Hay pocas personas en nuestro país que no conozcan su nombre. Jesús Vázquez lleva más de treinta años trabajando en televisión. Ha liderado programas como Hablando se entiende la basca, Operación Triunfo o La Voz, entre otros. Su carrera es, sin duda, la de un presentador estrella, que se ha ganado el respeto y la admiración de los espectadores.
Nacido en Ferrol, un 9 de de septiembre de 1965, su familia se trasladó a Madrid cuando él tenía 11 años. Empezó los estudios de Veterinaria, pero su carrera pronto tomaría una nueva dirección. Sus primeros trabajos como modelo le llevaron a hacer castings para las televisiones privadas. Telecinco empezó a emitir en 1989, y un año después eligió a Jesús Vázquez como uno de los presentadores de La quinta marcha, en donde también trabajaba Penélope Cruz.
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Tres décadas después de su primer trabajo, el presentador gallego ha alcanzado grandes éxitos y se ha convertido en todo un referente de la televisión y de la defensa de los derechos LGTBIQ+. Ahora ha abanderado una nueva causa: la lucha contra el edadismo. La discriminación a las personas por razón de edad está más que presente en la sociedad, y, sobre todo, en el show business. Frente a esta tendencia, Jesús Vázquez es el mejor ejemplo de que hay vida más allá de los 50. Así lo ha asegurado en Men’s Health: «Existe una especie de rechazo a la edad, a la gente que va cumpliendo años. No quiero decir que sea una fobia, pero sí que parece que a medida que te vas haciendo mayor empiezas a dejar de ser interesante, de ser visible, de ser atractivo. (…) Y esto es un problema, porque a partir de los 50, de los 60, de los 70 tienes que seguir viviendo…».
El presentador está orgulloso de la persona que es hoy en día, aunque reconoce que le ha costado aceptar el paso del tiempo: «He tenido unos 40 muy difíciles y unos 50 complicados, pero ahora que ya voy viendo los 60 ahí en el horizonte, empiezo a asumirlo mucho mejor, a decir ‘pues qué bien, he llegado a los 57 sin envidiarle nada a esas fotos de hace diez años».
Además, Vázquez ha aprovechado esta oportunidad para celebrar su sexualidad. «Estoy muy orgulloso de ser maricón, muy orgulloso, no me cambiaría de orientación por nada del mundo». El presentador tuvo que ocultar su homosexualidad en los primeros años de su carrera. Hoy en día, recuerda ese pasado con tristeza, y reivindica el respeto a las infancias LGTBIQ+: «El armario es un lugar espantoso donde ningún niño debería estar. La negación, el miedo a que te descubran, el sentirte humillado, el sentirte culpable, los acosos… Hay que tener mucho cuidado con los niños».
En la vida de Jesús, no todo es color de rosa. Su experiencia en televisión le ha permitido conocer el lado oscuro del mundo del espectáculo. El presentador ha confesado que tuvo que hacer frente a un jefe, o como él lo llama, «un pulpo», que no respetó los límites: «No voy a ponerme a hacer aquí ahora un me too, ni a denunciar nada. Pero sí, sí, tuve un incidente, bueno un par, en los que sentí que me estaban intentando envolver con los tentáculos y tuve que marcar límites y saber parar la situación a tiempo«.
Jesús Vázquez se ha abierto al público y ha demostrado ser un modelo a seguir. El presentador defiende el derecho de cada uno a sentirse orgulloso, sin importar su edad u orientación sexual. La suya es una reivindicación intergeneracional.