El pasado miércoles 1 de agosto arrancó el EuroPride 2018, que se inicia en Estocolmo, hasta el domingo 5 de agosto, y tendrá una segunda fase en Gotemburgo, del 14 al 19 de este mes.
Estas dos ciudades suecas han cogido el testigo de Madrid, y de momento, como ocurre en nuestra capital, Estocolmo respira orgullo allá donde vayas. Y la transfobia se ha convertido en una de las cuestiones que más debate está generando.
Una de las primeras protagonistas de este gran evento LGTB que vive Estocolmo estos días es la actriz y activista trans sueca Saga Becker. Ella fue una de las encargadas de dar el pregón el pasado miércoles en el EuroPride Park de Estocolmo, y su principal motivación era compartir su idea de que el Orgullo tiene que ser algo más que una fiesta, mucho más.
Nos lo cuenta en la tienda de la firma de ropa sueca Hope, precisamente pionera a la hora de ofrecer colecciones de género fluido. De hecho, el diseñador de la línea femenina, Patrick Guggenberger, nos contaba que por eso su empeño de que en la etiqueta de todas las prendas aparezca tallase tanto de hombre como de mujer.
Él también ha diseñado una edición especial para el Orgullo de una mochila que es la vez tote bag y backpack, con los colores del arcoíris, cuyos beneficios van destinados a una organización LGTB centrada en apoyar a jóvenes del colectivo. Se han fabricado 500, y ya se han agotado.
Saga Becker, de 29 años, lleva años trabajando con la organización Suicide Zero, que ayuda principalmente a jóvenes trans cuyos problemas les han llevado a intentar el suicidio. «Yo lo he vivido», nos confiesa, «sé lo que es que las situaciones que vives te lleven a desear quitarte la vida».
Cuando en 2014 su primer protagonista en cine, en la película Something Must Break, de Ester Martin Bergsmark, le convirtió en la primera actriz trans nominada a un premio del Festival de Cine de Estocolmo, y le valió el premio Guldbagge a la mejor actriz protagonista el año, se dio cuenta de lo importante que era utilizar su voz. «En cierto modo, la película me sirvió para visibilizarme, y a partir de ahí me di cuenta de que con mi activsmo podía ayudar a mucha gente que estaba dispuesta a escucharme, una vez que me había hecho popular».
Asegura que su salida del armario como mujer trans a través de la película fue una liberación. «No haya nada como mostrarte tal como eres, y ver que mi historia ha ayudado a mucha gente que ha pasado por algo parecido a lo que he vivido yo no tiene precio», explica. «No es fácil exponer tus problemas mentales, confesar que te has planteado el suicidio más de una vez.
Es un tema tabú, porque la sociedad considera que si confiesas algo así eres una persona débil. Es absurdo. La vulnerabilidad es uno de los elementos más fuertes de mi personalidad; hace falta mucho valor para mostrarte como una persona vulnerable frente a los demás».
«El suicidio en la comunidad trans es un tema tabú. La sociedad considera que si confiesas habértelo planteado eres una persona débil»
Becker se muestra muy crítica hacia la comunidad LGTB por la discriminación que siente que todavía sufren las personas trans, que forman parte del colectivo. «Es lo que tiene vivir en un patriarcado, es evidente que unas personas tienen más privilegios que otras». Ha aprovechado la plataforma que supone el EuroPride para denunciar, como pregonera, aquello que considera que debe cambiar dentro de nuestra comunidad. «Hay gente demasiado perezosa a la que solo le preocupa la fiesta.
El Orgullo para mí es mucho más, es política, y una demonstración de nuestra fuerza y resistencia. Y en este EuroPride, en que se ha puesto el foco en los derechos de las personas trans, he querido poner sobre la mesa temas incómodos para muchos: los cuerpos normativos, la esclavitud de la belleza normativa, la presión de las personas cis sobre el resto… Son cuestiones a las que muchos no se quieren enfrentar, pero hay que hacerlo si queremos contribuir a mejorar el mundo en que vivimos».
Vista del EuroPride Park de Estocolmo
Continúa Saga Becker: «Delante de todo el público que asistió al pregón dije alto y claro que no debemos sentirnos orgullosos si existen la transfobia y el racismo dentro de nuestra comunidad. Resultó incómodo para algunos escucharlo, pero como activista no podía dejar pasar esa oportunidad». Este sábado seguirá reivindicando en la marcha del EuroPride – el tercero que se celebra en Estocolmo, tras las ediciones de 1998 y 2008– en la que se espera que participen más de 60.000 personas.
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