Los segundos repartos en la ópera dan más de una sorpresa. Como las sustituciones de última hora cuando una diva cancela, que han catapultado a las más grandes cuando eran perfectas desconocidas. Hoy día, en temporadas como las del Teatro Real no hay específicamente primeros y segundos repartos. Lo que hay son varios cast que se ‘reparten’ las representaciones programadas. Por eso no ocurre como antaño, cuando las entradas para los segundos repartos eran más baratas que para el primero. En este caso, el segundo de los repartos de Il pirata, con los canarios Celso Albelo y Yolanda Auyanet, es el que menos titulares ha copado en los medios, pero arrasa en el patio de butacas como el primero, encabezado por Javier Camarena y Sonya Yoncheva.
Es la grandeza de la ópera. Que cada artista le da su toque, y cada cast consigue unos matices diferentes, Hay quien dice que estamos ante una de las óperas más difíciles de cantar de todo el repertorio. Por ello, todo que rodea a Il pirata de Bellini –nunca estrenada en el Real hasta ahora– son leyendas. De esas que tanto alimentan los mitos.
Estrenada la Scala de Milán en 1827, en España se pudo ver por primera vez, solo tres años más tarde, en el desaparecido Teatro de la Cruz. Debido a su dificultad, la obra fue cayendo en el olvido hasta que María Callas la recuperó, en 1959, en el mismo Teatro alla Scala en el que se estrenó. Ahí comenzó la leyenda. La inmensa Montserrat Caballé fue la responsable de que el mito siguiera cuando la incorporó a su repertorio. A ella están dedicadas todas las representaciones del Real.
Ahora acaba de aterrizar en el coliseo madrileño, precisamente en coproducción con La Scala, en una imponente –e impactante– puesta en escena de Emilio Sagi –con escenografía de Daniel Bianco– que se estrenó con gran éxito el pasado año en el coliseo milanés.
Los canarios Celso Albelo (Guantero) y Yolanda Auayanet (Imogene) en el segundo de los repartos de Il pirata en el Teatro Real [Fotos Javier del Real]
Del primer reparto ya se ha dicho todo. Pero, como decimos, el segundo es el que menos titulares copa en la prensa, y más teniendo en cuenta que el primero en esta ocasión está encabezado por Camarena, el tenor del momento. Celso Albelo construye un Guantero sólido, con muchísima presencia escénica y canora. Y Yolanda Auyanet hace una Imogene exquisitamente lírica y delicada. La escena de la locura, como no puede ser de otra manera, desata el delirio. El teatro se viene abajo.
Esta historia de amores imposibles en el Medievo –en este caso entre un pirata superviviente de un naufragio y una duquesa– tienen una complicada puesta en escena. Emilio Sagi lo resuelve magistralmente con una producción cien por cien ‘sello Sagi’, en blanco y negro, ambientada en un tiempo indeterminado y con estupendo y muy lucido vestuario de Pepa Ojanguren que nos recuerda que estamos en una obra de época. Funciona como un reloj, y tiene momentos espectaculares con ese juego de espejos, como el comienzo del segundo acto, cuando el telón sube a la par que el cielo del escenario. Se consiguen momentos realmente mágicos. A nivel escénico, el segundo acto guarda varias sorpresas, como la procesión funeraria tras la muerte de Ernesto. Pero, sobre todo, el aria de la locura de Imogene. Esa que la Caballé cantaba como ni siquiera Bellini llegó a sospechar que nadie pudiera cantar.
Ya pasó en el Don Carlo que inauguró temporada. Ainhoa Arteta quedó ‘relegada’ al segundo reparto y su Elisabetta se convirtió en ‘la reina’ del Real. A veces, muchas más de las que nos esperamos, los segundos repartos son una caja de sorpresas. Estupendas sorpresas. ¡Bravo!
Auyanet y Albelo, dos canarios que pisan fuerte en los mejores teatros de ópera del mundo.