El periodista [sic] Salvador Sostres ha escrito un indignante articulo en Abc en el que resume el terrible crimen de Tailandia así: Daniel Sancho sería el supuesto (lo de supuesto lo añadimos nosotros) asesino de Edwin Arrieta porque era la víctima de «un maricón retorcido».
Sostres representa a ese tipo de periodistas [sic] que, en plena dictadura del clickbait, solo buscan eso, el clic. Y lo hacen sin piedad, a costa de todo. A ese tipo de comunicadores [sic] antes se les definía, con cierto tono despectivo, como polemistas de Crónicas marcianas. La maldad de este tipo de profesionales [sic] del periodismo es como la energía: no se crea ni se destruye, se transforma. Pero él no ve maldad en sus necias palabras, el solo ve «la mala leche del maricón» que, según él, fue el móvil del asesinato en el que está involucrado el hijo de Rodolfo Sancho. Lo llamativo de este caso es que esa ‘maldad del heterosexual’ se haya transformado en esas palabras que componen esta insultante columna de un periódico centenario, que es el decano de la prensa española.
No seremos nosotros quienes digamos al director de Abc lo que se puede o no publicar en sus páginas. ¡Faltaría más! Pero sí que resulta chocante, e irritante, que un periódico que en sus más cien años de historia ha vivido tanto, y ha visto como ha cambiado la sociedad española desde que en 1903 salió de la imprenta el primer ejemplar, permita que se publiquen reflexiones como estas a propósito de un asunto tan terrible y dramático que ha destrozado a dos familias: «Un gay retorcido y mañoso […] le amenazó con publicar las fotos de ambos haciendo guarradas si le abandonaba. Sus alternativas eran todas malas: o cedía a su chantaje y continuaba siendo su juguete sexual; o veía su vida destrozada por la publicidad de su homosexualismo; o huía hacia adelante y lo mataba». Ese es, para este ‘ilustre’ columnista, el resumen de este terrible asunto.
Para él, mantener relaciones homosexuales es «hacer guarradas» y justifican un asesinato. Y para él, Sancho tiene que venir a España «para que le vea un cura y un psiquiatra y que juntos evalúen el grado de conciencia que tuvo en la comisión de los hechos y qué tipo de tratamiento y redención necesita para volver a la tranquilidad». Salvador Sostres sostiene que un asesinato y un drama de tal calibre tiene que solucionarse con la intervención de un cura, porque al final, lo que Daniel Sancho, al que él llama ‘Dani en Tailandia’, lo que he hecho es matar a un «maricón» que solo destilaba mala leche. Y todo eso se publica en Abc, un periódico que cada año entrega unos de los galardones más prestigiosos del periodismo español. Creo que voy a presentar este artículo cuando se abra la convocatoria. A ver si al menos pasa el corte.
Ya hemos denunciado aquí la homofobia y LGTBIfobia –velada o no tanto– que destilan ciertas informaciones sobre este tremendo asunto en tertulias y en todo tipo de medios de comunicación o redes sociales. Pero esto ya traspasa todo lo tolerable; esto ya no es lo ‘maricón malo’ versus ‘heterosexual bueno’ que se hemos visto en estas últimas semanas. Esto es mucho más fuerte.
Y hay más. Este periodista [sic] también se autoerige en defensor de la justicia patria frente a las «infrahumanas» cárceles de Tailandia. Por ello, «si hay que comprar a un rey loco» para traer al hijo de Rodolfo Sancho a España, pues «se compra». Y punto. No pasa nada. Nos saltamos todos los tratados internacionales y la diplomacia. No pasa nada. Y eso lo publica Abc.
Para él, Sancho es víctima de «una violencia psicológica muy intensa y sibilina, a la que cedes sin darte cuenta y cuando quieres reaccionar lo intentas y no puedes y enloqueces». Para este’ínclito’ periodista [sic], Daniel Sancho fue víctima de «como mi abuela llamaba, cuando podíamos hablar en libertad, de ‘la mala leche del maricón’, que es retorcida, perversa, desesperante y puede llevarte a la enajenación». Así resume él este terrible caso que está copando horas de televisión y portadas en los periódicos, en una praxis periodística que en muchos casos deja mucho que desear. Y todo eso, lo publica Abc.
Nosotros no vamos a entrar al trapo con este periodista [sic] que lo único que busca es notoriedad para conseguir más visitas a su artículo. Nosotros, simplemente, nos limitamos a contar lo que publica un periódico de tirada nacional, porque no hay ni que perder el tiempo en condenar lo que su simple lectura provoca indignación generalizada. Tanto que hasta que Julián Quirós, director del periódico, asegura que esa columna es «palabra de Sostres. […] Sostres escribe en Abc pero Abc no es Sostres. Abc es el periódico de mayor tradición liberal de España y practica una liberalidad infrecuente, que pasa por acoger una amplia gama de voces, singulares, variadas y hasta contradictorias, pero estas colaboraciones no cambian la solidez de los principios fundacionales del periódico. Abc acoge, pero no exige sumisión».
Y, la verdad, no sé qué resulta más indígnante, si la columna de Sostres o la la justificación del director del periódico. No, no seremos nosotros quienes digamos al director de un medio lo que tiene o no que publicar. ¡Faltaría más! La ‘mala leche del maricón’ nunca se convertirá en ‘basura casposa heterosexual’, como la que destila un expolemista de Crónicas Marcianas, que ahora embotella para sus lectores el periódico decano de la prensa española.
Si lo que Sostres [al que han despedido de la Cope por insultar al Papa Francisco por rojo comunista] busca es un artículo incendiario de respuesta en el que es el ‘periódico maricón decano de la prensa española’ no lo va a encontrar. Eso es lo que nos diferencia de ellos.
Pero igual nos presentamos con este al Mariano de Cavia del año que viene. Es la mala leche del plumilla maricón. Nada me gustaría más que ganarlo y calzarme el smoking para ir a recogerlo de manos de los reyes Felipe y Letizia. Que los maricones de toda la vida somos muy de arreglarnos para dar por culo –metafóricamente hablando, no se vaya a hacer ilusiones– a los hetero casposos, que son como las cucarachas: resisten a todo.