Hace unas semanas sorprendió cuando aseguró en Sálvame Deluxe que tenía una enfermedad degenerativa: «Tengo una degeneración que ha acabado en artrosis crónica. Me está afectando tanto que no tengo ganas ni de follar», dijo entonces. Ahora, Mario Vaquerizo nos dice que está ya mucho mejor: «Me encuentro fenomenal, renovado de ánimo», asegura mucho más animado.
«He podido volver al gimnasio después de seis meses, llevo tres semanas. Y vuelvo un poco a hacer lo que quería hacer: madrugar y quedarme con mejor cuerpo del que tengo ahora», asegura riéndose el marido de Alaska, con quien pronto va a cumplir veinte años de relación.
Son uno de los matrimonios más mediáticos y queridos del panorama español. Estuvimos con ellos, en el restaurante Casa Lucio, sede de la Peña Periodística Cuarto Poder, charlando de todo. Hasta nos atrevimos a preguntarles sobre lo qué van a hacer con su legado cuando ellos no estén, pues no tienen hijos.
Los dos lo tienen muy claro: «No queremos que se haga ni una fundación ni nada. Nuestras cosas son nuestras cosas y nos gustan mucho. Queremos que se las repartan nuestros amigos. Yo he nombrado ya hasta a una albacea, que es Marta [Vaquerizo]», nos dice riendo Mario.
Alaska, por su parte, asegura: «¡Ella nos dice que menuda faena le hemos hecho! A mí es que me gustó mucho lo que hizo el marido de Saint Laurent, que hizo una subasta, aunque el Warhol se lo quedó él y no lo subastó [risas]. Pero su filosofía era que juntos habían disfrutado mucho comprando todo en las subastas de todo el mundo, y querían que la gente volviera a disfrutar con ello. Creo que los objetos se tienen que mover. Además lo nuestro no es que sean cosas de valor, sino cosas más bien sentimentales».
En ese momento interviene Mario: «Tenemos un testamento hecho, algo que es de sentido común. Para evitar un marrón a la gente que se quede. Por supuesto que tenemos separación de bienes. Yo tengo cosas que a mí me importan mucho, pero que entiendo que no tienen ningún valor. Además, los cuadros de Las Costus no se los voy a dar a un museo. Yo soy más de que los disfrute la gente que quiero. Tengo miedo que alguna loca, como en el Louvre, tire un huevo ahí. Yo soy de los que quiero que cuando me muera me hagáis un gran funeral, que lloréis constantemente, y lo digo en serio», nos dice riendo.
Alaska y Mario están en plena temporada de conciertos. Ella junto a Fangoria, con su último disco, Extrapolaciones y dos preguntas, y él con Nancys Rubias. La isla canaria de La Palma es uno de los puntos de la gira de Alaska, en concreto el 20 de julio en el macro concierto que tendrá lugar para clausurar Isla Bonita Love Festival, uno de los eventos LGTBI más destacados del panorama nacional.