A raíz de su premio como Mejor actriz –compartido con Zoe Saldaña y Selena Gomez– en el Festival de Cannes por Emilia Pérez, uno de los fenómenos cinematográficos del año, Karla Sofía Gascón no solo se ha convertido en una de las intérpretes más celebradas de 2024. También está demostrando tener el poder de la ubicuidad. Con una agenda de infarto que confirma la fascinación que despierta a nivel global, gracias a su papel en el bizarro musical queer/thriller/melodrama –propuesta trans en el más amplio sentido del término– de Jacques Audiard, está haciendo historia.
La primera actriz trans en triunfar en Cannes, fue nombrada mejor actriz en los Premios del Cine Europeo, ha logrado una histórica nominación al Globo de Oro y va camino de otra al Oscar, que sería igualmente histórica –además, ha causado un grato revuelo el anuncio de su próximo proyecto, Las malas, adaptación de la novela de la autora trans Camila Sosa Villada, que dirigirá Armando Bó, coproducido por Los Javis–. Por todo ello, Karla Sofía Gascón es para Shangay uno de los personajes más relevantes del año, y forma parte de un reportaje especial en nuestro Anuario.
Sorprende lo bien que está asimilando Karla Sofía Gascón todo lo que vive. “Fíjate que cuando estoy en un hotel de lujo y tengo la tentación de pedir sushi al servicio de habitaciones, cuando veo el precio…, paso. A mí el sushi que me gusta es el de Carrefour”, asegura la de Alcobendas con una sonora carcajada. Pero una estrella de su nivel se puede permitir cualquier capricho, ¿no? “¡Qué va! Soy muy normalita”, dice. Su sinceridad es uno de los elementos que la convierten en la entrevistada perfecta, que regala titulares sin parar y que hace activismo LGTBIQ+ sin deseo de ser abanderada de nada.
SHANGAY ⇒ ¿No te parece una locura todo lo que estás viviendo?
KARLA SOFÍA GASCÓN ⇒ Es una locura tremenda, incluso absurda. Lo voy asimilando bien, y lo voy normalizando todo, aunque no puedes dejar de pensar «¡wow!». Estás jugando a una especie de parchís, moviendo tus fichas según te toca, de acá para allá. Es muy divertido, pero cansado. Y tienes cosas muy feas que no me gustan. La que menos, ver que hay gente que hace todo lo posible para intentar arrebatarte ese puesto que te has ganado. Porque hay muchos intereses ocultos en este juego. Al final, lo importante es que se valore el trabajo que he hecho, que siento que es maravilloso. A quien le guste, bien, y a quien no, también, y habrá quien me considere merecedora de un premio y quien no, y no pasa nada.
SHANGAY ⇒ ¿Tienes localizadas a esas personas que intentan ponerte zancadillas?
KARLA SOFÍA GASCÓN ⇒ Sé quienes son todos. Muchos, los más evidentes, pertenecen a esa parte de la sociedad de derecha y extrema derecha, que tiene un miedo tremendo a que la gente libre salga a la luz, porque se les acaba el chollo de vivir del odio y de ganar votos con él. Hay mucha gente retrógrada en todo el mundo, y no me explico, por ejemplo, cómo puede haber mujeres, o personas racializadas, que critiquen a otras y no se den cuenta de las consecuencias. El ser humano es imbécil por naturaleza, ¿pero tanto? ¿Como para criticar el matrimonio igualitario? ¿O decirnos a muchos que somos bichos raros y malvados? Es absurdo. Para terminar de responder a tu pregunta, hay más personas que intentan ponerme zancadillas, pero esas no te las voy a decir [risas]. Me voy a convertir en enemiga número uno pública a nivel mundial, pero no van a poder opacar el trabajo que hemos hecho en la película.
«Si se me fuera la pinza y empezara a pensar que soy mejor que nadie, la hemos cagao«
SHANGAY ⇒ ¿Por qué crees que Emilia Pérez se ha convertido en un fenómeno global tan rápidamente?
KARLA SOFÍA GASCÓN ⇒ Siento que el público necesitaba una película como esta, diferente, que le haga vibrar y traslade un mensaje de esperanza. Hacía mucho que no veía llorar a tanta gente en los cines. Ni con Mujercitas o cosas así, que a mí nunca me han emocionado. La única película, de las pocas, con la que yo derramé un par de lágrimas fue con La La Land, con ese final, porque yo había vivido algo similar en ese momento… Cada vez que oigo la canción final de mi película me pongo al punto de caerme redonda al ver cómo reacciona la gente. Es mucho más valioso para mí ver cómo les toca el corazón que sus aplausos [literalmente se le quiebra la voz al decirlo].
SHANGAY ⇒ ¿Cómo llevas que tu personaje se haya convertido en una mártir trans?
KARLA SOFÍA GASCÓN ⇒ Me gusta ver que mucha gente no piensa en mi personaje como una mujer trans. Y me encanta que la historia lésbica entre Emilia y Epifanía pase en cierto modo desapercibida; que no se hable de ella por el hecho de que la viven dos mujeres. Es algo que, por suerte, vamos normalizando. Me emociona que sea la película la que se ha convertido en referente LGTBIQ+ dentro de la historia del cine, porque se habla de muchas cosas interesantes, que son parte de la vida y se muestran, y no se dice al espectador qué tiene que pensar ni si debe posicionarse. Invita a la reflexión y a la normalización, eso es lo importante.
«Soy de esas actrices a las que les han pegado palos por todos los sitios»
SHANGAY ⇒ ¿Te revolvió algo vivir la transición de tu personaje?
KARLA SOFÍA GASCÓN ⇒ Obviamente, hubo una conexión física con mi pasado. Por eso era importante que lo interpretara una actriz trans, que entendería el personaje en toda su globalidad. Pero mi mayor conexión ha sido con su alma. Y le he prestado la mía a un personaje que ya se queda ahí. Me metí tanto en ella que llegó un punto en que no sabía si yo había vendido droga alguna vez. Pues no [risas]. Mi única conexión con las drogas fue un porro que me chuté una vez con mi hermano… Sería muy mala para ese tipo de negocios. Y no mataría ni una mosca; eso es lo bonito del cine, que puedes experimentar cosa en la ficción a través de otras vidas que nunca vivirías en la realidad. Para que todos comprendamos la complejidad del ser humano, podamos aprender unos de otros y evolucionar. Dar vida a Emilia al principio de la película (para no hacer misgendering no diré su dead name, no se vaya a enfadar mi personaje) fue muy divertido. Porque tuve que enfrentarme a una primera parte de la película [antes de la transición] que no puede estar más alejada de mí. En la segunda quería salir todo el rato perfecta, guapísima, mientras que en la primera me sentía superlibre, porque doy vida a un tipo horrible y me daba todo lo mismo [risas]. Es fuerte que todavía haya gente que no se crea que interpreto al personaje en todo su espectro. Escucho tantas veces lo de «¿por qué no traen nunca a los estrenos al actor que interpreta a Manitas, que lo hace tan bien?». ¿Estamos tontos? [risas].
SHANGAY ⇒ Ha quedado claro claro que no te planteó ningún dilema enfrentarte al personaje antes de su transición…
KARLA SOFÍA GASCÓN ⇒ Claro que no. Para mí lo importante era entender qué motivos tiene esa persona para ser una asesina. Si me pusiera a a juzgar a mi personajes tanto física como intelectualmente, no habría hecho nada en mi vida. Porque cada uno que he hecho tiene cosas que no me gustan. Me encanta que me me ofrezcan cosas lo más alejadas de mí posibles. Sé que hay otras actrices trans que lo han pasado muy mal en situaciones parecidas; pues chica, dedícate a otra cosa. Es como si hago de fantasma y me echo a llorar cuando me veo en maquillaje… Estoy reflexionando mucho sobre esto últimamente; más que sobre el rollo de si premios sí o premios no. Me parece que se ha abierto una posibilidad muy interesante: podría interpretar un personaje masculino o uno femenino sin ningún problema. Si me dicen mañana «señora, póngase un sombrero, unas pistolas y un bigote para una película del Oeste». Pues la hago, y si me tengo que liar con la chica que hace cancán, sin problema. Y si después me ofrecen una pescadera que trabaja en un mercado, lo mismo. Obviamente, en un momento de mi carrera tuve que parar, no podía aceptar más personajes masculinos porque si no, no iba a salir de ahí ni a desarrollarme como mujer. Ahora que estoy segura de mí misma, sé quién soy, lo que valgo, es todo muy distinto. Ahora me vendría bien una película de mosqueteros [risas]. Tengo recursos para todo.
SHANGAY ⇒ Llegó el Festival de Cannes y tras tu discurso de agradecimiento, que se hizo tremendamente viral, pasaste de ser una relativa desconocida para muchos a actriz de fama global…
KARLA SOFÍA GASCÓN ⇒ Es que cuando las cosas se hacen de verdad y conectas con la gente, llegas a todas partes. Ese fue un discurso que igual no valoro todavía lo suficiente. Cuando lo veo me da mucha rabia ver que la energía no la tenía controlada, pero es que me salió del alma. Más allá de los agradecimientos que tenía claro que tenía que dar, no sabía qué iba a decir. Me sobró decir «cabrones», porque me lo cortan en todas partes [risas]. Ojalá pueda dar unos cuantos así más, y hablar mejor. Aunque si programas lo que vas a decir en un discurso de agradecimiento no tiene la misma fuerza.
«No se puede salir con la suya la parte más oscura de la sociedad»
SHANGAY ⇒ Tienes fascinada hasta a Madonna…
KARLA SOFÍA GASCÓN ⇒ Calla, calla. El día que la conocí [en la premiere de la película en el Festival de Cine de Nueva York] fue todo muy fuerte. Me agarró la Madonna y no me soltaba, venga a comerme la oreja. No te puedo decir lo que me dijo porque no es bonito compartir esas cosas privadas; parecería que me estoy tirando flores a mí misma. Pero llegó un momento en que le tuve que decir «¡no me llores más, mujer! ¡Que es una película!». Y eso que era la segunda vez que la había visto. Me pareció hasta que me había pasado con ella diciéndole eso, con lo emocionada que estaba…
SHANGAY ⇒ ¡Qué atrevida tú frenando a Madonna!
KARLA SOFÍA GASCÓN ⇒ Al final son personas normales. Estoy conociendo a muchísimos artistas, y los respeto a todos profundamente como seres humanos, como trabajadores y como iconos, sean lo que sean. Y todos tienen sus virtudes y sus defectos. Sinceramente, es algo que no me emociona ya a mis 52 años. Me preguntaron hace poco a qué famoso me gustaría conocer, y la verdad es que no se me ocurría nadie. La única vez que me tuve que decir a mí misma «contrólate, que te veo venir» fue cuando coincidí Mark Hamill. ¡Con el Luke Skywalker de toda la vida! Que desde que vi El retorno del Jedi ha sido todo un referente para mí. Ahí sí me vi flaquear [risas]. Quizá a Harrison Ford me haría gracia conocerle, pero tampoco es que me fuera a poner de los nervios.
SHANGAY ⇒ ¿Tuviste referentes trans creciendo?
KARLA SOFÍA GASCÓN ⇒ No. Conocí en su momento a Bibiana Fernández, que podía ser de los pocos referentes de mi época… No soy ni de líderes ni fanática de nada. Me gustaban Depeche Mode que te cagas en su momento, y ya no los aguanto. Y si conociera a Kylie Minogue o a Lady Gaga, no es que me fuera a dar algo, menos ahora.
SHANGAY ⇒ ¿Estarán celosillas tus coprotagonistas de la película al ver que todo el protagonismo lo has copado tú en la carrera de premios?
KARLA SOFÍA GASCÓN ⇒ No te puedo decir, porque no sé lo que opinan. Ellas han hecho su trabajo fenomenal, son maravillosas actrices, como el resto de actores que han participado, del primero al último que tiene el papel más pequeño, hasta los extras. Yo he estado ahí, sé lo que siente, y mandé un mensaje muy bonito de esperanza y agradecimiento a todos ellos cuando nos despedimos al terminar el rodaje. Porque soy de esas actrices a las que nos han pegado palos por todos los sitios. Recuerdo con 18 años llegar con mi book y ver a productores partirse el culo viendo mis fotos y decirme «quizá en otra vida puedas hacer algo, vete por donde has venido». He llegado a dar funciones en el teatro para una sola persona, y no quise cancelarla. Ahora veo a dos mil o tres mil personas en un cine emocionadas, y está muy cabrón. Así que no solamente soy un referente y una esperanza para la minoría trans y el colectivo LGTBIQ+ al que represento. También hay una comunidad latina muy importante que desea que tanto la película como yo tengamos mucho éxito. Hay tanta gente unida en este viaje que es muy bonito, porque vamos a seguir dándole muchas alegrías.
SHANGAY ⇒ ¿Será un fracaso para ti si no logras ser nominada al Oscar a mejor actriz, como espera toda esa gente?
KARLA SOFÍA GASCÓN ⇒ Cualquier nominación a cualquier premio será porque ha gustado mi trabajo; no los quiero por mi cara bonita, esos no me interesan. Y hay que entender que cada persona que valora tu trabajo para considerarlo de cara a un premio tiene sus gustos.
«Ahora que estoy segura de mí misma, me vendría bien una película de mosqueteros»
SHANGAY ⇒ Pero no hay artículo que se escriba sobre ti en que no aparezca tu nombre ligado a la palabra Oscar…
KARLA SOFÍA GASCÓN ⇒ Esto es como cuando te dicen «se está rifando una hostia y llevas todas las papeletas» [risas]. Que te toque luego, ya es otra cosa. ¡Yo qué sé! Si me nominan, me lo tomaré con total normalidad, te lo juro por mi madre. Eso es bueno para mí y para la gente que me rodea. Porque si me descuadrara, se me fuera la pinza y empezara a pensar que soy mejor que nadie, la hemos cagao. Me pienso mantener en mi mundo corriente de Hacendado, y la nombro porque me hacen mucha gracia los nombres de las marcas, no porque quiera hacer publicidad. Como dicen en mi pueblo, «me la pela todo un poco». Sí soy muy competitiva, lo reconozco. Obviamente, veo todo lo que se dice de mí, y hago mis cábalas. Si pasa, bien, me dará mucha alegría, y si no, pues diré «qué cabrones, os habéis canteado que te cagas». Me tiraré un rato de mala hostia y ya está [risas]. El espectáculo lo tienen asegurado conmigo pase lo que pase. Porque cuando voy a presentar la película a Estados Unidos, como les mola tanto el show, hago cosas que aquí no puedo, como tirarme al suelo en las presentaciones y cosas así, y flipan. Aquí no podría porque la gente pensaría que soy gilipollas…
SHANGAY ⇒ ¿Cómo están asimilando tu mujer y tu hija todo esto?
KARLA SOFÍA GASCÓN ⇒ Bien. La mía es una familia corriente, y así la presento, porque no soy ningún bicho raro. Mi hija se lo ha tomado todo con total normalidad, y ahora se codea con mis compañeras de reparto tranquilamente. La tendría que contratar Netflix como relaciones públicas. Como habla un inglés perfecto, no como yo, con sus 13 años mantiene unas conversaciones que la gente alucina. La Selena [Gomez] le presta zapatos, se la lleva por ahí… Pero ella lo único que quiere es ir al estudio y hacer sus deberes, y me gusta que sea así. Una cosa me da rabia: hay tantas expectativas puestas en mí, que si fallo en lo mínimo hay gente que va a intentar destrozarme. Con este camino tan interesante que se ha emprendido, no me gustaría que se saliera con la suya la parte más oscura de la sociedad. Pero sé que no va a suceder.
SHANGAY ⇒ Madonna te adora, Selena Gomez, íntima de tu hija. Es que es mucho…
KARLA SOFÍA GASCÓN ⇒ Selena es adorable, y más normalita de lo que la gente piensa. Cuanto más la descubro, más me gusta nuestra relación de complicidad, la adoro. Tiene un aura especial, es muy sensible, y siempre te dan ganas de abrazarla. Siempre que está cansada, me busca, y ahí estoy yo para decirle «cariño, no te preocupes». Nos sentimos muy seguras cuando estamos juntas. Y las escenas más bonitas de la película las rodé con ella. Nos queremos muchísimo, y creo que no va a ser la única ve que trabajemos juntas. Surgió una conexión muy interesante entre las dos desde el principio, y sé que ella lo valora. Yo llevo haciendo esta campaña cinco meses, y pienso en ella, que lleva haciendo esto toda la vida, y a veces pienso que no sé cómo lo ha resistido. No me extraña que me diga tanto que está cansada.
FOTOS: RUBÉN VALLEJO
MAQUILLAJE Y PELO: ÁLVARO SANPER PARA NARS Y I.C.ON. SPAIN
VÍDEO: PABLO CARRASCO DE JUANAS
AGRADECIMIENTOS: ESTUDIO JAVIER GUERRERO