Tras la conmoción por el asesinato de la activista LGTB Yelena Grigorieva, comienzan a saberse pistas sobre el crimen. La policía rusa ha detenido en San Petersburgo a un sospechoso del asesinato.
El detenido es un ciudadano de Kirguistán de 38 años. Según el Comité de Instrucción, mató a la activista en un altercado personal cuando se encontraba bajo los efectos del alcohol. «La investigación tiene pruebas que corroboran que el asesinato se produjo durante un conflicto personal entre personas que se conocían de antes», aseguran desde esta entidad.
El cuerpo de Grigorieva fue encontrado a escasos metros de su casa con diversas heridas de arma blanca. A su vez, la policía rusa admitió que la activista había presentado múltiples denuncias por amenazas. Sin embargo, declararon que todas las denuncias fueron tramitadas legalmente y ninguna inducía a la violencia. A raíz del asesinato de Grigorieva han sido muchas las manifestaciones por los derechos LGTBI que han tenido lugar en San Petersburgo.
Grigorieva era una luchadora. No solo había denunciado la constante persecución de personas LGTBI en Rusia, sino que también luchó con la oposición democrática. La víctima también había pedido la liberación de los» presos políticos» ucranianos.
Por otra parte, el Gobierno alemán envió un mandamiento judicial a las autoridades rusas para que aclararan asesinato de la activista LGBT, la cual definen como «luchadora por los derechos del colectivo LGTB».