Stonewall, mito y realidad

Celebramos un año más el Orgullo LGTBIQ+, y Roberta Marrero recuerda lo que fue Stonewall y fantasea con lo que le gustaría que hubiese ocurrido.

Stonewall, mito y realidad
28 junio, 2022
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«Y haré prodigios en el cielo y en la tierra: sangre, fuego y columnas de humo” (Joel 2:30).

En estas fechas conmemoramos los incendiarios disturbios acontecidos en el bar Stonewall de Nueva York en 1969. La mítica noche que dio pie a una serie de revueltas que iniciarían la liberación (primero) gay en EE UU y luego LGTBIQ+ en el resto del mundo.

 

Stonewall, mito y realidadRíos de tinta color rosa han corrido sobre esa noche. En sus jugosas memorias Man Enough to be a Woman, recientemente traducidas al español, Jayne County (diosa del punk transgénero) nos recuerda lo que ella vio esa famosa noche de junio. “Stonewall se ha convertido en algo mucho más grande de lo que fue en realidad”, recuerda. “En mi opinión, los incidentes de Stonewall no fueron tan importantes en su día como se han vuelto después”.

Para ella fue una revuelta más en un país en el que había una sublevación de la masa al poder casi a diario, los sesenta fueron una década convulsa. “La única razón por la que se hizo tan famoso es porque ocurrió en Nueva York”, asevera. Desmitifica el hecho de que los disturbios fueran dirigidos e instigados por personas trans de color (según Miss County, el ambiente en Stonewall era bastante mixto en cuanto a razas se refiere, y las reinonas negras y latinas estaban segregadas normalmente en sus propios bares, como era normal en la Norteamérica de aquella época), y reconoce que este es un tema espinoso.

Según Jayne, las que se enfrentaron a la policía fueron las “maricas callejeras, abiertamente mariconas y puede que medio travestidas de vez en cuando. En aquellos días no teníamos el menor concepto de identidad trans, ni siquiera Marsha P. Johnson se identificaba como mujer en aquella época”, apunta. “Eso vino mucho después. A veces iba de drag queen o de travesti, pero también solía ir vestida de hombre”.

El testimonio de la señorita County es muy valioso porque nos hace ver el mito desde un punto de vista más humano (su propia vivencia, que, a fin de cuentas, también es su propia visión de lo que pasó en Stonewall). Pero, ¿necesitamos realmente saber qué pasó aquella noche? ¿No nos merecemos la liturgia, la belleza de la leyenda, tener nuestras propias historias de santas y mártires? Sin duda, necesitamos esa poética.

Los datos son importantes, pero también lo es la imaginería creada alrededor de aquella noche de sangre, fuego y columnas de humo. Quiero un trozo del primer ladrillo que supuestamente tiró Marsha a la policía, un retal de su vestido de lentejuelas, quiero el paño enjugado con la faz del elaborado maquillaje de Sylvia Rivera –que algún chapero usó aquella noche para secar el sudor de la santa–.

También quiero una astilla de la cerilla que prendió la primera llama como si fuera un trozo de la cruz de Jesús, el disco de Judy Garland que estaba sonando en ese momento en el jukebox del Stonewall Inn, un bote de las lágrimas que vertieron las queens por la muerte de Judy ese mismo mes (y que, según otra vez la leyenda, hizo que estuvieran especialmente tristes y rabiosas).

Me gustaría que la fábula siguiera creciendo, y que alguien dijera que vio a santa Juana de Arco sobre un caballo blanco entre las llamas, travestida de hombre y con una espada flamígera; que el fantasma de Lorca leía versos de Poeta en Nueva York a las reinonas en el oído para avivar su ira; que un vengativo Oscar Wilde de ultratumba estaba entre los coches patrulla ardiendo, diciendo “Al fin se hace justicia”, y lanzando claveles verdes con sus femeninas manos de manicura perfecta.

Stonewall, mito y realidad

Ilustración: Iván Soldo

Volviendo a Jayne County, esta asegura: “Las que se enfrentaron a la poli fueron las maricas callejeras”, como ya vimos antes. “Las normales se quedaron mirando como si aquello fuera un espectáculo”. Quizá esta sea la única verdad sobre la rebelión de aquella calurosa noche del 28 de junio.

ROBERTA MARRERO ES ARTISTA PLÁSTICA Y ESCRITORA. SU ÚLTIMA OBRA PUBLICADA ES
TODO ERA POR SER FUEGO (CONTINTA ME TIENES)

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