¿Se ha marcado Maluma un 'purple washing' con su nuevo tema 'HP'?

Temas: Machismo, Maluma

Ayer por la noche, el cantante Maluma lanzaba su nueva canción, HP, acompañada de un colorido vídeo. Entre mujeres perfectas, scooters y sencillos bailes, el intérprete trata de hacer un purple washing con el que limpiar una fama de misógino que se ha ganado a pulso en los últimos años. Pero, ¿qué es el purple washing?

Como diría la tuitera y columnista Barbijaputa este término consiste en “acordarse del feminismo cuando interesa”. Porque Maluma ha construido una carrera musical con canciones (muchas de gran éxito) cargadas de machismo. No hay que ir muy lejos para comprobarlo, basta con elegir cualquiera de las canciones de su último álbum, Fame, con el que ganaba el Grammy Latino al Mejor Álbum Vocal Pop del Año.

“Ya llevo varios meses dándote lo que te mereces, tres por la mañana y por la noche otras dos veces… Ojalá no olvides de pagar los intereses”, canta el colombiano en El préstamo, mientras objetiviza sexualmente a la mujer, como si fuese una simple mercancía. Lo mismo vuelve a suceder en Hangover, en colaboración con Prince Royce, y en la que podemos escuchar versos como: “Ay que se quede entre los dos, porque si mi novia se entera, no sabe’ lo que a mí me espera… Dime Royce, ¿qué carajo has hecho aquí? Si ella era mía, no era para ti”, cantan los latinos que, sin tapujos, además de volver a tratar a la mujer como un objeto sexual, hablan de repartírsela como si de una muñeca hinchable se tratase.

Junto a estas letras no podemos olvidar las imágenes visuales que a menudo utiliza Maluma para promocionar su música. Imágenes cargadas de mujeres semidesnudas, que adoran al colombiano, como si fuese un emperador romano. Algo que sucedía en la portada de su single Mala mía, donde aparecía en una cama rodeado de mujeres y que, tras el escándalo de su canción 4 Babys, volvía a crear una gran polémica.

Ahora, el cantante busca lavar esta imagen machista con HP. Una canción que a pesar de intentar colocar a la mujer en una mejor posición que en sus anteriores temas, se queda a medio camino, y vuelve a caer en numerosos micromachismos. Maluma pretende mostrarnos a una mujer libre, que bebe, fuma y «jode» sin ningún tipo de condicionamiento, pero si analizamos algunos de los versos de HP vemos cómo la mujer que retrata el colombiano es una mujer despechada, cuyos actos son fruto del resentimiento que siente hacia ese “cabrón” que le hizo daño. De ahí salen frases como: “Subir un video pa’ que lo vea él, pa’ que se dé cuenta de lo que perdió, pa’ que el hijuep*ta se sienta peor”. Maluma no entiende el feminismo, para él todas las acciones que hace una mujer buscan llamar la atención del hombre, ya sea para bien o para mal. Maluma no entiende que una mujer puede vestirse con una minifalda y subir un vídeo pasándoselo bien con sus amigas, y que lo haga simplemente porque se siente bien. Para él las mujeres dependen continuamente de un hombre.

No busca empoderar a las mujeres, si de eso tratará su último tema, el videoclip de este estaría compuesto por mujeres diversas y diferentes, con diferentes tamaños y rasgos. Pero el colombiano vuelve a optar por un conjunto de modelos-bailarinas que se lo pasan muy bien, y aunque esta vez aparecen con un poco más de ropa, vuelven a estar ahí por su bonita cara y su cuerpo casi perfecto. Además, el cantante necesita nombrar a esas «envidiosas» que no soportan que exista una mujer más bella que ellas, para destacar la belleza de la protagonista. Maluma, las mujeres tienen cosas más importantes que hacer que estar compitiendo siempre por ser la más guapa de la fiesta…

El mensaje que cantantes con tanto éxito e influencia como Maluma lanzan al mundo resulta fundamental. Un público que mayoritariamente es joven, y que con sus letras, sus canciones y sus vídeos están absorbiendo una visión muy machista de nuestra sociedad. Quizás lo más preocupante de todo esto sea el Grammy que ha recibió el cantante por un álbum cargado de misoginia. Que la industria de la música sea capaz de premiar este disco es como darle un premio al machismo, algo confuso e injusto.