Luna Ki se marca sus propias reglas. Y si en ocasiones desconcierta con sus movimientos, se siente feliz de provocar esa reacción. Impulsiva e hiperactiva, ahora mismo arde en excitación al inaugurar nueva era.
Con muchas ganas de compartir su nueva música y –en cierto modo– su renovada voz, Luna Ki nos abrió las puertas de su céntrica casa para charlar, cantar y ponernos algunas de sus nuevas canciones, que irán viendo la luz progresivamente hasta que su nuevo álbum llegue en 2026.
Nada más entrar, te topas con su disco de oro por Septiembre, y lo primero que te pregunta Luna Ki –de buen rollo– es: «¿Cuándo fue la primera vez que supiste de mí?». La respuesta es evidente: «Con Septiembre» (de 2019). Sonríe encantada. Unos días antes había revolucionado a sus fans al retirar la canción de las plataformas y sustituir su audio por uno random que generó un delirio viral. «Es lo que buscaba», dice. La estrategia funcionó.
Empapeló las calles de Madrid con un QR para generar más ansiedad al comprobar que el tema no se podía escuchar, y ella, feliz porque su deseo de volver a estar en boca de todes funcionaba. Celebrarlo con una merendola con periodistas tenía su aquel. Tiene mucho que contar, y comenzar a hacerlo con medios de más o menos confianza generaba, de pronto, una cercanía que no siempre ha proyectado.
Luna Ki regresa con una actitud más relajada, con menos ganas de potenciar el artificio –aunque en su imagen sea básico– por encima de su música. Por eso ha querido que el primer single del que será su segundo álbum –el primero fue CL34N (2022)– sea No soy diosa («una de las canciones más importantes de mi vida»). Un tema en el que solo está acompañada de un piano, y que nos interpretaría tras habernos tomado unos sándwiches y refrescos –cervezas en mi caso, y con posibilidad de elegir entre varios tipos, encima–.
Ella dirigió los tiempos del encuentro. Primero, preguntar por los ídolos musicales de cada uno de los presentes. Cuando llegó su turno, demostró con evidencias físicas cuáles son los suyos: sacó vinilos y CDs de Lady Gaga, un libro de Freddie Mercury y memorabilia de Michael Jackson. Los artistas que más le han influido, como dejó muy claro.
Con el hielo bien roto, nos trasladamos a la parte del salón donde tiene su piano, aliado imprescindible para ella. Lo primero fue tocarnos No soy diosa. «Quería arrancar esta nueva era con un tema desnudo», explicó. Lo mejor es que indica un cambio importante: ahora su voz tiene una energía y una potencia distintas, especiales. Se nota lo mucho que ha ganado en confianza como intérprete. Muy atrás quedan las polémicas relacionadas con el melodyne y el autotune. «Siempre le estaré agradecida al Benidorm Fest«, dijo sin que nadie lo hubiese mencionado al terminar de cantar su nuevo single.
A partir de ese momento, comenzó a poner canciones –que irá publicando mes a mes– de su próximo álbum. De la salsa al rock de aires argentinos, pasando por el pop electrónico, sorprende la variedad estilística por la que ha apostado. De nuevo, lo que sobresale en todas ellas es su voz, el vehículo que da coherencia y unidad a sus nuevas composiciones. Que fue comentando una a una, compartiendo las circunstancias personales que las han inspirado. «Es que tengo mucho que compartir», dijo. Si algo tiene Luna Ki es que no se calla nada, a estas alturas ha desarrollado un escudo poderoso contra la negatividad que recibe en las redes, y lo único que le importa es dar a conocer su música, y que llegue como sea: «Es lo que tiene ser una artista independiente».
Entre el humo de cigarrillos –en su casa permite fumar–, Luna Ki se fue creciendo y creando una atmósfera cada vez más cautivadora. Eso también lo tiene: sabe cómo controlar su magnetismo para que juegue en todo momento a su favor. Y poco antes de marcharnos –que si por ella hubiese sido, la cosa se habría podido alargar hasta casi la madrugada– dejó caer que lo último que querría es que se la encasillara, en lo profesional y en lo personal. «Hace mucho que me aburrí de las etiquetas, y de satisfacer a quienes necesitan que te autodefinas en todos los sentidos. Soy Luna, sin más«.