21 años sin Carlos Berlanga, siempre ajeno a las modas que vienen y van

En el 21 aniversario de la muerte de Carlos Berlanga, recuperamos nuestra última entrevista con este genio del pop y gran icono LGTB.

21 años sin Carlos Berlanga, siempre ajeno a las modas que vienen y van
Agustín Gómez Cascales

Agustín Gómez Cascales

He viajado en limusina con Mariah, he tomado el té con Beyoncé, he salido de fiesta con J.Lo y he pinchado con RuPaul. ¿Qué será lo próximo?

5 junio, 2022
Se lee en 9 minutos

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Carlos Berlanga murió el 5 de junio de 2002, curiosamente, la misma fecha en que su amigo y excompañero de varios proyectos –de Kaka de Luxe a Alaska y Dinarama–, Nacho Canut, celebra su aniversario.

Uno de sus principales méritos de Carlos Berlanga fue la capacidad de ser un dandi indiscutible, sin pretenderlo ni tener que esforzarse, ni para cultivar su imagen ni para componer.

Uno de los pocos artistas en este país que han podido permitirse en todo momento ser deliciosamente superficiales –nunca vulgares–. Cuatro años después de recuperar la relación artística con Alaska y Nacho Canut, ya como Fangoria, en Vía satélite alrededor de Carlos Berlanga, publicó en 2001 Impermeable, su último –gran– disco, producido por Ibon Errazkin. Nosotros recuperamos, como homenaje a su memoria, la entrevista que le hicimos cuando lo lanzó.

21 años sin Carlos Berlanga, siempre ajeno a las modas que vienen y vanFoto: Jesús Ugalde

SHANGAY ⇒ Nacho Canut definía tu disco anterior [Vía satélite alrededor de Carlos Berlanga] como un trabajo conceptual. ¿Hay una idea detrás de este?
CARLOS BERLANGA ⇒ No. Es simplemente un conjunto de canciones, cada una de su padre y de su madre. El anterior se basaba en el espacio, en la física cuántica; este es más variado: hay canciones sobre el amor, la paranoia… No tiene ninguna trascendencia ni ningún sentido oculto. Impermeable es un disco pop sin más. La trascendencia se le da daba a los discos de rock sinfónico y de cantautores de los setenta; las canciones pop no tienen por qué tener un sentido especial o ser autobiográficas.

“Me gustaría ser Dios y estar en todas partes, ser frívolo y a la vez metafísico”

SHANGAY ⇒ Es extraño que, siendo un disco tan breve y teniendo en cuenta lo poco que te prodigas, hayas decidido incluir dos versiones de temas ajenos en lugar de más canciones tuyas.
CARLOS BERLANGA ⇒ Es breve, pero es que antes todos los discos eran así. Ahora no, de pronto el disco de Magnetic Fields [69 Love Songs] tiene sesenta y nueve canciones y te duermes a la quinta, es como un trankimazin. Prefiero que el mío tenga solo diez.

SHANGAY ⇒ El anterior lo produjo Fangoria, y en su momento declaraste que no habías quedado contento con el resultado. ¿Por qué?
CARLOS BERLANGA ⇒ Porque intenté hacer algo muy moderno que no era lo mío. El dance tal y como lo concibe Big Toxic no está hecho para mí.

SHANGAY ⇒ ¿Por eso has querido contar con Ibon Errazkin en esta ocasión?
CARLOS BERLANGA ⇒ Sí, prefiero la producción de Ibon. Ha sabido crear house acústico, que es lo más moderno del mundo (dicho por Nacho Canut). Ibon es ‘mostruo’, como diría Lola Flores [risas].

«Las opciones sexuales son algo muy personal, y nadie tiene por qué meterse»

SHANGAY ⇒ ¿Dirías que Impermeable es una versión corregida y aumentada de Indicios?
CARLOS BERLANGA ⇒ Es como una orgía: la portada es de [Javier] Aramburu, Nacho ha compuesto las letras conmigo, Olvido [Alaska] y Mikel [La buena vida] cantan, colabora Antonio Galvañ [Parade]…, un conjunto fantástico. En realidad, es un disco sobre las conspiraciones, un tema que me interesa mucho últimamente. Por ejemplo, las vacas locas. El mundo budista ha conspirado para que el resto del planeta no comamos carne de vacuno y ha dado pie a un inmenso holocausto. ¿Por qué no hay vacas locas en Lhasa o en Las Alpujarras? Es una conspiración paranoica.

SHANGAY ⇒ Luego antes has mentido, sí hay una idea latente bajo tu nuevo disco…
CARLOS BERLANGA ⇒ [risas] En el fondo es una tontería mía, esas conspiraciones absurdas me las invento yo y solo se reflejan en la canción Impermeabilizado, que me la inspiró Conspiración, la película con Mel Gibson y Julia Roberts. La diferencia está en que Mel Gibson era un paranoico que maquinaba desde su taxi, y yo lo hago encerrado en mi casa. Manga por hombro también está basada en una película, Dioses y monstruos [protagonizada por Ian McKellen]. No es algo habitual, descubrí a posteriori que algunas canciones que hemos compuesto cuentan historias parecidas a las de películas que ya existen.

21 años sin Carlos Berlanga, siempre ajeno a las modas que vienen y vanFoto: Jesús Ugalde

SHANGAY ⇒ En Vía satélite… incluiste un divertido ajuste de cuentas con un antiguo amante, políticamente incorrecto. ¿Debe temblar algún examante o examigo en esta ocasión?
CARLOS BERLANGA ⇒ [risas] No, para nada. Aquella fue una venganza divertida; ahora no tengo ningún tipo de desamor ni de enemigo. Para componer es mucho mejor estar en esa situación de shock sentimental, pero ahora estoy medio casado. Menos mal que en esta ocasión ha salido todo bien a pesar de que yo no estaba sufriendo por amor; habrá sido gracias a Nacho [Canut].

SHANGAY ⇒ ¿Y quién es Lady Dilema?
CARLOS BERLANGA ⇒ Nadie. Simplemente me apetecía hablar de que hay tantas cosas en el mundo que llega un momento en que no puedes elegir, que te encuentras con dos opciones válidas, como la Coca-Cola y la Pepsi.

SHANGAY ⇒ ¿Eres una persona muy insegura?
CARLOS BERLANGA ⇒ Sí. Lo que hago ahora para evitarme angustias innecesarias es quedarme con todas las opciones, con la Pepsi y la Coca-Cola. En el único caso en que no dudo es a la hora de elegir entre PC y Mac: me quedo con el Mac.

SHANGAY ⇒ Brasil y Francia vuelven a ser tus principales referencias sonoras…
CARLOS BERLANGA ⇒ Tampoco es eso. Los franceses y los brasileños han mamado del pop universal como todos. Bueno, excepto los flamencos. Lo mío no es un tributo ni nada parecido. Simplemente he cogido una canción francesa [A Cannes] y otra brasileña que es un clásico [Wave], y decidí hacer mis propias versiones.

“El mundo gay no me interesa nada, no tiene que ver conmigo. Las musculocas, el gueto de Chueca…, paso, paso”

SHANGAY ⇒ ¿Qué opinión te merece la explosión comercial del latin house?
CARLOS BERLANGA ⇒ Es una moda y ya está. Me encanta que prostituyan todos los estilos posibles, es lo máximo. ¡Que prostituyan el rock sinfónico de una puta vez!

SHANGAY ⇒ Tú prostituiste el ‘happy house’ en El paraíso perdido, un ‘momento bakalao’ de tu disco anterior…
CARLOS BERLANGA ⇒ Fue muy divertido. Lo hice porque en aquel entonces veía la cadena musical alemana Viva. [pausa] Bueno, yo no lo hice…, fue cosa de mi productor. Ahora ni veo esa cadena, y desde luego nunca me ha interesado el bakalao. A mí me gusta bailar el buen house, Everything But The Girl y cosas así.

SHANGAY ⇒ ¿Te apetecía componer en esta ocasión un himno hedonista y petardo como Vacaciones?
CARLOS BERLANGA ⇒ Me apetecía componer una canción sobre las perversiones sexuales, porque apenas las hay en español. Ni Mari Trini las ha hecho. Las perversiones no tienen por qué reflejarse como algo oscuro y prohibido, son divertidas. Te pueden tener atado y azotándote durante horas y después llegas a tu casa contentísimo de lo bien que lo has pasado. Las perversiones, en estado mini o maxi, son pura imaginación y punto. Casi todo el mundo es muy imaginativo al respecto, no solo yo.

SHANGAY ⇒ ¿Has vivido el espíritu punk como en sus tiempos lo hicieron Nacho y Alaska?
CARLOS BERLANGA ⇒ Sí, sí, yo he sido muy punky, y sigo siéndolo. Igual que hay gente que sigue siendo hippy aunque no se note, yo sigo siendo punky aunque no se note… El punk conlleva hacer las cosas sin necesidad de tener a alguien detrás; para mí se ha convertido en una filosofía de vida que hay que continuar reivindicando.

21 años sin Carlos Berlanga, siempre ajeno a las modas que vienen y vanFoto: Pablo Pérez-Mínguez

SHANGAY ⇒ Otro que reivindica el espíritu punk es Fabio McNamara. ¿Qué opinas de su regreso a la música?
CARLOS BERLANGA ⇒ Me encanta, el disco está muy bien. Fabio también es un ‘mostruo’, es un genio. Siempre he sido superfán suyo, y no solo como músico, también como artista plástico. Es el mejor pintor de España con mucha diferencia.

«Las perversiones no tienen por qué reflejarse como algo oscuro y prohibido, son divertidas»

SHANGAY ⇒ ¿Y Tamara [hoy Yurena]?
CARLOS BERLANGA ⇒ Prefiero que me preguntes por Tamara de Lempicka, la pintora, que es lo máximo. A la otra Tamara le habíamos compuesto canciones, le habían preparado un disco maravilloso, y de repente lo ha dejado. Yo pensaba que era un poco Heidi en las montañas, pero no, más bien es “Tamara, Tamara, tienes cara de buena y eres mala”, como dijo Arlequín [explota a reír]. Pensábamos hacer pigmalionismo con ella, pero le entró el síndrome de la señorita de Trévelez y empezó a pensar que nos reíamos de ella. Yo nunca lo he hecho, a mí me parecía que procedía, incluso su corte de freaks era divertida. Pero si hace dos meses la gente decía que le quedaban dos telediarios, se ha acabado el segundo.

SHANGAY ⇒ Que en España, aparte de Tamara, solo vendan masivamente Alejandro Sanz, La oreja de Van Gogh y Estopa, ¿de qué es señal?
CARLOS BERLANGA ⇒ Es una conspiración de las discográficas. Hace veinte años estaban Pet Shop Boys, Kylie Minogue, Rick Astley, Bananarama…, era una maravilla. Ahora, ya me contarás tú: ¡La oreja de Van Gogh, malrollismo total!

SHANGAY ⇒ ¿A qué artistas te gustaría ver en lo alto de las listas?
CARLOS BERLANGA ⇒ A Chico y Chica y a Vainica Doble. Y a mí. De los extranjeros, la única que está ahí arriba es Madonna, me parece muy bien. Pero deberían hacerle compañía Goldfrapp o Bent.

21 años sin Carlos Berlanga, siempre ajeno a las modas que vienen y vanFoto: Jesús Ugalde

SHANGAY ⇒ Siempre has potenciado un componente frívolo que lo mismo te lleva a cantar maravillas del joie de vivre francés que a reivindicar las revistas del corazón… ¿Cuánto hay de pose en esa actitud?
CARLOS BERLANGA ⇒ Es parte de mi vida. Igual que puedo leer a Jünger, apasionarme por el esoterismo, las setas o la etogenia, pueden fascinarme la moda y el corazón. Me gustaría ser Dios y estar en todas partes, ser frívolo y a la vez metafísico. La frivolidad está muy bien cuando sales de marcha y bailas a Raffaella Carrà; en casa prefiero oír a Antonio Carlos Jobim y a Groove Armada. Jobim es un poco tótem.

SHANGAY ⇒ El mundo gay está cuajado de poses. ¿Cuáles defiendes y cuáles no soportas?
CARLOS BERLANGA ⇒ El mundo gay no me interesa nada, no tiene nada que ver conmigo. Las musculocas, el gueto de Chueca…, paso, paso. Entiendo que un chiquillo que viene de provincias y sale del armario se meta directamente al gimnasio para ponerse cachas y salir a bailar, pero a mí me parece horroroso.

21 años sin Carlos Berlanga, siempre ajeno a las modas que vienen y van

SHANGAY ⇒ Sin embargo, eres de los pocos artistas que están fuera del armario y opinan como tal…
CARLOS BERLANGA ⇒ No tiene nada que ver. Ni estoy a favor del outing. Que cada cual haga lo que le dé la gana: el que quiera salir del armario, que lo haga, y el que prefiera seguir diciendo que le gustan las tías, pues que lo diga. Las opciones sexuales son algo muy personal, y nadie tiene por qué meterse.

SHANGAY ⇒ ¿Eres partidario de vivir impermeabilizado a modas y tendencias efímeras?
CARLOS BERLANGA ⇒ Ajeno a las modas que vienen y van… Pues sí. Por algo soy el rey del glam.

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