El Pleno de Senado ha vuelto a vivir una tarde de crispación el 2 de junio mientras se debatía una Propuesta de Ley sobre la LGTBIfobia en el deporte. El PP abandonaba el hemiciclo de la Cámara Alta después de que el senador de Más Madrid Eduardo Fernández Rubiño acusara a los populares de gobernar con el apoyo de los “fascistas” de Vox en algunas autonomías.
La trifulca se desataba tras la intervención de Sara Vilà, senadora de En Comú Podem. Unas horas antes, en la sesión de control, Vilá se dirigía a Vox y al PP para pedirles que tomaran “nota de que la gente nunca más bajará la cabeza ante el fascismo y el racismo”, aludiendo a las protestas antirracistas en EE UU desatadas por la muerte del afroamericano George Floyd cuando estaba bajo custodia policial.
El portavoz del PP, Javier Maroto, sintió que habían acusado a su grupo de ser fascista, y solicitó a la presidenta de la Cámara, Pilar Llop, que no constaran esas palabras en el diario de sesiones.
Fernández Rubiño subió a la tribuna para informar de que su grupo iba a votar a favor de la actualización de la propuesta de Ley sobre la LGTBIfobia en el deporte. Y aprovechó su turno para reprochar al PP su actitud hacia Vilà: “No se puede equiparar el fascismo con el antifascismo. No se puede equiparar a quienes defienden los derechos y las libertades y la base misma de la democracia con quienes atentan e inoculan el odio y generan la corrosión más evidente que hay de cualquier sistema democrático, que son los intolerantes, que son los fascistas y los que quieren introducir la división y la discriminación hasta lo más profundo de nuestra sociedad. Y precisamente, señor Maroto, señores del Partido Popular, no entiendo cómo ustedes se pueden sentir ofendidos con las palabras que ha dicho la senadora de mi grupo, la señora Sara Vilà. No se puede tener la mano tan larga y la piel tan fina. No se puede llamar terroristas a sus oponentes políticos y al día siguiente rasgarse las vestiduras porque se les recuerda a ustedes que gobiernan con los fascistas, que gobiernan con unos señores…”.
Desde la bancada del PP interrumpieron con gritos y protestas a Rubiño. La indignación generalizada del Grupo Popular era frenada por la presidenta de la Cámara ,que les llamaba al orden para que el senador de Más Madrid pudiera continuar su exposición.
Cuando se calmaron un poco los ánimos, Rubiño retomaba su discurso : “Lo que no pueden hacer es llamar un día terrorista al padre del vicepresidente del Gobierno y al otro día ofenderse como se están ofendiendo. Les recuerdo que ustedes gobiernan con gente [refiriéndose a Vox] que cuando entró en el Parlamento andaluz les felicitó el líder del Ku Klux Klan. Ustedes gobiernan con una gente que reivindica la política racista de Trump, con una gente que se ha opuesto a todos los avances de lucha contra la LGTBIfobia en nuestro país, que se opusieron al matrimonio igualitario, que se opusieron al derecho de adopción, que hoy día siguen pidiendo que se nos retire. Ustedes gobiernan con una gente que está azuzando las agresiones homófobas en las manifestaciones que estamos viviendo a día de hoy. Ustedes trabajan con una gente que está defendiendo las terapias de conversión para ‘curar’ a las personas homosexuales…”.
El PP volvía a mostrar sus enfado y reclamaba a voces que se retirasen sus palabras. “Tome asiento, señor Maroto. Cuando llegue su momento y pida la palabra, se le dará la palabra”, le indicaba Pilar Llop, instándole a que cumpliera el reglamento. Sin embargo, el grupo ya había decidido abandonar el Pleno.
“Las verdades duelen. Yo lo lamento, porque son tan demócratas que no soportan que les digan las verdades, cuando ellos se pasan todo el día llamando terroristas, pederastas, llamando lo que quieren decir, llamando torturador, hablando de baños de sangre…”, decía Rubiño mientras observaba cómo todo el Grupo del PP se marchaba de la Cámara Alta para “boicotear mi intervención”.
Tras su marcha, Maroto aseguraba que “nunca pensé que tendría que tomar esta decisión”. Además ha vuelto a repetir que es falso que el PP sea un partido fascista o racista. Los senadores del PP regresaron al hemiciclo al finalizar el turno de Rubiño.