Anoche se celebró la V entrega de los Premios Feroz, otorgados por la Asociación de Informadores Cinematográficos de España y celebrada en el Complejo Magariños de Madrid, en la que triunfaron Verano 1993 (cuatro Feroz, incluido el de mejor película dramática), La llamada (mejor comedia), Vergüenza (cuatro Feroz, incluido mejor serie de comedia), La zona (mejor serie dramática), Nathalie Poza (mejor actriz por No sé decir adiós, de Lino Escalera) y Javier Gutiérrez, que hizo doblete como mejor actor de película (El autor, de Manuel Martín Cuenca) y de serie (Vergüenza). Fue una gala dinámica y con mucha mala baba, presentada por Julián López, y en donde fueron solo mujeres las responsables de entregar los distintos premios. ¿Qué nos llamó la atención de esta gala? Ahí va.
1. Las mujeres reclaman su espacio
La tendencia es imparable, y necesaria. Las mujeres de nuestro cine aprovecharon la plataforma de los Feroz para reivindicar mayor visibilidad y oportunidades para ellas, que siguen siendo minoría en el cine español. Lo hicieron desde posiciones muy distintas todas las que pisaron en el escenario. Desde la emoción más pura, Adelfa Calvo –lo mejor de la sobrevalorada El autor, con diferencia– afirmó entre lágrimas al recibir el Feroz como mejor actriz secundaria. “Dedico este premio a todas las mujeres que han cumplido 50 y quieren soñar”. E hizo una petición: “Que a las mujeres no se nos juzgue por la edad o el físico, como a los actores”.
Itziar Castro, que desde su participación en Pieles de Eduardo Casanova ha hablado alto y claro sobre la ‘gordofobia’ en muchas ocasiones, era una de las presentadoras del Premio Especial –que reconoce una película que habría merecido mejor carrera comercial, en este caso La vida y nada más, de Antonio Méndez Esparza–, bromeó: “Soy especial, como las películas especiales nominadas”.
Mucho más agresiva estuvo en su participación Leticia Dolera, convertida en la gran voz del feminismo del cine español, y desde luego no dejó indiferente a nadie. En este caso, con su actitud desafiante, no logró una excesiva empatía, aunque no parece que la buscara. “Claro, mujeres que entregan premios, qué original”, llegó a decir. “A ver cuándo son Antonio de la Torre u otros actores a los que se otorga el privilegio de ejercer como entregadoras…”. Esa falta de empatía, desde una posición muy distinta, provocó asimismo Paula Echevarría. Está claro que sí hubo mucha diversidad de mujeres representadas en los Feroz, con discursos para todos los gustos.
2. Algo pasa con Almodóvar
Salió Rossy de Palma para anunciar el Feroz de Honor para Verónica Forqué y comenzó rememorando una anécdota del rodaje de Kika, de Pedro Almódovar, en donde ambas coincidieron. Tras un ilustrativo vídeo en el que se mostraron algunos de sus trabajos más relevantes –lógicamente, Kika y ¿Qué he hecho yo para merecer esto?–, salió la Forqué, con el público en pie, y comenzó a agradecer el premio a todos los directores con los que ha trabajado. Si, en el caso de Fernando Colomo, por ejemplo, ha trabajado con él en dos ocasiones, dos veces lo nombró. Antes de recordar a su padre, José María Forqué, dio por terminada esa lista de agradecimientos, y la sorpresa fue mayúscula. ¿No nombraba a Pedro Almodóvar? ¿Con el que además ha trabajado en dos ocasiones? Pues no. Y señaló: “Todavía no he hecho películas dirigidas por mujeres, espero hacer una antes de morirme”.
3. Los personajes LGTB de series se quedaron sin Feroz
Tanto Cayetana Guillén Cuervo, por El ministerio del tiempo, como Ana Polvorosa, por Las chicas del cable, nos comentaban lo mismo –visiblemente nerviosas– antes de la gala. Se sienten muy orgullosas de haber contribuido a la visibilidad del colectivo LGTB a través de sus interpretaciones. En el caso de Polvorosa, que interpreta a una transexual, decía: “Es muy importante que se traten cuestiones así en series de vocación tan comercial como esta”. Las dos competían por el Feroz a la mejor secundaria en una serie, y a juzgar por el nivel de aplausos al nombrarlas en las nominaciones, partían como favoritas. Pero se lo arrebató Emma Suárez por La zona. Otra vez será, pues.
4. Los Javis, protagonistas indiscutibles de la gala
Javier Calvo y Javier Ambrossi arrasan, eso es indiscutible. Anoche lo demostraron una vez más. Desde el inicio de la gala, Julián López bromeó sobre los afters que se montan en casa de los Javis, y a partir de ese momento, no fueron pocas las presentadoras y premiados que pidieron apuntarse a una hipotética fiesta al acabar el sarao en su casa. “No tenemos alcohol”, llegó a decir Ambrossi en un momento, cuando hasta Verónica Forqué dijo que quería irse después con ellos…
Bromas, aparte, Javier Calvo fue, junto a Adelfa Calvo –no hay parentesco, por cierto–, quien más lágrimas derramó en el escenario. “Soy gay”, dijo al ponerse ante el micrófono. Y todos, incluido Javier Ambrossi, reímos por la candidez con que lo afirmó. Acto seguido, y conscientes del papel tan importante que juegan, gracias a La llamada y a OT, como defensores activos de la visibilidad y la diferencia, Calvo prosiguió: “Si algún niño que me está viendo tiene miedo y siente que no le van a querer, que sepa que va a encontrar su sitio, que va a cumplir su sueño y que Javier Ambrossi y yo escribiremos historias para que se sienta inspirado”. Y ambos se fundieron en un apasionado beso.
«Si algún niño que me está viendo tiene miedo y siente que no le van a querer, que sepa que va a encontrar su sitio, que va a cumplir su sueño y que @soyambrossi y yo escribiremos historias para que se sienta inspirado». Emocionante discurso de @javviercalvo. #PremiosFeroz pic.twitter.com/QtVBgnzQRj
— #0 de Movistar+ (@cero) 22 de enero de 2018
No fue nada casual el look que eligieron los Javis, de la colección otoño-invierno de Avellaneda, que se inspiró para ella en la relación entre Lorca y Dalí. En la parte trasera de sus chaquetas, los labios que dibujaba Lorca como símbolo del beso y los limones que utilizaba Dalí como metáfora agridulce del amor.
Ese fue el mejor final feliz posible para un noche en que se demostró que risas y reivindicación pueden ir de la mano. Y, por cierto, cuando abandonamos la fiesta oficial posterior a la gala, allí seguían los Javis. Y no se hablaba de ningún after posterior –que igual guardaron en secreto, comprensiblemente–. En eso apareció, Brays Efe: “¿A quién han expulsado en OT?”.
[Apunte final. Los propios miembros de la asociación nos quedamos de piedra cuando se anunció La Chana, de Lucija Stojevic, como mejor documental. No logramos encontrar a nadie que lo hubiera visto entre los presentes. Y fue un drama que la aplaudida Muchos hijos, un mono y un castillo, de Gustavo Salmerón, se quedara sin Feroz –también optaba al de mejor comedia–. Eso sí, el nombre más coreado de la noche fue el de Julita Salmerón. Ese cariño sí se lo llevan].
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