El personaje de Javier Calvo en la serie de Antena 3 Física o Química le convirtió en uno de los favoritos de los telespectadores desde que esta arrancó el 4 de febrero de 2008.
Fer, introvertido y sensible estudiante de instituto a punto de aceptar su homosexualidad cuando arrancó la serie, convirtió a Calvo en un rostro popular de la noche a la mañana con 17 años. Al poco de estrenarse la primera temporada de la serie tuvimos la oportunidad de entrevistarle. Lo que sigue es la entrevista tal cual se publicó en nuestra revista en papel, justo en febrero de 2008.
La tradición de series nacionales de ficción ambientadas en institutos continúa gracias a Física o Química, una de las apuestas más recientes de Antena 3, con la que está enganchando principalmente a un público joven. No hay más que echar un ojo a los foros y fotologs [!] dedicados a la serie para darse cuenta de lo mucho que está calando.
Sorprendentemente, uno de los personajes más valorados en Internet es Fer, que ni es el chulazo de la serie ni el más gamberro. Es un chico más bien callado y algo atormentado, que guarda un secreto que le está costando verbalizar: es gay.
Aunque se publicitó tanto la homosexualidad del personaje incluso antes de estrenarse el primer capítulo que la expectación era importante. De momento, la reacción del público no ha podido ser más positiva, algo que enorgullece a Javier. “Mucha gente se siente identificada con el personaje, y a otra mucha le ha cautivado su manera de ser. Y me sorprende que incluso al ‘sector Super Pop’ le atraiga Fer”, explica divertido. “En el foro dedicado a la serie han entrado muchos gays que me dan las gracias por mi trabajo y me felicitan por mi esfuerzo, y eso es algo que agradezco. Lo que más me preocupaba era decepcionar a la gente”.
«No entiendo a la gente que sale en la tele y no se ve» (Febrero 2008)
Javier se ha tomado este papel como un reto, y como tal lo está disfrutando. “Está bien que sea un personaje que no tiene nada que ver con los estereotipos. Ni que lo más importante de él sea que es gay. Lo que más interesa de él es descubrir qué camino va a seguir para descubrirse a sí mismo. Y me parece positivo que no recurramos a la parodia; a mí no me habría gustado tener que hacerle con plumón o que actuase como un cobarde”.
De momento, lo que le toca a Fer es sufrir, y mucho. Aunque Javier quiere dejar constancia de que no es tan apocado como pueda parecer hasta ahora. “Tiene claro que solo se puede sufrir hasta un límite, y que a partir de ahí hay que dar la cara y luchar. Así que, llegado el momento, se enfrenta a algunos compañeros. Aunque por las circunstancias no le haga gracia tener que decir que es gay, al menos se quitará un peso de encima”.
Lo ideal sería que, si la serie mantiene un share decente hasta final de temporada, se ruede una segunda temporada –lo cual parece bastante probable, según comenta Javier– y a Fer se le dé la oportunidad de mostrar un rostro menos torturado. “Confío en que será así, porque su salida del armario será para él una liberación. Ojalá podamos llegar a mostrar su felicidad”.
De momento, el que está feliz es Javier. Hace dos años, la agencia de representación de actores Kuranda le fichó como parte de su grupo de Caras Nuevas y, tras numerosos castings, le ha llegado la oportunidad que soñaba. Aunque tuvo que pasar hasta cinco pruebas antes de que le dieran el papel de Fer. “Y en ningún momento supe que el personaje era gay”, recuerda. “Yo me preguntaba por qué estaba tan metido en su mundo, y solo cuando el papel fue mío me lo explicaron. Entonces me dije a mí mismo: ‘Vale, ¿ahora cómo hago yo esto?’. Empecé a preguntar a gente que había vivido una situación similar, y eso me ayudó mucho a saber por dónde llevarlo”.
Estudiante de interpretación en la escuela de Juan Carlos Corazza, lo curioso es que Javier pasa más tiempo en clases en la ficción que en la realidad, porque su instituto lo pisa bien poco ahora mismo. Y todavía tiene por delante, al menos, año y medio hasta terminar el bachillerato. Aunque, hoy por hoy, le importa más seguir mejorando como actor que terminar el instituto (“y estudiar arte dramático también exige esfuerzo”).
Con numerosos trabajos en el teatro amateur en su currículum y la serie Física o Química como plataforma definitiva, el joven actor sueña ya con el día en que pueda rodar su primera película, aunque de momento no descuida su cultura televisiva.
De las series españolas ambientadas en instituto, él siguió Compañeros (“pero en las reposiciones, porque cuando la estrenaron me pilló muy pequeño”), y de las actuales procura no perderse Aída o Los hombres de Paco. Ni la suya, que ve religiosamente los lunes. “No entiendo a la gente que sale en la tele y no se ve. Yo soy muy crítico conmigo mismo, pero me pueden las ganas de juzgar mi trabajo. Que pongas la tele y lo veas es toda una recompensa”.