Jennifer Lopez brilla a lo grande en su nueva película, Estafadoras de Wall Street, que ya ha arrasado en Estados Unidos y llega con todas las papeletas para hacerlo aquí también. Un cóctel explosivo de drama, comedia, thriller, musical y mucho pole dance creado y protagonizado por mujeres. Una fantasía de celebración del girl power.
Hay muchos motivos por los que celebrar la llegada a nuestras salas Estafadoras de Wall Street, escrita y dirigida por Lorene Scafaria. Para empezar, es una película actual como pocas, y eso que está ambientada en décadas anteriores –y basada en hechos reales–. Porque refleja a un grupo de mujeres, encabezadas por esa Ramona que borda Jennifer Lopez, que se hacen dueñas de su destino; son supervivientes natas que no están dispuestas a dejarse dominar, y harán uso de sus armas de mujer en todo momento en busca de una vida mejor. Girl power en estado puro, vamos.
No es de extrañar que Jennifer Lopez se animara a producir esta cinta, aunque seguro que ni en sus mejores sueños podía imaginar lo bien que le iba a salir la jugada. Y es que el personaje de Ramona Vega –inspirado en la stripper Samantha “Foxx” Barbash– se ha convertido en un caramelo que le está aportando las mejores críticas de su carrera. No es de extrañar, porque le sienta como un guante y le permite mostrar lo polifacética, que es.
“Refleja a un grupo de mujeres que se hacen dueñas de su destino; son supervivientes natas que no están dispuestas a dejarse dominar”
Sorprendentemente, en esta ocasión la Lopez no ha querido incluir un tema suyo original en la –exquisita– banda sonora. Es una tradición en sus incursiones cinematográficas, pero da la impresión de que en Estafadoras de Wall Street quería brillar exclusivamente por su esfuerzo interpretativo. Bueno, y por sus comentadas incursiones en el pole dance. Porque si algo queda claro en la película también es que cuando se lanza a un proyecto, lo da todo, y desde luego da la sensación de que ha estado bailando en la barra toda la vida, aunque no sea así.
No parece en absoluto casual que Estafadoras de Wall Street arranque con el clásico Control de Janet Jackson. “Esta es una historia sobre control”, dice al principio. Y queda muy claro qué es lo que nos van a contar. Porque Lorene Scafaria relata cómo un grupo de bailarinas de un club de striptease se lanzan a lograr controlar sus vidas por cualquier medio posible. Si bailando no ven posibilidades de acceder a un estatus mejor, formarán una especie de hermandad sui géneris, controlada por Ramona, para aprovecharse de muchos ejecutivos de Wall Street que acuden al club a babear, y que no son conscientes de lo que estas chicas son capaces de hacer.
A principios de 2007 –poco antes de arrancar la gran crisis financiera a nivel mundial–, la joven e inexperta Destiny (Constance Wu) llega al club de striptease en el que reina el personaje de Jennifer Lopez, y pronto se da cuenta de que ese microcosmos es una jungla en donde solo las más avispadas se abren camino en condiciones. Ramona enseguida ve su potencial y decide convertirse en su mentora. Le explica cómo funciona el negocio y, junto a otra de las bailarinas (a quien da vida nada menos que la diva hiphopera Cardi B) se encargan de que empiece a dominar el arte del pole dance.
“Fusiona cine musical, thriller policial canalla, el subgénero de las buddy movies enriquecido y le añade un comentario social”
Ramona es un lince y, aunque es la bailarina de más edad del club, no tiene rival. Explosiva y carismática, tiene claro que los clientes más adinerados que visitan el club son el objetivo perfecto, y empieza a desarrollar todo un ritual para desplumarlos. Y como necesita pupilas avispadas –y más jóvenes– que la ayuden, va incorporando a su grupo a Mercedes (le da vida otra de las cantantes que aparecen en el film, Keke Palmer) y a la inocentona Annabelle (Lili Reinhart).
Cuando Elizabeth (Julia Stiles), periodista del New York Magazine, comienza a investigarlas, verán peligrar su negocio, y a partir de ese momento empiezan a aflorar la avaricia y la envidia. Y esa pequeña gran familia que han formado amenazará con resquebrajarse. El principal logro de la directora Lorene Scafaria es fusionar cine musical, thriller policial, el subgénero de las buddy movies –actualizado y enriquecido con un punto de vista fuertemente irónico–, y además le añade un comentario social que le da más peso y una interesante reflexión sobre el mundo en que vivimos, que tanto cambió a partir de 2008. Todo contado y visto desde una perspectiva femenina, y con una incorrección política que se agradece, por inesperada.
“La música es una protagonista más”
Con la música como una protagonista más, que no solo sirve para ambientar la acción en todo momento, también sitúa al espectador en los años en que va sucediendo la historia. Suenan hits para parar un tren, de Gimme More de Britney Spears a Love in this Club de Usher –su cameo sirve justo para un punto de inflexión clave en la historia–, y claro, Cardi B contribuye con su Money.
Por cierto, otra de las artistas con una pequeña participación es Lizzo, que declaró en su momento que para ella era muy importante que las mujeres grandes estuviesen representadas. Cierra la película, poco después de que suene Royals de Lorde en el clímax final, Miss You Much, incluida en Rhythm Nation 1814, de nuevo de Janet Jackson. Es un álbum que acaba de cumplir 30 años y que se ha convertido en un absoluto clásico gracias a su manera de vehicular un mensaje social a través del pop bailable. Un poco como sucede con esta película.
En el epicentro de este grupo de mujeres que desean ser independientes a toda costa está Jennifer Lopez, en uno –más– de sus momentos dorados, dado que a sus recién cumplidos 50 años continúa acumulando logros que impresionan. Y es que menudo 2019 el de ‘Jenny from the block’. Tras una triunfal gira mundial, It’s My Party, supimos que el 2 de febrero de 2020 protagonizará el intermedio de la Super Bowl junto a Shakira, pero antes llega Estafadoras de Wall Street, que está teniendo una triunfal carrera comercial en Estados Unidos, donde ya ha superado los cien millones de dólares en taquilla.
“Ramona (JLo) es una superviviente, una canalla y una artista, que utiliza sus armas de mujer empoderada”
Como decíamos al principio, Ramona Vega es el papel de su vida hasta el momento, no cabe duda. Porque si hasta ahora JLo había ido alternando comedias románticas –en general algo inanes– y películas de género –del terror al thriller pasando por el musical– no siempre acertadas, en esta ocasión ha podido unir todas sus pasiones y virtudes para brillar como bailarina de pole dance megasexy y experta en trapicheos. Ramona es una superviviente, una canalla y una artista también. Utilizando todas sus armas de mujer empoderada. Según aparece, inunda la pantalla. “¿No te pone cachonda el dinero?”, es lo primero que dice, antes de marcarse un número de pole dance con ciertas reminiscencias estéticas a Flashdance.
“Tenemos que pensar como estos tíos de Wall Street”, arenga a sus chicas en otro momento de la cinta. “Nos han robado a todos”. Y así justifica ella los discutibles métodos que se dispone a enseñar a sus discípulas para que todas logren ser autosuficientes. “Este país es un club de striptease”, dice, y así se representa en la película que la va a llevar directamente a la alfombra roja de los próximos premios de la Academia. Lo que Casino supuso para Sharon Stone, esta Ramona Vega lo es para JLo.
“Lo que Casino supuso para Sharon Stone, Estafadoras de Wall Street lo es para JLo”
Estafadoras de Wall Street bebe de muchos títulos y géneros, y desde luego la fórmula funciona. Tiene algo de Showgirls, un poco de El lobo de Wall Street, un punto de Mujercitas, un algo de Magic Mike, un mucho de Pose, un guiño a Robin Hood e incluso cierto aroma a The Deuce. Navega entre el drama y la comedia de igual manera que lo hace entre el thriller y el musical canalla, y cuenta con un ritmo frenético. Y una interpretación de Oscar. ¿Quién da más? ⭐⭐⭐⭐
ESTAFADORAS DE WALL STREET SE ESTRENA EL 8 DE NOVIEMBRE EN CINES.