'Las golondrinas' vuelven a volar en La Zarzuela

Este drama lírico de José María Usandizaga regresa al coliseo de la plazuela de Teresa Berganza. Y lo hace en la imponente producción de Giancarlo del Monaco.

'Las golondrinas' vuelven a volar en La Zarzuela
Nacho Fresno

Nacho Fresno

Plumilla poliédrico -escondido tras una copa de dry martini- que intenta contar lo que ocurre en un mundo más absurdo que random.

9 noviembre, 2023
Se lee en 4 minutos

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Hace siete años, esta producción de Las golondrinas impactó en el Teatro de la Zarzuela. La apuesta escénica recrea el lenguaje visual del cine mudo, que se acentúa con la utilización de los grises en todo el acto primero.

El paisaje prácticamente desaparece, «para que la historia se haga universal o, lo que es lo mismo, puro teatro», como nos dice el propio Giancarlo del Monaco. Solo con la escena de la pantomima surgirá el color en el escenario; este momento, explica el regista, «responde a la mejor tradición teatral; el juego del teatro dentro del teatro, y es la esencia de Las golondrinas».

Del Monaco tiene muy claro que hay que diferenciar rotundamente el drama de la obra de Usandizaga del de aquellos otros, como I pagliacci o Ariadne auf Naxos, en los que también habitan payasos o saltimbanquis y con quien muchos establecen comparaciones: «Unos y otros no son otra cosa que personajes de teatro que vienen a representar la parte más humana de nosotros mismos (la realidad de la vida); lo que los asemeja no es su condición de payasos, sino el hecho de que son creaciones teatrales. Y lo que pueden tener en común es la trama de la locura, esa fantasía o solución teatral que se viste de música en el escenario. Para mí ha sido un trabajo fácil, pues esta obra es como la vida, en la que la gente se mueve entre el amor, la violencia. Algo muy actual».

El arranque de la función es tremendo: «Puck pega a Cecilia. Es una escena muy violenta, muy actual. El teatro no puede esconder todos los lados de la vida. Cumplo 80 años el año que viene, y no he parado de vivir guerras. Por eso no he escondido nada en el carácter de Puck. Insisto, Las golondrinas lo quieren ver como si fuera I pagliacci español, y no es así. Es una obra es mucho más complicada y compleja; Pagliacci es mucho más sencilla. Por una parte, el lado circense de estos personajes que viven como las golondrinas, de un lado para otro. Por la otra, Puck, que es bipolar, capaz de extremos. La dualidad entre Cecilia y Lina [los dos personajes femeninos principales] es algo que ocurre en la vida. Todos los personajes son muy teatrales, como la vida: divertidos y tristes».

'Las golondrinas' vuelven a volar en La Zarzuela

Gerando Bullón y Raquel Lojendio en Las golondrinas, que regresa al Teatro de La Zarzuela en la impactante producción de Giancarlo del Monaco. [Fotos: Elena del Real]

Esta obra se estrenó como zarzuela grande en tres actos y, tras la muerte de José María Usandizaga, su hermano Ramón musicó las partes habladas y la convirtió en ópera. Esta es la versión que ahora se estrena. Hay dos repartos en las nueve funciones de esta obra, que estará en cartel del 9 al 19 de noviembre en el Teatro de La Zarzuela.

Gerardo Bullón es Puck en el primero de ellos. Hablamos con él cuando estaba aún en plenos ensayos: «Acabo, literalmente, agotado tras los ensayos. Reventado física y emocionalmente. Es una obra maestra y estoy feliz, muy honrado de verdad, de estar en esta producción, que la potencia», nos dijo.

La mezzosoprano georgiana Ketevan Kemoklidze es Cecilia. «Para mí es un gran honor trabajar para la cultura española. Esta es mi segunda zarzuela. Trabajar con la obra de este compositor vasco es un gran privilegio, y hacerlo de la mano del maestro Del Monaco… Es una obra con un mensaje muy importante. Mi hijo, de casi tres años, vino a un ensayo y al ver la primera escena dijo ‘hay que llamar a la policía’. Por eso es muy importante este mensaje», insiste.

'Las golondrinas' vuelven a volar en La Zarzuela

Jorge Rodríguez-Norton y Gerardo Bullón en una escena de Las golondrinas.

La soprano tinerfeña Raquel Lojendio, lanzadísima en su carrera, pues no para de encadenar proyectos cada cual más interesante, ya había participado en el estreno de esta producción hace siete años. «Entonces estaba en el segundo cast, y ahora lo retomo con muchísimas ganas. Es un papel con una partitura colosal, con lirismo y drama, como a mí me gusta la música. Yo no soy la misma que hace siete años. Ahora soy más lírica, y lo estoy disfrutado muchísimo. Y me pasa como a Gerardo, que salgo agotada de los ensayos. Giancarlo pone Las golondrinas en un nivel altísimo».

Jorge Rodríguez-Norton tiene el honor de ser el único español que ha cantado en los últimos años en el Festival de Bayreuth, la meca de los wagnerianos de todo el mundo. Aquí tiene un papel muy corto, pero muy interesante. «Vuelvo a al Teatro de la Zarzuela por séptima vez, y lo hago con esta producción, con la que debuté en este teatro. Juanito es un personaje corto, pero es el que da la alegría a esta función. Es un Chaplin y un personaje maravilloso, quizá el único agradable de toda la obra», nos dice.

Con esta producción debutó como director de La Zarzuela Daniel Bianco. Y este regreso se presentó el mismo día en el que dejaba la dirección del coliseo y debutaba Isamay Benavente como nueva directora, la primera mujer en estar al frente de este legendario y mítico teatro, único en el mundo, en sus ciento sesenta y siete años de vida. Viene cargada de proyectos y con la firme idea de seguir luchando por que la zarzuela (el género y el teatro) sean declarados Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

En el foso, al frente de la Orquesta de la Comunidad de Madrid, titular del coliseo, está Juanjo Mena, que alaba la música de su paisano Usandizaga: «En esos años en los que imperaba el verismo italiano, se mezclaba con otras influencias musicales . En España, por el auge de los nacionalismo, no se desarrolló más y en el caso del país Vasco se mezcló con el folclore Creo que fue un adelantado», nos dijo al respecto de una obra que viaja del mencionado verismo al expresionismo.

La Zarzuela afronta así su segundo título de la temporada tras levantar el telón con El caballero de Olmedo, un estreno absoluto que consiguió algo prácticamente imposible con la ópera contemporánea: agotar todas las localidades para todos los días.

Esta temporada está aún totalmente programada por Daniel Bianco. Isamay Benavente tiene ya claro cómo quiere diseñar las próximas, pero no ha querido adelantarnos nada: «Hoy es mi primer día y toca hablar de Las golondrinas, que no programé yo. Aunque tampoco habría dudado en recuperar este montaje, porque es magnífico», nos dijo.

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