Donald Trump sigue su lucha contra los derechos LGBTI. El Gobierno estadounidense implantó el pasado 1 de octubre una nueva medida de lo más injusta para las parejas homosexuales. EE UU retirará la visa a las parejas de funcionarios de la ONU y diplomáticos gays que no estén casadas. La medida ha sido duramente criticada, ya que el matrimonio homosexual solo es legal en el 12% de los países del mundo, por lo que muchos no pueden casarse.
La nueva política de la administración de Donald Trump obliga a los funcionarios o diplomáticos de la ONU con pareja en Estados Unidos a tener que casarse en el caso de que quieran que sus acompañantes obtengan un visado con sus mismas condiciones.
Anteriormente, la medida solo afectaba a las parejas heterosexuales, ya que solo en 25 de los 193 países miembros de las Naciones Unidas es legal el matrimonio homosexual. Ahora, el Departamento de Estado defiende que la nueva medida no es un “ataque” sino “un avance hacia el trato igualitario”, y obliga a estas parejas a casarse en un plazo de tres meses si no quieren perder el visado.
Las ‘buenas intenciones’ del Gobierno han sido muy criticadas, ya que recientemente se ha descubierto que la administración ha eliminado información sobre los derechos LGTB en páginas webs del Estado. La exembajadora de EE UU ante las Naciones Unidas Samantha Power también se ha manifestado en contra de la política… “Innecesariamente cruel e intolerante”, ha dicho Power desde su cuenta de Twitter.
Parece ser que el sueño americano no es para todos, y menos para el colectivo LGTB. Incluso un secretario de Estado, Mike Pompeo, se ha opuesto públicamente a los matrimonios entre personas del mismo sexo.
Las parejas que ya residen en los Estados Unidos se podrán casar allí legalmente, pero ¿en qué situación legal se encontrarán cuando regresen a su país, en donde el matrimonio homosexual no se reconoce?