Es la serie del momento, sin duda. La casa de las flores comenzó a copar titulares en nuestro país por la polémica de Paco León y su personaje transexual. Pero desde su estreno en Netflix ha cautivado al público LGTB. Verónica Castro, leyenda viva de los famosos culebrones hispanoamericanos, es uno de los motivos: da vida a la matriarca del clan, la dueña de la floristería.
La madre del cantante Cristian Castro es todo un icono en este género. En La casa de las flores es la líder de una familia bastante peculiar. Netflix ha sabido darle la vuelta al género del culebrón, conectando así con una audiencia joven y, en especial, con el público gay, que ha caído rendido ante una trama llena de amores homosexuales, travestis, transexuales y una estética kitsch que alcanza cotas insuperables.
La plataforma digital, un contenedor audiovisual de lo más variopinto, demuestra así que la fórmula ‘culebronera’ sigue funcionando como antaño. No es la primera vez que las producciones de la casa dan una vuelta de tuerca a géneros que parecían obsoletos o muertos. Cuando no se arriesgan con nuevas propuestas audiovisuales, reinventan géneros y los conectan con la generación millennial.
¿Ejemplos? Nostalgia ochentera y cliché teenager estadounidense con Stranger Things y Por trece razones, respectivamente; dramones de época en la España de posguerra con Las chicas del cable; atmósfera oscura y trama ‘intelectual alemana’ con Dark; la vida de la reina Isabel II, la historia reciente y conspiraciones del Reino Unido con The Crown. Netflix llega a los distintos países, ve y vence.
Es así es como La casa de las flores aterriza en la plataforma y en Latinoamérica: la versión actualizada de su típica telenovela, pero hecha por y para jóvenes, para un público diverso, queer y principalmente millennial. Gracias a esta reinvención, se adscribe al género más popular en México toda una generación que no pudo ver Corazón salvaje, Rubí, Gata salvaje, Pasión de gavilanes o Los ricos también lloran. Verónica Castro, toda una star del culebrón, con una larguísima carrera a sus espaldas, tiene gran parte de culpa de este éxito.
Pero, ¿quién es Verónica Castro? ¿Quién es esa mujer que da vida a esa madre obsesiva que quiere llevar a su hijo gay a terapia de electrosocks para ‘reconvertirlo’ en hetero y que luego se case y tenga hijos?
Pues, entre otras cosas, es la protagonista de la mítica Los ricos también lloran, la telenovela a la que Verónica Castro le debe todo: su primer papel principal en un folletín, para el que también cantó el tema principal, Aprendí a llorar. De hecho, Verónica tiene una infinidad de canciones en su haber, entre las que se incluyen algunas bandas sonoras –de sus series, claro– y algún que otro recopilatorio.
Íntima amiga de Juan Gabriel –y compañeros en Nobleza ranchera–, madre del cantante Cristian Castro (que en estos días acaba de publicar un disco homenaje a Gabriel), incluso protagonizó una telenovela en Italia. Luego, una vez consagrada entre las grandes, tuvo su propio programa en México, donde entrevistó, entre otros, a Luis Miguel, quien le dedicó en directo su conocida canción Si nos dejan.
En definitiva, una diva que reaparece, y que ahora mismo se encuentra en un tira y afloja con los productores de la serie por si su icónico personaje volverá o no en la segunda temporada.
Nos morimos de ganas por ver de nuevo a Virginia de la Mora haciendo de madre coraje. Su presencia en la segunda parte del culebrón más gay de la historia está rodeada de misterio. Pero las divas son así. Y por eso nos gustan.