It’s a Sin, a nueva serie creada por Russell T Davies (Queer as Folk, Cucumber, Banana, Years and Years), que aquí emite HBO y cuenta con Olly Alexander entre sus protagonistas, no solo está generando un universo creciente de fans, también está provocando un intenso debate sobre el VIH y lo que supuso la aparición del sida en el mundo a principios de los 80.
Davies ha escrito It’s a Sin, su proyecto más personal, rescatando vivencias propias y de personas cercanas a él, para dar forma a una ficción de cinco capítulos que se recomienda ver con pañuelos a mano. En ella, narra de 1981 a 1991, la historia de cinco personajes, Richie (Olly Alexander), Colin (Callum Scott Howells), Jill (Lydia West), Roscoe (Omari Douglas) y Ash (Nathaniel Curtis), que conviven en un piso al que llaman The Pink Palace y que, de la noche a a la mañana, se ven obligados a enfrentarse a una realidad nueva, en la que el VIH y el sida se convierten en una amenaza constante.
Russell T Davies ha querido homenajear a tantas personas que tuvieron unas vidas muy breves para que el mundo vea que, a pesar de su trágico final, disfrutaron enormemente mientras pudieron. Ignorancia, vergüenza, homofobia y estigma se entremezclan en las vidas de estos jóvenes que lo único que buscan es labrarse un futuro y ser felices… Algunas se truncarán en el intento.
Olly Alexander, popular cantante del grupo Years and Years –y con un currículum interpretativo creciente–, interpreta a Ritchie, que llega desde la Isla de Wight con ganas de comerse Londres y triunfar como actor. Un personaje contradictorio: al principio tan naíf como vigoroso; tan aparentemente comprometido con su comunidad como negacionista del sida; tan echado p’alante para ligar y follar como empeñado en mantenerse en el armario más allá de sus amigos. Hablamos con él sobre lo que ha supuesto esta serie, no solo a nivel profesional, también personal.
SHANGAY ⇒ ¿Cuántas coincidencias hay entre tu personaje y el Olly real, que también se fue a Londres a comerse el mundo?
OLLY ALEXANDER ⇒ Muchas, por eso conecté de inmediato con Ritchie cuando leí el guion. Con dieciocho años me fui a Londres con la idea de hacer mis sueños realidad, quería convertirme en una gran estrella, y eso fue lo primero que me hizo empatizar con el personaje.
“No tengo interés en interpretar personajes que no sean gais”
SHANGAY ⇒ ¿Sientes que has aprendido mucho, gracias a la serie, sobre aquellos tiempos en los que el sida comenzó a azotar nuestro mundo?
OLLY ALEXANDER ⇒ Es un momento de la historia muy importante, y no solo para la gente queer. Llevo inmerso en un viaje para conocer más sobre aquellos momentos mucho tiempo. Porque cuando rascas, comienzas a descubrir muchísimas historias de las que no se ha hablado, y son incontables. Son muchas las vivencias que se sufrieron en silencio; la gente moría sin saber, y nos ha llevado décadas llegar a este momento y saber lo que sabemos sobre el VIH y el sida.
It’s a Sin me ha dado la oportunidad de conectar con gente que vivió ese momento, también gracias a mis conversaciones con gente del equipo. Me sorprendió, por ejemplo, que en el Reino Unido, para conseguir una hipoteca, te preguntaban si eras gay… Me queda mucho por aprender, sin duda, y quiero seguir haciéndolo.
SHANGAY ⇒ El tuyo es un personaje con muchas contradicciones, cuyas decisiones no siempre hacen al espectador empatizar con él… ¿Qué fue lo más complicado para ti de rodar?
OLLY ALEXANDER ⇒ De primeras, me llamó la atención lo complicado que es Ritchie, pero bueno, así somos en la vida real todos. El principal desafío era hacerle creíble en este viaje, en el que empieza siendo algo ingenuo, a la vez que arrogante, y que esconde muchas cosas de sí mismo. Hacia el final de la serie, debido a su estado, empieza a abrirse con honestidad, y eso resultó duro como actor. Pero en todo momento sentí que estaba en buenas manos, y me sentía seguro. Rodar It’s a Sin ha sido muy intenso y emotivo, y a todos los actores nos afectó hacerlo de una manera u otra. Suerte que nos teníamos unos a otros para apoyarnos. Y a mi terapeuta, que es maravilloso, y al que veo una vez por semana [risas].
SHANGAY ⇒ ¿Cómo te sentiste al descubrir que algunas de las decisiones y maneras de actuar de Ritchie resultan muy perjudiciales para otras personas, como él mismo confiesa?
OLLY ALEXANDER ⇒ Fue un gran desafío. Pasé por muchos estados: a veces, estaba enfadado con Ritchie; otras, confundido. Russell [T Davies] me dijo que el personaje no es un villano; aunque sí, a veces, estúpido y cachondo. Procuraba no juzgarle, y admiro a Russell por plantear esas cuestiones y lanzarlas a la audiencia, para que sea ella la que reflexione sobre la vergüenza asociada al sida y el hecho de si hay que culpar a alguien por sus acciones o no al sentirse así.
SHANGAY ⇒ El estigma asociado al VIH sigue estando ahí… ¿Confías en que la serie contribuya a cambiar la manera de pensar de quienes lo consideran aún así?
OLLY ALEXANDER ⇒ La respuesta en el Reino Unido está siendo increíble; ha surgido una conversación a nivel nacional sobre el tema. El Terrence Higgings Trust ha anunciado que, tras la emisión del tercer capítulo, se dispararon las peticiones para hacerse tests de VIH, y han batido una cifra récord [de tests en un día, el pasado 1 de febrero, con 8.200 realizados]. Para mí ha sido algo inesperado, pero me emociona esa reacción de la gente, porque es un tema del que tenemos que hablar abiertamente.
Hay que valorar el progreso que se ha hecho desde el momento recreado en la serie, y si It’s a Sin contribuye a luchar contra ese estigma, a recordar que hay muchos tratamientos para combatirlo, y a que familiares y amigos hablen de ello, mejor que mejor. Yo soy el primero que habla ahora del VIH con mi familia como nunca antes habíamos hecho. Ojalá contribuyamos entre todos a acabar con el estigma, es muy importante hacerlo.
«Los momentos en que Ritchie practica sexo son de enorme felicidad, confieso que los disfruté»
SHANGAY ⇒ ¿Tienes en cuenta ese componente educativo cuando eliges un proyecto en el que involucrarte?
OLLY ALEXANDER ⇒ En este caso, lo que me hizo decidirme fue la oportunidad de trabajar con Russell, del que soy fan desde que vi de adolescente Queer as Folk, que me impactó. Cuando surgen oportunidades como esta, igual que cuando rodé un documental sobre salud mental en la comunidad LGTBIQ, me siento afortunado, porque hablan de temas que en mi vida son fundamentales.
SHANGAY ⇒ ¿Confías en que, como ha sucedido en tu familia, la serie anime a otra mucha gente a hablar más abiertamente de cuestiones relacionadas con el VIH?
OLLY ALEXANDER ⇒ Las relaciones entre familiares son uno de los temas más importantes de la serie. Se habla tanto de familias biológicas como de las elegidas, y de cómo se relacionan padres e hijos. Vemos, por ejemplo, qué distinta es la madre de Colin, que es todo amor, y apoya a su hijo al cien por cien, a la de Ritchie, cuya vergüenza y miedo le impiden ver lo que le está pasando a su hijo. Cada padre que vea la serie tendrá una reacción distinta, pero desde luego espero que anime a muchos a tener una conversación con sus hijos. Por eso es tan importante que se cuenten historias LGTBIQ, porque pueden ayudar enormemente a los jóvenes queer.
SHANGAY ⇒ En la serie hay mucho sexo, que el espectador recibe como muy placentero, y dadas las circunstancias reflejadas, en ocasiones resulta incluso algo incómodo. ¿Crees que Russell T Davies buscaba provocar esa incomodidad?
OLLY ALEXANDER ⇒ Russell quería reflejar que estos personajes lo estaban pasando muy bien, no solo mostrar los momentos duros que viven. Algunos de sus momentos más fáciles son practicando sexo, y creo que está muy bien reflejada esa contradicción entre la pureza de esos momentos, que a la vez resultan oscuros, me parece muy valiente. Sin duda, creo que el público se puede sentir incómodo en algunos momentos, porque en ocasiones sigue siendo tabú hablar de ese virus que se transmite sexualmente, pero es algo que había que mostrar.
«Nada me gusta más que hablar de lo que significa para mí ser gay y de otras personas queer»
SHANGAY ⇒ ¿Tuviste algún problema rodando las secuencias de sexo?
OLLY ALEXANDER ⇒ Los momentos en que vemos a Ritchie practicando sexo son de enorme felicidad, así que confieso que los disfruté [risas]. Pero no te voy a mentir: es un tema complejo, y hablamos mucho de ello durante el rodaje todo el equipo, para ver cómo nos sentíamos. Todos estuvimos de acuerdo en que la manera en que se muestra en la serie era la correcta.
SHANGAY ⇒ ¿Te enorgullece que dentro del reparto haya tanta representación LGTBIQ?
OLLY ALEXANDER ⇒ Me encanta que sea así. Russell nos dijo que tuvo claro desde el principio que una historia queer debían interpretarla personas queer. Y me encantaría ver más personajes queer y más intérpretes LGTBIQ, creo que todes lo queremos. Sé que esto está abierto a matices, pero yo lo veo así.
SHANGAY ⇒ Ritchie tiene claro en la serie que si saliera públicamente del armario no tendría futuro como actor… ¿Crees que eso sigue pasando?
OLLY ALEXANDER ⇒ Desgraciadamente, sí. Para algunas personas sigue siendo complicado, aunque la serie muestre que hemos evolucionado mucho desde los 80. Yo, personalmente, nunca me he sentido discriminado en castings. Y lo cierto es que no tengo ningún interés en interpretar personajes que no sean gais, así que nunca voy a competir por conseguir el papel de un hombre hetero [risas].
SHANGAY ⇒ ¿No te preocupa el posible encasillamiento al ser todo un referente LGTBIQ?
OLLY ALEXANDER ⇒ En ocasiones resulta un desafío opinar sobre cualquier cuestión relacionada con mi comunidad, pero, a la vez, nada me gusta más que hablar de lo que significa para mí ser gay, de otras personas queer… Me siento afortunado de poder hacerlo y de trabajar en lo que trabajo, así que no veo ninguna pega posible.
SHANGAY ⇒ ¿Qué otros periodos de la historia LGTBIQ te gustaría ver reflejados en la pantalla?
OLLY ALEXANDER ⇒ Cualquiera. Russell lo explica muy bien; tiene claro que el periodo de historia queer que la ficción ha mostrado es mínimo, si pensamos que este mundo tiene millones de historias. Me encantaría ver más historias ambientadas de los 80, con mujeres lesbianas como protagonistas; también de los 70… y del futuro. ¿Cómo será la realidad queer entonces? Me frustra ver grandes superproducciones fantásticas y remakes en donde los personajes LGTBIQ siempre se quedan atrás, y en un segundo plano. ¿No sería maravilloso ver todo un mundo nuevo recreado en el que haya muchísima gente queer? A mí me encantaría [risas].
«Confiaba en la bendición de Pet Shop Boys a mi versión de It’s a Sin, y me la dieron»
SHANGAY ⇒ Resulta llamativa la diversidad racial en el reparto, y es curioso que, por una vez, sean los personajes blancos los que más sufren. ¿Sabes si es algo que quiso mostrar de manera consciente Russell T Davies al escribir la serie?
OLLY ALEXANDER ⇒ Nunca se lo he preguntado, pero es algo en lo que yo también me fijé, y creo que merecía la pena contarlo así. A todo el reparto nos pareció genial.
SHANGAY ⇒ ¿Quisiste marcarte un J.Lo al cantar también el tema principal de la película, tu versión del clásico It’s a Sin de Pet Shop Boys?
OLLY ALEXANDER ⇒ ¡Por supuesto! [risas]. El título provisional de la serie era Boys, y el definitivo se decidió una vez acabó el rodaje. Cuando lo supe, pensé que sería maravilloso grabarla. Como ya había trabajado con Pet Shop Boys, confié en recibir su bendición. Me ha encantado grabarla, y quise que fuese muy distinta a otras versiones que ya existen. Además, parte de los beneficios se destinan al George House Trust, una maravillosa ONG que trabaja con personas que tienen VIH. Y a Pet Shop Boys les gustó la versión, ¡bien!
SHANGAY ⇒ Es inevitable ver la conexión entre lo que cuenta la serie y el momento tan confuso que vivimos, debido a la pandemia del coronavirus. ¿Cómo reaccionaste al ser consciente de ello hace un año?
OLLY ALEXANDER ⇒ Me quedé en shock. Todo esos titulares sobre el virus misterioso, teorías conspiratorias, curas falsas… ¡No daba crédito! Seis meses antes, había dado vida a un personaje que vive algo similar en los 80 debido a otro virus. Y me preocupa ver cómo prevalece la información errónea (o la falta de ella) y el deseo de estigmatizar a otros. Me quedé pasmado al reflexionar sobre las similitudes, y al recordar que tuvieron que pasar décadas para que se encontrara un tratamiento efectivo para las personas con VIH.
SHANGAY ⇒ ¿Consideras que Russell T Davies es un visionario? Porque su manera de mostrar en la serie que el placer puede acabar en muerte ahora nos resulta muy familiar…
OLLY ALEXANDER ⇒ Es un visionario, sin duda. Y si has visto Years and Years, te lo confirma. Es como si pudiera predecir el futuro, no sé cómo lo hace. El mensaje que lanza en esta serie es la importancia de que busquemos felicidad y unión entre todos, es algo que resalta. Y solo espero que podamos tocarnos todos pronto.
IT’S A SIN ESTÁ DISPONIBLE EN HBO