King’s Cross estará por siempre ligado a la historia de Pet Shop Boys –imposible olvidar su canción del mismo título–. A la mía con ellos también. En ese enclave emblemático, que acoge el hoy lujosísimo St Pancras Hotel –con esa mítica escalinata inmortalizada en el vídeo de Wannabe de Spice –, en 1999 les entrevisté, poco antes de publicar su clásico Nightlife.
Pues a escasos 500 metros volvía a verlos con motivo del lanzamiento de su decimoquinto álbum, Nonetheless. El pasado 22 de abril realizaron en una de las salas del centro cultural Kings Place la primera escucha con público del disco, a la que fuimos invitados. A continuación, un coloquio con Neil Tennant y Chris Lowe de hora y media, con el prestigioso periodista de The Guardian Alexis Petridis como moderador. Un evento para unas 200 personas, que pagaron 35 libras, y para un número indeterminado que también pagó por seguirlo en streaming.
Cualquier acto relacionado con Pet Shop Boys resulta siempre especial, y los promocionales no lo son menos. Este tenía la peculiaridad de que era ‘phone free’. El álbum aún no ha visto la luz oficialmente, el streaming tenía un precio y a buen seguro que el dúo, poco amante de todo lo que conllevan los móviles –hace bien poco que empezaron a acceder a hacerse selfis con fans, al menos Neil–, estaba encantado de evitar su acecho durante la charla.
Dada la media de edad de los asistentes –en la cola comprobabas, una vez, que el núcleo hardcore de su fan base lo componen hombres gais de entre, aproximadamente, 45 y 60 años–, se entiende que entregaran los móviles antes de acceder a la sala, para ser metidos en fundas imposibles de abrir, con un relax total. Era evidente que les hará más ilusión hacerse con una copia física de Nonetheless que montar un vídeo en CapCut para Tiktok sobre la experiencia que pueda viralizar.
“A pesar de los altibajos, aquí seguimos, comprometidos con el pop”
La escucha se asemeja a una experiencia religiosa. Y una bien sobria. Se atenúan las luces de la sala y frente al público, en una gran pantalla reluce la espléndida portada de Nonetheless, realizada por el fotógrafo Tim Walker. Para Chris Lowe, una de las favoritas de su carrera, según confesará después. Como recuerda Neil, una de esas ocasiones en que una idea ajena, la de quien la firma, les pareció la más idónea para ilustrar la portada de unos de sus álbumes. “Todo fue idea suya, que fuéramos vestidos iguales, de traje, todo en blanco y negro y con linternas en la boca”, explica. “Fue ver las primeras fotos y decir ‘genial, tenemos la portada«. Mira a Chris y dice: “Creo recordar que tú dijiste acto seguido ‘qué bien, no es ni la hora de comer”. El auditorio estalló en una gran carcajada, incluida una de las asistentes más llamativas de la velada, una señora de elaborado cardado a medio camino entre Amanda Lear y Margaret Thatcher.
Pero volvamos a la escucha. En la que no había un solo motivo que permitiera el despiste. Porque la portada se mantuvo proyectada, fija, durante los 45 minutos que dura el disco aproximadamente. Ni un visualizer ni un videoclip, nada. Y el público, en silencio y absolutamente quieto. Algo que llamaba extremadamente la atención, porque resulta casi imposible imaginar que eso pasara en una escucha similar en España. Solo cuando sonó Bullet for Narcissus, el tema más descaradamente bailable del disco, algunos asistentes movían tímidamente la cabeza animados por la base housera. Una vez escuchado el disco, un breve descanso, ideal para reponer bebida y comentar. Algo que pensé la primera vez que escuché el más reciente single, Dancing Star, se lo escuché a una chica que se lo comentaba a su amigo, que levantó la ceja nada más se lo dijo: “¡Es que es igual que Domino Dancing!”.
Hay mucho de autorreferencial a lo largo de Nonetheless. En su día, cuando escuché por primera vez Loneliness, me pareció que compartía sensibilidad con Before, primer single de Bilingual. Curioso que cuando le preguntaron a Chris Lowe por una canción que echase en falta en el repertorio de su gira actual mencionase, precisamente, Before. Imposible reproducir todo lo que se escuchó en la sala de Kings Place, porque las ocurrencias eran continuas. Y como siempre, Lowe jugó el papel de “alivio cómico”, con contadísimas intervenciones, pero con carcajadas aseguradas como reacción a sus palabras. Poco a poco, de la mano experta de Alexis Petridis, fueron desgranando curiosidades sobre su nuevo álbum.
«Cuando tuvimos claro que las cuerdas tendrían un papel relevante en Nonetheless, nos decidimos por James Ford como productor»
Cuando escuchas New London Boy, en donde Neil Tennant, recupera esa forma tan suya de rapear, resulta imposible no pensar en West End Girls. Sí, su mítico single cuya primera versión, producida por Bobby O, acaba de cumplir 40 años. Recuerda Chris que su obsesión por las producciones del neoyorquino fue la que les llevó a trabajar con él. Aunque solo West End Girls vio la luz tal y como la concibieron con él. Cuenta Neil: “Trabajamos con él en más canciones, como It’s a Sin, pero no llegamos a terminar los temas. Al final se quedaron en demos, algunas de las cuales terminamos con otros productores”. De ahí que nunca viera la luz el que habría sido su primer álbum, muy distinto a lo que terminó siendo. Regresando por un momento a New London Boy, el tema más abiertamente autobiográfico del álbum, Tennant reveló que en él cuenta su llegada a Londres a principios de los 70, una etapa de descubrimiento, también como joven gay recién llegado a ese mundo de fantasía que le ofrecía la capital.
Su manera de trabajar con distintos productores siempre ha tenido que ver con la admiración de Pet Shop Boys por sus trabajos. “De Xenomania [que produjo Yes] nos encantaban sus trabajos con Girls Aloud; de Stuart Price, sobre todo Confessions on a Dance Floor, de Madonna”. Si James Ford ha producido Nonetheless es, sobre todo, porque les encanta el primer álbum de The Last Shadow Puppets, confiesa Tennant. “Además, nos gustaban mucho Simian Mobile Disco. Cuando tuvimos claro que las cuerdas iban a tener un papel muy relevante en nuestro próximo disco, surgió su nombre, y al final nos decidimos por él”.
Al preguntarles cómo definirían el álbum es una frase, no dudaron: “Es nuestro disco del confinamiento”. Curioso que, un día después, se publicaba una entrevista con ellos en NME donde lo definían de una manera muy distinta: como su disco queer. Algo que tiene sentido porque no son pocos los temas en que hablan abiertamente de personas LGTBIQ+: de Rudolf Nureyev en su reciente segundo single, Dancing Star; de Oscar Wilde en la balada que cierra el álbum, Love is the Law; y por supuesto, del propio Tennant en la ya mencionada New London Boy. Por no hablar del vídeo de Loneliness firmado por Alasdair McLellan.
Foto: Tim Walker
Por primera vez tuvieron que trabajar en la grabación de un álbum a distancia, y Chris sugirió a Neil que se instalase GarageBand (risas en la sala ante la confesión…). Así fue como él trabajó por primera vez de una manera muy distinta en las maquetas, no solo componiendo letras sino también involucrándose en la producción. Otra de las confesiones sorpresa de la noche fue que Why Am I Dancing surgió como parte de un musical basado en El traje nuevo del emperador, que llevan tiempo componiendo. “Nos gusta colaborar en musicales por el trabajo en equipo que conlleva”, dijo Chris Lowe. A lo que Neil añadió: “Además, en esos casos compones las canciones de una manera muy distinta. Están al servicio de una historia, y desde el principio tienes claro lo que tienes que contar en ella, que no es lo habitual en nuestras composiciones”.
“En 2007 nos pidieron, a la vez, material para Madonna y para Kylie Minogue”
En breve se estrenará una nueva producción en Londres de su musical Closer to Heaven, que tienen claro –tal y como afirman– que está considerado uno de los grandes pasos en falso de su carrera, junto con la película It Couldn’t Happen Here. El público arma un enorme ruido, porque no está nada de acuerdo, y a Pet Shop Boys se les ve encantados. Neil Tennant, rotundo, afirma: “A pesar de todos los altibajos, aquí seguimos, comprometidos con el pop”. Una realidad incontestable.
Como lo es su facilidad para componer grandes canciones, algo que aseguran que no siempre les resulta tan sencillo como parece. “Empezamos a trabajar en Feel [que ha terminado en Nonetheless, y es uno de mis temas preferidos del álbum] allá por 2003. Era uno de los temas inéditos que planeábamos incluir en nuestro recopilatorio PopArt. Pero se nos atascó, no conseguía componer una letra que me convenciera”, confiesa Neil. “La guardamos en el armario, y ahí se quedó hasta que al volver a escucharla hace unos años, cuando leí un libro sobre el espía George Blake durante la pandemia que me inspiró, y veinte años después, terminamos la canción”.
Cómo no, surgió en la conversación su gran relación con diversas divas del pop a lo largo de los años. Al preguntarles por esa artista con la que no han colaborado y les habría encantado, el nombre surgió rápidamente. “Nos había encantado trabajar con Nina Simone. Y también haber grabado un segundo álbum con Dusty Springfield pero, desgraciadamente, murió muy joven”. Neil Tennant recordó también una anécdota de lo más curiosa. “En 2007 nos pidieron, a la vez, material para Madonna y para Kylie Minogue”.
Para la primera, temas en los que ella pudiera trabajar; para la segunda, canciones terminadas. “Presentamos varias al equipo de Kylie, aunque hubo una que finalmente decidimos quedarnos para nosotros, Pandemonium [que aparece en Yes]”. Con Madonna la cosa se estancó. “Al poco tiempo de la propuesta nos dijeron que se ponía a trabajar en un disco de r’n’b [Hard Candy], y ahí quedó todo. Deberíamos buscar en nuestro archivo esas canciones…”. ¿Y cuál es la favorita de las interpretaciones que una gran diva ha hecho de un tema escrito por ellos? Tampoco duda Neil un segundo: “The Performance of My Life de Shirley Bassey”.
Raro habría sido que no surgiera el nombre de Taylor Swift en un coloquio tan centrado en el pop. Tanto Chris como Neil confesaron que no están ya para nada al tanto de lo que triunfa en las listas –de hecho, A New Bohemia (la favorita del disco de Tennant) habla un poco de eso, de que hace tiempo que no se sienten parte de la escena)–. Les comenta el moderador que ahora mismo copa los principales puestos de las listas una artista exclusivamente, Swift. “Me fascina que sea tan popular y tan grande”, declara el cantante del dúo. “Pero, ¿dónde están las canciones conocidas? Tiene una gran voz, y las producciones son preciosas, pero melódicamente… Es decir, ¿dónde está su Billie Jean?”. Las carcajadas se debieron escuchar en Madrid, y , por una vez, no se sentía un atisbo de ironía en su afirmación.
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