Habrás escuchado más de una vez que la actividad física puede traer múltiples beneficios para tu cuerpo. Pero, ¿imaginaste alguna vez que podría también ayudarte a adquirir nuevos conocimientos Vamos a conocer cuánto hay de cierto sobre que el ejercicio físico puede ayudarte a aprender un nuevo idioma y cómo esto sucede.
Realizar ejercicio físico de manera constante produce beneficios para todo tu organismo. El ejercicio puede ayudarte a mejorar tu capacidad respiratoria, aumentar tu concentración, bajar de peso, generar sensación de bienestar, potenciar tu memoria, mejorar tu metabolismo, disminuir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y combatir ansiedad, depresión o estrés.
La práctica deportiva frecuente puede influir de forma muy positiva en varios aspectos de tu vida, incluso ante el desafío de aprender un nuevo idioma. Un estudio realizado conjuntamente entre importantes universidades de Italia, China y Tailandia en el año 2017 puso en evidencia que hay grandes diferencias en el aprendizaje de un segundo idioma si se practica actividad física a la vez.
Para demostrarlo, compararon dos grupos de estudiantes chinos que intentaban aprender inglés. Durante ocho semanas se sometió a los estudiantes a clases individuales de vocabulario e interpretación de oraciones.
Un grupo lo realizó de manera estática y el otro lo hizo mientras pedaleaba en una bicicleta estática. El segundo grupo obtuvo mejores resultados en su vocabulario desde la primera sesión y después de varias semanas también evidenció una amplia diferencia en la interpretación de oraciones. Además, aquellos que realizaron actividad física también mostraron mejores resultados en las pruebas de memoria a largo plazo.
¿Quieres saber por qué se dan estas diferencias? Para empezar, tu cerebro se vuelve más fácil de moldear. Una de las dificultades que aparecen en los adultos cuando intentamos aprender otro idioma es que la neuroplasticidad disminuye con los años. Esto quiere decir que el cerebro disminuye su capacidad de producir nuevas conexiones neuronales a medida que pasa el tiempo.
Pero esto puede revertirse con la práctica regular de ejercicio físico en una persona con hábitos saludables como: buena alimentación y descanso suficiente, entre otros. Se ha evidenciado que el ejercicio físico mejora la neuroplasticidad. Esto se evidencia en habilidades como la memoria y el aprendizaje espacial.
En 2007, un estudio realizado en el Hospital Universitario de Muenster de Alemania demostró que el ejercicio físico intenso aumenta los niveles de distintos mediadores químicos que participan en los procesos de memorización. Por un lado, la actividad física genera un aumento del Factor Neurotrófico Derivado del Cerebro (BDNF). Esto hace que este órgano retenga información a corto plazo. Es la forma en que mejora tu vocabulario durante la primera semana. En los meses siguientes, la memoria a largo plazo también mejorará debido a que aumentan la dopamina y la epinefrina.
La actividad física produce un aumento de endorfinas en el cerebro. Estas sustancias producen una sensación de bienestar, mejoran el estado de ánimo y ayudan a reducir el estrés. Todo esto repercute positivamente cuando intentas adquirir nuevos conocimientos, por ejemplo, otro idioma.
Si realizas ejercicio físico aeróbico con frecuencia, notarás que tu capacidad respiratoria va en aumento. Te cansarás menos con esfuerzos que antes te agotaban y sentirás mayor lucidez mental. Esto se explica porque el oxígeno que ingresa a tus pulmones será mejor aprovechado. Por otro lado, la circulación sanguínea también se ve beneficiada. Todos tus tejidos recibirán el aporte que necesitan de forma más eficiente. El flujo sanguíneo de tu cerebro aumentará. Esto hace que el oxígeno y la glucosa que necesita para funcionar estén fácilmente disponibles, y si esto sucede tu cerebro estará preparado para recibir más información y de una mejor manera.
Para practicar un deporte o realizar ejercicio físico de manera consciente es necesaria tu completa atención. Y este es un gran estímulo para mejorar tu concentración. Esto trae beneficios en diferentes ámbitos de tu vida. Notarás que el aprendizaje se facilita, con lo cual aprender un nuevo idioma resultará mucho más fácil. Por otro lado, vincularnos de manera consciente con lo que hacemos y con nuestro entorno produce bienestar. Y eso es un punto extra.
De los diferentes estudios que se han realizado sobre el tema no hay conclusiones definitivas en cuanto al momento en el que es más conveniente realizar ejercicio físico. Algunos aseguran que es conveniente practicar movimientos durante la incorporación de un nuevo idioma. Mientras que otros han visto beneficios con la práctica física previa a una clase típica.
Puedo recomendarte al respecto que lo más simple siempre es mejor. Puede ser muy difícil llevar a cabo las dos actividades al mismo tiempo. Es por eso que creo más conveniente que acomodes tus horarios para practicar un deporte o hacer actividad física antes de tus clases de idioma. De esta manera es más probable que el ejercicio te ayude a aprender un nuevo idioma.
El aprendizaje de otro lenguaje en la vida adulta exige que usemos todas las herramientas que están a nuestro alcance para que los conocimientos se incorporen de forma efectiva. Si aún te estás preguntando cómo el ejercicio puede ayudarte a aprender un nuevo idioma, comienza a practicarlo antes de tus clases y notarás grandes cambios.
JORGE GÓMEZ ES FUNDADOR DE SKILLEDFITNESS.COM