Gayle acaba de hacer una breve parada promocional en Madrid, después de actuar en los MTV EMA y antes de irse disparada a Cannes para estar en los NRJ Music Awards. Puede que aún no le pongas cara, o te sepas su nombre, pero casi seguro que su canción abcdefu la has escuchado.
Se crio cerca de Dallas y hasta hace apenas un año residía en Nashville, pero de repente se convirtió en ciudadana de del mundo, porque apenas para en su casa. Cuando hace un año explotó viralmente abcdefu todo cambió para ella.
Gayle comenzó a componer a los diez años, y a día de hoy toca la guitarra, el bajo y el piano. Recuerda que comenzó a actuar en pequeñas salas poco antes de que explotara la pandemia, y el mundo se le vino encima. «Pensé que quizá se había acabado todo para mí, justo cuando estaba empezando», recuerda. Así que se refugió en su única venta posible al mundo: TikTok. «Posteaba todo los días, con la esperanza de que mi música llegara a la gente».
«Gracias a hacerme viral tengo más libertad para hacer mi música»
Había días mejores y peores, pero no desistió. «Compartí abcdefu muchas veces antes de que, de repente, se hiciera viral». Ya nada volvió a ser igual para ella. Hasta entonces, era su madre la que más escuchaba su música. «Claro, cuando tenía 15 años, y empezó a ver la cantidad de tacos en mis canciones, se sorprendía. Por suerte, un día me dijo: ‘mientras los utilices cuando estén justificados, todo bien«. Ese enorme «fuck you» que es la canción que la ha hecho famosa en todo el mundo lo justificó, porque estaba dirigido a un chico que le había hecho daño.
Ahora se ven mucho menos, porque Gayle no encuentra muchos momentos en los que volver a Nashville. Va de presentación en presentación, de gala en gala, aquí y allá. «Lo voy procesando poco a poco. No quiero quitarle valor al amor que la gente le da a mi canción, pero tampoco quiero que se me dispare el ego debido al éxito que ha tenido«, dice con una capacidad de reflexión poco habitual en una chica de 18 años recién cumplidos que está disfrutando unos niveles de viralidad poco habituales. «Ante todo, estoy agradecida por la libertad que me ha proporcionado hacerme viral a la hora de hacer la música que quiero».
«No tengo ningún interés por ir en plan estrella»
También tiene muy claro que no quiere utilizar las redes sociales «a la antigua usanza», ella cree en las personas y los artistas que se muestran tal cual son. «No tengo ningún interés en mostrarme como si estuviera en un pedestal, ni de ir en plan estrella. La gente quiere ver autenticidad y vulnerabilidad, y yo apuesto por esa actitud. Quiero que quienes me sigan conozcan realmente como soy yo, la persona que hace esa música que les gusta».
Cuenta ya con dos EPs, a study of the music experience Vol. 1 y 2, y no sorprende al escuchar sus canciones que se declare superfán de Julia Michaels, Joan Jett, Alanis Morisette, Joss Stone o Pat Benatar, porque su estilo les debe mucho.
En esos dos lanzamientos ha ido compartiendo su evolución durante sus últimos años como adolescente. «Se me han ido quitado muchas tonterías», dice. «Antes idolatraba a todo el mundo y pensaba que nadie tenía sexo, bebía o se drogaba. Aceptaba que a una mujer se la pudiera sexualizar incluso cuando todavía no practicaba sexo, y tantas otras reglas impuestas que parece que tenemos que aceptar sin cuestionarlas. Ya no es así. Lo que no ha cambiado es que sigo sintiéndome una niña que lucha por conseguir sus sueños, por mucho que alguno se haya hecho realidad ya».
Los dos últimos, de lo más inesperados: un nominación al Grammy a Canción del año por abcdefu y un lugar como telonera de Taylor Swift en su concierto de Nashville dentro del esperadísimo The Eras Tour. Chilla, claro, al nombrarle a la diva pop. «Sigo flotando solo de pensarlo, aún no me lo creo», asegura. Y es que recuerda cómo fue a verla en su Reputation Tour al mismo estadio en donde el año que viene la teloneará. «Estaba en el rincón más alejado, a mis 14 años, y no podía parar de pensar ‘imagínate ser ella, tocar en ese súper escenario, ser su telonera«.
Pues va a suceder, y cuenta que cuando la conoció recientemente no le impuso, le dio la sensación de que eran amigas de toda la vida. «Le dije que para mí era como cerrar un círculo. Y que no podía estar más agradecida por todo el apoyo que le da a cantautoras femeninas emergentes a las que acoge en su gira como teloneras. Porque no tendría necesidad de dar oportunidades a otras artistas pop, pero lo hace».
Tras un año de locura total, lo que sí tiene claro es que debe empezar a medir sus fuerzas, porque incluso con 18 años, la maquinaria del pop te puede agotar en cuanto te descuidas. «Ya me sucedió el año pasado», confiesa. «Me empezaron a surgir un montón de oportunidades de tocar gracias al éxito de abcdefu, después de lo que había supuesto la pandemia, las empecé a aceptar todas; me daba miedo perder cualquier oportunidad. Viajaba constantemente entre Estados Unidos y Europa, y llegó un punto en que me puse malísima, me quedé sin energía«.
Tanto viaje –encima, odia volar– y tanto concierto le pasó factura. «Regresé a casa a descansar, y fue cuando me di cuenta de que todo esto no merece la pena si no eres feliz, no estás sana y no lo disfrutas«.
Ahora ya lo tiene claro: «Aunque no debo dejar pasar oportunidades, porque apenas se me está empezando a conocer, tengo que pensar en mi futuro. Se me olvida en ocasiones que tengo que cuidarme, porque soy una chica dura, pero estoy en ello».