a la trama del libreto y a los eventos históricos como es el caso de este montaje de Claus Guth, el resultado solo puede ser ganador, y mucho más cautivador que una edición que se ajuste a la tradición. Cuando se agrega a esta un reparto estelar de cantantes/actores como este, el resultado solo puede ser electrizante.
SHANGAY ⇒ Tu registro es muy amplio, llegando incluso a la ópera contemporánea. ¿En qué terreno te encuentras más cómodo?
GIANLUCA MARGHERI ⇒ Me gusta variar entre diferentes géneros porque lo disfruto, me estimula y me gustan los desafíos. Pero es ciertamente en el repertorio del bel canto italiano donde mi voz expresa lo mejor y, en particular, de Händel a Rossini hasta Donizetti, con un cariño especial por Mozart.
SHANGAY ⇒ ¿Por qué crees que la ópera contemporánea, por regla general, no llega a cuajar en el público?
GIANLUCA MARGHERI ⇒ Porque el mensaje estético del arte contemporáneo en general ha revolucionado todos los géneros artísticos y la ópera es parte de ellos. La ópera alcanzó su máximo esplendor y máxima popularidad cuando su propósito estético era puramente hedonista: el público iba al teatro para escuchar música hermosa y voces sublimes. Cuanto más perfecta era la estructura del melodrama, más éxito tenía la obra. En 1900 el arte ya no es hedonismo (o por lo menos no únicamente) sino la condena y el derrocamiento de la tradición. Es por eso que la ópera contemporánea tiene un mensaje menos directo y muy articulado, y está claramente dirigida a un público más especializado que el repertorio que nació para ser popular.
SHANGAY ⇒ Sinceramente, he visto tu Instagram y se aleja de lo que uno podría esperar de un cantante de ópera… ¿Cómo te mantienes en forma?
GIANLUCA MARGHERI ⇒ Cuando comencé a usar Instagram, era una red social, sobre todo, para el tiempo libre y el deporte. Los amantes de la ópera estaban mucho más ligados a Facebook y Twitter. Hace unos años, el mundo de la ópera también llegó a Instagram y decidí no cambiar mi perfil porque, de hecho, el amor por el deporte y el bienestar todavía son parte de mi vida. Entreno aproximadamente una hora al día porque es bueno para mi cuerpo y, sobre todo, para mi espíritu. Y de alguna manera, mantener mi cuerpo en forma también me ayuda a ser ‘atleta’ en el canto.
SHANGAY ⇒ ¿Crees que las redes sociales sirven para llevar de verdad a un público no habitual a la ópera?
GIANLUCA MARGHERI ⇒ Vivimos en una era donde los medios sociales son una parte integral de nuestra cultura e influyen en el mundo del entretenimiento. Me encanta cuando las personas que no están acostumbradas al mundo de la ópera me envían mensajes en las plataformas sociales para preguntarme sobre mi trabajo, porque el teatro de ópera ha cambiado mucho en los últimos veinte años y me parece correcto que la gente sepa que es mucho menos polvoriento de lo que se cree.
Su Instagram, una joya
Él mismo lo dice, cuida mucho las redes sociales y nos cuenta el porqué: «Vivimos en una era donde los medios sociales son una parte integral de nuestra cultura e influyen en el mundo del entretenimiento. Me encanta cuando las personas que no están acostumbradas al mundo de la ópera me envían mensaje en las plataformas sociales para preguntarme sobre mi trabajo, porque el teatro de ópera ha cambiado mucho en los últimos veinte años».
La ópera y el mundo gay
Le preguntamos por la más que estrecha relación que hay entre la ópera y el mundo LGTBI. Esta es su respuesta: «Creo que la ópera está inextricablemente vinculada a sus interpretaciones incluso antes de lo que está sucediendo hoy en el cine y la música pop. Claramente, estas grandes personalidades generan un gran éxito de público, ya sean leyendas del pasado o de las superestrellas actuales. Además de esto, creo que los grandes personajes de la edad de oro del melodrama, junto con las situaciones heroicas y espectaculares, las escenas de locura, los amores imposibles… se prestan a ser particularmente apreciados por aquellos que tienen una buena receptividad a los sentimientos fuertes. Las experiencias emocionales hasta el límite encuentran una correspondencia con personas con gran sensibilidad, independientemente de su orientación sexual».
[Foto: G-KUKS]