El acontecimiento estaba servido. Najwa Nimri y Mala Rodríguez se ‘enfrentaban’ ayer en combate musical en un evento especial –irrepetible, de momento– organizado por FOX TV, para poner un broche final de altura al fenómeno que ha supuesto la serie Vis a Vis.
Najwa, ya historia de nuestra televisión gracias a su personaje de Zulema en ella, y Mala Rodríguez, que ha tenido una pequeña participación en la serie, con un cameo y el tema Agnus Dei, cara a cara, compartiendo escenario, cantando juntas, provocando sinergias inesperadas. Para delirio de la fiel marea amarilla, que agotó las entradas en horas, y vivió este singular concierto básicamente a través de sus móviles.
En un discreto segundo plano, Carlos Jean, lanzando bases y dando pie a mash-ups como el que cerró la noche –no llegó a una hora el show–, con La niña de Mala convertida en un bop discotequero con un inesperado guiño al house noventero. De repente se colaron por allí Personal Jesus de Depeche Mode, cantada al alimón por ambas, o Vida loca de Pancho Céspedes, quizá lo último que te habrías imaginado a Najwa Nimri cantando anoche. Sorpresas que te da la vida.
Ver a esas dos artistas rechazando prejuicios y divirtiéndose en libertad resultaba de lo más inspirador. «Me estoy metiendo en un jardín sin salida, es mi especialidad», decía Nimri en un momento dado. O «no llevamos coreo, hacemos lo que nos da la gana», en otro. O «No nos queremos ir, pero no tenemos repertorio». Salidas de tono una detrás de otra en arrebatos de sinceridad que el público, entregado, coreaba. Cuando muchas de las compañeras de Zulema en Vis a vis subieron al escenario –de Itziar Castro a Alba Flores, pasando por Inma Cuesta o Abril Zamora–, la sala se vino abajo, y ahí Najwa no lo dudó: «¡Os quiero tanto, hijas de las gran purísima!».
En todo momento, el mensaje era claro: Najwa y Mala son mujeres fuertes, y orgullosas de ello. Por eso, en la pantalla de leds tras ellas la palabra que se repetía en todo momento era una: ‘fuerza’. Mensaje además vehiculado por canciones de Rodríguez como Fuerza y Galaxias cercanas, que por supuesto sonaron. Tengo un trato, cantada a medias por ambas, fue un auténtico regalo. Y funcionó muy bien la manera en que, en ocasiones, se iban dejando una a otra el protagonismo. Porque Najwa introducía una atmósfera de mayor contención –qué bien sentó volver a escuchar en directo Dead For You, fusionada con No pidas perdón y el clásico de Depeche, nada menos–, mientras la Mala desataba al personal.
«¿Dónde están mis mujeres?», preguntó Mala en un momento dado. El clamor fue unánime. Anoche, rendidos a Najwa y la Mala, todos éramos sus mujeres. Bailando al ritmo de Gitanas, Waiting, En la hoguera, Nothing To Lose, 33, Crime y tantas más. Bien orgullosas y fuertes. Como ellas.