'El novio de España', el merecido homenaje que nadie había hecho (hasta ahora) a Carmen Sevilla

Temas: Crítica, Musical, Teatro

No es, en principio, el centro del argumento de El novio de España. La nueva obra de Juan Carlos Rubio está centrada en el ‘no romance’ entre Luis Mariano, estrella mundial de la opereta y la canción en los años cincuenta del pasado siglo, y Carmen Sevilla, indiscutible reina del cine español en esos años. Juntos rodaban Violetas imperiales, uno de los títulos icónicos de nuestro séptimo arte.

El brillo de Carmen Sevilla era tal que hasta Hollywood había puesto los ojos en ella. Pero ella era «la Carmen de España, no la de Mérimée»; no quería triunfar fuera, sino seguir siendo la cara amable de nuestro país, «Carmen  de España, valiente, Carmen con bata de cola, pero cristiana y decente». Y es aquí en lo que insiste el dramaturgo: la Sevilla, como cara amable del régimen, conseguía con una sonrisa que muchos represaliados pudieran seguir trabajando. En este caso tenía que lograr que Luis Mariano pudiera traer de Francia a sus padres, exiliados republicanos.

Ese es el argumento de El novio de España. Y ese es el homenaje que Juan Carlos Rubio hace a la actriz, cantante, tonadillera y presentadora de televisión. Porque Carmen hizo de todo, y todo lo hizo bien. Carmen Sevilla murió, y su despedida fue por la puerta de atrás. Nadie le hizo un homenaje público como se merecía. Todos los medios de comunicación le dedicaron páginas y páginas. «Todo mi archivo fotográfico está en el archivo de Semana –me decía cada vez que nos veíamos– Mi vida entera está ahí», bromeaba. Y los medios le rindieron su más que merecido homenaje. Pero faltaba este reconocimiento público. Hasta ahora.

Tras el homenaje que Rubio le hizo a Concha Piquer con la también espléndida En tierra extraña, con Diana Navarro, El novio de España se estrenó hace casi un año en Santander. Desde entonces ha recorrido media España. Y este verano sigue de gira. Hay que decirlo muy claro: que nadie se la pierda. Christian Escuredo como Luis Mariano; Carmen Raigón como Carmen Sevilla; Dídac Flores como Felip, el novio (en la sombra, por supuesto) de Luis Mariano; y Carmen Morales como  Rosalía, la lesbiana marquesa de Cangas, dan vida a los cuatro protagonistas de esta historia ficcionada, pero basada en unos hechos reales.

Y hay que decirlo también de forma muy clara: todos están maravillosos. Juan Carlos Rubio ha creado para ellos un espléndido texto, al que Julio Awad se ha encargado de poner música, aderezado con temas clásicos de la época y con temazos como el principal de Violetas imperiales.

Carmen Raigón recrea en escena una increíble Carmen Sevilla, tarea nada fácil sin caer en la caricatura. Es muy complicado conseguir lo que ella consigue; lo supera con nota sobresaliente. Al igual que ocurre con Christian Escuredo y Dídac Flores con la relación oculta entre Luis Mariano y Felip, su novio catalán, sin caer en maniqueísmos baratos. Y Carmen Morales se consagra como la pedazo de artista que es, sacando al escenario lo mejor de esos inmensos genes que corren por sus venas. Rocío Dúrcal estará, junto a Carmen, disfrutando, desde el olimpo de las diosas, del éxito de su hija. Con ellas, Junior; otro grande,

Como decimos, la obra estará todo el verano de gira. Y para quien la pille en su destino de vacaciones, volvemos a decirlo bien claro: que nadie se la pierda. Además de reflejar la oculta vida gay y lésbica de esos años del franquismo, lo que cuenta Juan Carlos Rubio es Historia de nuestro país. Porque Carmen Sevilla era una grande de España. Se lo debíamos.