Hay relaciones que nunca sabes dónde te van a llevar. Que se lo digan a Mario Casas, que presenta una película muy especial para él, Muy lejos, escrita y dirigida por Gerard Oms, que le valió –además del Premio Especial del Jurado de la Crítica para la cinta– la Biznaga de Plata como mejor actor en el reciente Festival de Málaga –compartida con Álvaro Cervantes por Sorda–. Mario recuerda, con una emoción y un orgullo que no oculta, que se conocieron hace seis años, cuando Oms se convirtió en su acting coach.
No matarás fue la primera película en la que colaboraron, y la impecable creación de ese personaje le valió a Mario Casas su primer Goya, como actor protagonista, en 2021. «Nos volvimos inseparables, como amigos y como profesionales», recuerda. Seis años después, Gerard Oms presenta su debut como director, Muy lejos, una película autobiográfica inspirada en su viaje de su autoaceptación como persona LGTBIQ+ en 2008. Sergio, el personaje basado en él que interpreta el actor, es un treintañero que viaja a un partido de fútbol a Utrecht, pero un ataque de pánico le impulsa a quedarse en Holanda buscando hacer las paces consigo mismo.

Fotograma de Muy lejos, protagonizada por Mario Casas.
Define el actor a Gerard Oms como un «libro abierto», y recuerda que cuando comenzaron a desarrollar una amistad durante el rodaje de No matarás se contaron la vida. Mario le prometió que si algún día decidía dirigir, él protagonizaría esa película, sin necesidad siquiera de leer antes el guión. Afirma que nunca antes una persona LGTBIQ+ se había abierto con él de esa manera para contarle sus complicadas vivencias en el camino hacia la propia aceptación de su identidad: «Es necesario compartir cuando empiezas a confiar en otra persona. Fue fuerte lo que contó, como saber que me iba a convertir de alguna manera en él en la película«. Cuando le preguntó por qué quería compartirla, lo vio claro: «Hay algo de buscar sanar del todo, porque ahora le cuenta su historia a todo el mundo».
«Me siento identificado con mi personaje porque se pregunta: ‘¿quién soy?’. Eso lo hemos vivido todos»
Lo que más emociona a Oms, cuenta Mario, es que su historia pueda servir de inspiración a otros: «Me dijo que ojalá pueda ayudar a algún chaval que se vea reflejado en mi personaje. De hecho, Gerard me contó que gracias a Málaga y a otros festivales alguno se le ha acercado. Para eso está el cine también, para contar historias que lleguen. Y lo ha conseguido». Cuenta Casas que decidieron abordar la homofobia interiorizada de su personaje desde la máxima naturalidad, y sin juzgarle. «Al principio vemos al personaje como un tipo tosco, sumergido en la tribu del fútbol», explica. «Trabajarlo desde la normalidad ha sido lo especial para nosotros, porque vive una especie de adolescencia tardía«.
Sergio comienza a asumir su homosexualidad, como le ocurrió al director y guionista, a los 35 años. «Me siento identificado con mi personaje por esa pregunta que se hace: «¿quién soy?». Eso lo hemos vivido todos, sea por el tema de la identidad [sexual] o por plantearte qué quieres hacer con tu vida. Porque Sergio vive un proceso de descubrimiento personal en todos los sentidos, es una historia universal».
Es duro ver en pantalla a un personaje que sufre a la hora de aceptarse como es, algo que, tristemente, sigue sucediendo. Aunque no podemos olvidar que la película está ambientada en 2008, cuando las circunstancias eran diferentes a todos los niveles. «Abre su corazón y lo cuenta todo desde un sitio bonito, sin juzgar. Como hace con la migración«, explica. Y plantea el descubrimiento sexual del personaje desde la sutilidad. Con una fragilidad que proyecta Mario en su interpretación digna de halago: «Si durante la primera hora de la película su masculinidad es más marcada, en un momento dado se mira en el espejo y se deja ir«.
Para preparar la corporalidad cambiante de Sergio, Gerard Oms le recomendó que se apuntase a clases de danza contemporánea. «No había hecho contemporáneo desde que estudiaba con Cristina Rota, con 18 años. Ahí encontré ese lugar de conectar el ser con el cuerpo y la mente». De nuevo, esa lucha entre lo que reprime y lo que desea se ve de una manera muy explícita en una secuencia que Mario considera especialmente bonita: cuando Sergio por fin se deja llevar en una discoteca por su atracción hacia otro hombre. «De nuevo se le ve frágil, está sufriendo; no se atreve pero quiere… Es especial».
Sergio es una nueva evidencia de lo bien que se reciben sus interpretaciones cuando escapa de sus registros más celebrados popularmente, y es imposible no recordar otro papel LGTBIQ+ que interpretó en 2009, en la película de Albacete y Menkes Mentiras y gordas. «Qué bonito era ese personaje de Toni. No he vuelto a ver la película, no sé cómo habrá envejecido, pero recuerdo interpretarle desde una sensibilidad especial. Como aquí». Casas habló mucho con Gerard Oms sobre cómo Sergio viene con una mochila educacional, familiar y social, cuando él se siente completamente otro: «Él decide dejar a su tribu atrás, quedarse solo y vivir su viaje».
No ha podido arrancar con mejor pie la película, que ya le ha valido un premio de interpretación en Málaga, y que él no se cansa de definir como «un viaje precioso». De aquí, quizá, a una nueva nominación al Goya. «Me alegro sobre todo por Gerard. Porque a todos los personajes les pongo la misma pasión, pero tras este está la historia personal de un colega que me ha aportado muchísimo, y que es mi profesor de interpretación desde hace seis años. Ojalá llegue a mucha gente y toque muchos corazones«, sentencia Casas.