Pascua Ortega, el maestro recibe en su casa a 'Shangay Home'

El interiorista lleva la decoración en las venas. Son muchos años rompiendo moldes, como haber sido el primero en conseguir la Medalla de Oro de las Bellas Artes para esta profesión.

Pascua Ortega, el maestro recibe en su casa a 'Shangay Home'
Nacho Fresno

Nacho Fresno

Plumilla poliédrico -escondido tras una copa de dry martini- que intenta contar lo que ocurre en un mundo más absurdo que random.

27 mayo, 2019
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El interiorista lleva la decoración en las venas. Son muchos años rompiendo moldes. ¿El último? Ser el primero que consigue la Medalla de Oro de las Bellas Artes para esta profesión. Pascua Ortega es mucho Pascua Ortega. Es el maestro nos abre su casa para el primer número de Shangay Home, nuestra nueva revista de decoración.

El pasado mes de febrero, los reyes de España entregaban en Córdoba las Medallas de Oro de las Bellas Artes que concede el Ministerio de Cultura. Y, por primera vez en la historia, un interiorista era uno de los galardonados. El mundo del interiorismo entraba así por la puerta grande en las Bellas Artes. Y lo hacía de la mano del maestro Pascua Ortega, un grande que lleva años rompiendo moldes y abriendo caminos.

Nacido en Barcelona, comenzó a tener contacto con el mundo de la decoración en Nueva York, aunque por tradición familiar era algo que conocía muy bien. Creó su estudio en 1977 y desde entonces no ha parado. Es el interiorista de muchas personas conocidas, que confían en él para sus casas y para eventos como fiestas o bodas. Pero también trabaja para firmas como El Corte Inglés, y es el creador de muchos restaurantes y hoteles. ¿Su proyecto más mediático? Sin duda, la boda de los hoy reyes Felipe VI y Letizia. Pero también el más problemático: «Fue doblemente truncado», nos cuenta él mismo en esta entrevista, en la que recibe a Shangay Home en su casa, un espectacular edificio palaciego en pleno Madrid de Las Letras que él ha ‘hecho suyo’ sin faltar al estilo original.

SHANGAY HOME ⇒ La primera pregunta, para salir de dudas… ¿Qué prefieres, interiorista o decorador?
PASCUA ORTEGA ⇒ Interiorista, interiorista [responde sin dudarlo].

SHANGAY HOME ⇒ Eres el primero que recibe la Medalla de las Bellas Artes, lo cual es un gran espaldarazo para la profesión. ¿Cómo te sientes?
PASCUA ORTEGA ⇒ Te puedes imaginar. De entrada, una emoción muy especial y un gran agradecimiento. He luchado con todas mis fuerzas desde un principio por esta profesión. En mi modesta capacidad, he hecho lo que he podido, y el verla reconocida… pues me ha dado mucha satisfacción. Me ha tocado a mí porque a lo mejor soy el más viejo [risas], pero lo importante es que se haya reconocido.

“Claro que existe la decoración caduca, como todo lo extremo. Luego, dentro de una moda, hay cosas que conviven y perviven”

SHANGAY HOME ⇒ ¿Costó mucho romper moldes en un país como España?
PASCUA ORTEGA ⇒ Costó romper moldes pero, sobre todo, costó crearlos, porque no había mucha cultura del mundo del interiorismo. En España, y sobre todo en unas épocas determinadas, todo se reducía a la arquitectura, que iba por libre. Luego, en determinados mundos más sofisticados, estaba la figura del decorador que, sobre esa arquitectura, decoraba con mejor o peor criterio. Y había algunos muy buenos que amueblaban. Pero el concepto de ‘crear interior’ era una cosa que se hacía poco. Y cuando se empezó a hacer, pues hubo que abrir nuevos conceptos. Luego ya vino la masificación, gracias a Dios, en gran medida debido a los medios, porque empezaron a publicarse revistas de decoración que despertaron un gran interés. La gente empezó a tener información del mundo de los interiores y a aprender. A eso se unió la calidad de vida, que mejoró mucho en este país. La gente, aunque fuera en un apartamento de 60 metros cuadrados, quería que fuese más agradable que si los muebles los hubiesen tirado uno encima de otro: que estuviese más pensado, que fuese más armónico…

SHANGAY HOME ⇒ ¿Había referentes? Porque creo que salvo Duarte Pinto Coelho y Paco Muñoz…
PASCUA ORTEGA 
⇒ Duarte era más decorador… ¿Referentes? Paco Muñoz fue, por así decirlo, el primer interiorista. Bueno, de los primeros, que nunca hay que decir esas cosas así… [risas]. Paco trabajaba con mucha influencia exterior. Ya era un concepto nuevo, y creaba espacios con mucho más sentido para continuar con la decoración. Estaba en contacto con muchas firmas de fuera a las que representaba en España, y eso ayudó mucho a cambiar las cosas.

SHANGAY HOME ⇒ Hasta hace poco había, quizás, una línea que separaba si se era clásico o moderno. Pero con el protagonismo que ha adquirido en los últimos años el mueble del siglo XX, esa línea parece estar más difusa….
PASCUA ORTEGA ⇒ Siempre he huido de las modas extremas. Creo que la moda hay que tenerla en cuenta, es muy interesante para abrir nuevos horizontes. Pero una casa no es un traje. No te la puedes hacer al último grito porque te tiene que durar mínimo quince años, o veinte… ¡O toda la vida! Una casa exageradamente a la moda es muy poco estable. Hablo de las casas, no de establecimientos públicos como hoteles o restaurantes, que son otro tema. Las casas deben tener una capacidad de evolución para que sean siempre contemporáneas, con las referencias necesarias al momento en que se han hecho, y en donde puedas mezclar el mueble de los años cincuenta con un cuadro que a lo mejor has heredado o comprado. No creo en las cosas muy estrictas, hay que tener soltura.

“Como llegó Zara a la moda, pues también llegó Ikea, y es una maravilla”

SHANGAY HOME ⇒ ¿Existe la decoración caduca?
PASCUA ORTEGA ⇒ Claro que existe, como todo lo extremo. Luego, dentro de una moda, hay cosas que conviven y perviven. Pero hay otras que son extremadamente llamativas y que se queman. Me han llamado de casas que se han hecho hace no mucho y que eran tan extremas que había que ‘humanizarlas’ un poco.

SHANGAY HOME ⇒ ¿Qué valor ves en el mueble como objeto? Quizás fuiste unas de las primeras personas en darle la importancia que tiene…
PASCUA ORTEGA ⇒ Es una manifestación cultural y artística. Un mueble bueno, para mí, no lo es por su calidad de materia, sino por su diseño, por lo que representa. Creo que coleccionistas de muebles ha habido siempre, lo que pasa que ahora hay más un concepto de diseño. Hoy día la gente quiere muebles firmados. Antes lo que quería era que, si se trataba de un mueble del siglo XVIII, que fuese puro, bonito. En mi caso, depende de la épocas. No cabe duda de que en la tendencia del siglo XX la mayoría de cosas interesantes son firmadas. En ese siglo se entró en el mundo del diseño y del diseñador, en el que los nórdicos y los italianos fueron pioneros. Aunque si me hablas de un buen mueble francés del XVIII, pues también podía estar estampillado, que es lo mismo que estar firmado

Pascua Ortega, el maestro recibe en su casa a 'Shangay Home'.

“No tengo un línea definida. Tengo una manera de trabajar. Un hotel mío no se parece nada a una casa de campo”

SHANGAY HOME ⇒ Ya que hablas del siglo XX, ¿no crees que el interiorismo se democratizó en sus últimos años?
PASCUA ORTEGA ⇒ Sí, y gracias a Dios. La información ha ayudado mucho, pero es cierto que además de información hay que tener acceso. Y como llegó Zara a la moda, pues también llegó Ikea, que es una realidad, y es una maravilla.

SHANGAY HOME ⇒ ¿Ha de ser un mundo elitista?
PASCUA ORTEGA ⇒ En absoluto. Habrá decoraciones más elitistas, porque lo pedirá la circunstancia. Montar un palacio francés en Montecarlo es muy distinto a montar un apartamento para una joven pareja en un bloque. Pero eso no quiere decir que no se pueda hacer un buen trabajo en ambos casos.

SHANGAY HOME ⇒ ¿Puede hacerse en un pequeño apartamento un hogar confortable?
PASCUA ORTEGA ⇒ Por supuesto. A veces hay que estudiarlo mucho más, y hay que usar más trucos. Pero por supuesto. Y ahí es donde se ve a un buen profesional.

SHANGAY HOME ⇒ Tienes una línea muy marcada. ¿Eres capaz de entender a un cliente que te pida otra cosa?
PASCUA ORTEGA ⇒ Yo es que en eso no estoy de acuerdo. No tengo un línea definida. Tengo una manera de trabajar. Un hotel mío no se parece nada a una casa de campo, y esta, a su vez, tampoco se parece en nada si está en el norte de España o en Ibiza. He hecho muchas cosas públicas, he hecho de todo, y lo sigo haciendo, como trabajar para El Corte Inglés o para quien me pida que le haga su casa. Lo importante, para mí, es el criterio con el que te enfrentas a cada obra. Lo que sí que es fundamental es tener una manera de hacer; eso sí. Le doy mucha importancia a la luz, a la volumetría, estudio mucho los espacios… Pero un ‘estilo’ no tengo… A lo mejor se me conoce más por las grandes obras, pero hago de todo. Absolutamente de todo.

SHANGAY HOME ⇒ Cuando tocan una obra tuya, como un restaurante, y te lo cambian todo al cabo de unos años y sin contar contigo, ¿qué haces?
PASCUA ORTEGA ⇒ Me ha ocurrido solo una vez en un sitio, y no he vuelto. Sin más. Para mí es pasado. Nunca me había ocurrido en una obra pública. En una casa sí que es normal, porque es como un hijo, que lo dejas y crece solo. Pero en un sitio público no. Y lo mejor es que lo cambien del todo, porque las cosas a medias… [no quiere contar de cuál se trata].

SHANGAY HOME ⇒ Hablas de la luz y los espacios, pero también integras la naturaleza. Inés Urquijo, una de las mejores paisajistas de España, es sobrina tuya. Son dos mundos que conoces muy de cerca…
PASCUA ORTEGA ⇒ Mi casa está llena de flores. Siempre he sido de incluir la naturaleza. En esta casa, en el patio, tengo hasta un nido de mirlos que me ponen bebés todos los años. Inés, para mí, es un orgullo, la he visto crecer, físicamente y en su trayectoria. Me da mucha felicidad ver lo que hace y su reconocimiento. Hace años hablaban de Inés como la sobrina de Pascua, y resulta que ahora muchas veces se refieren a mí como el tío de Inés. Y me encanta.

“He luchado con todas mis fuerzas por esta profesión”

SHANGAY HOME ⇒ La boda de los reyes fue, quizás, tu creación más mediática. ¿Fue un sueño crear algo así?
PASCUA ORTEGA ⇒ En teoría, un sueño; pero en la realidad fue un proyecto doblemente truncado. Primero por la tragedia de Atocha. Todo lo previsto en el proyecto que se me aceptó, que era maravilloso, incluía cosas estupendas como que de Sol al Palacio Real ellos fueran en el metro, emulando a Alfonso XIII, en un vagón blanco, y todos los coros de niños cantando en las estaciones. Era una maravilla… Tras la tragedia, todo se replanteó, dentro de la discreción y el luto, como tenía que ser. Fue un golpe muy duro que hizo que tuviera que replantear todo. Como pasaban por Atocha, inventé el Bosque de los Ausentes –dentro de la fuente, con tantos olivos y cipreses como fallecidos en los terribles atentados–. Luego se llevó al Retiro y alguien le cambió el nombre por el de Bosque del Recuerdo, que es mucho más cursi.

SHANGAY HOME ⇒ Y luego, el tiempo, porque no paró de llover…
PASCUA ORTEGA ⇒ Ese fue el segundo golpe: luchar contra los elementos, como Felipe II. Y contra eso no se puede hacer nada. Piensa que había 80.000 abanicos, en color gris y plata, pensados para ser repartidos en la calle. Se suponía que iba a ser un día radiante, y quería crear así el movimiento con la luz de Madrid de ese mes. Mi madre me decía que podía haber puesto paraguas. Pero es que no era una boda de los Windsor… [risas].

 

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