Son únicos. E inconfundibles. La Cubana ha vuelto a Madrid después de cinco años, y lo han hecho como solo ellos saben: liándola parda en el centro de Madrid. Justo frente al Teatro Calderón, que es donde el próximo miércoles 9 de octubre estrenan Adiós Arturo, su nuevo espectáculo.
Para ello, tomaron –literalmente– la plaza de Jacinto Benavente y la llenaron de loros gigantes. ¿Por qué? porque Ernesto es el loro que acompañó a Arturo durante 43 años de su vida. Y Ernesto es el verdadero protagonista de la función. Pero, ¿quién es Arturo, el personaje que da título a la obra?
Arturo Cirera Mompou era muy conocido en Madrid, ciudad en la que nació en 1918, y uno de los personajes más importantes de las artes y de la cultura mundial. La crítica llegó a calificarlo como el artista multidisciplinar que más ha aportado al desarrollo de la cultura de Europa después de la Segunda Guerra Mundial. Era como un hombre del Renacimiento, que tocaba todos los palos artísticos. Pero, ¿de qué va Adiós Arturo, la nueva comedia musical de La Cubana?
Se lo preguntamos a Jordi Milán, director de la compañía y autor de la obra: “La Cubana lleva ya cuarenta años haciendo teatro casual, cotidiano. Llevamos al teatro lo que hacemos en nuestra vida y que pasa inadvertido. En este caso se trata de un funeral. Cuando vamos a un velatorio se usan siempre frases hechas. Y si no se dicen, pues parece que no se ha dado el pésame a la familia del difunto. Nos repetimos más que un loro. Este es un espectáculo loco, con diez actores que dan vida a más de cuarenta personajes. Un disparate. El funeral de un hombre que era ateo de convicción, soltero, con unas muy claras ideas liberales y que no tuvo descendencia. Curiosamente, nació y vivió aquí, muy cerca del Calderón. Un teatro que se inauguró en 1917, un año antes de que Arturo naciera. Para esta obra, es decir para venir a este funeral, pedimos que la gente venga con colores chillones, a pasarlo bien. Es un show de La Cubana al cien por cien”.
El loro Ernesto es el protagonista de la obra Adiós, Arturo, la nueva obra de La Cubana que se estrena en el teatro Calderón de Madrid tras hacer gira por toda España. [Fotos de la rueda de prensa: Josema Mateos]
La Cubana es una compañía que tiene una estrecha relación con Madrid: “Hacía cinco años que no veníamos y ya teníamos ganas. Siempre estrenamos en Barcelona y luego venimos a Madrid tras la gira. Ahora hemos hecho al revés. Estrenamos en Valencia en mayo de 2018, hicimos gira, venimos a Madrid… y terminaremos en Barcelona para hacer la temporada 20/21. Llevamos ya 337 funciones y más de 200.000 espectadores. Y sí, teníamos ganas de volver a Madrid, pues con Gente bien, nuestra última función, solo hicimos temporada en Barcelona, porque era una obra muy local que no se podía traducir”, nos dice Jordi.
Su vinculación a la capital viene de lejos: “Hay que recordar que nosotros fuimos los primeros en hacer teatro en la Gran Vía. Cuando el Lope de Vega aún era cine, estrenamos Cegada de amor en la temporada 95/96. Luego ya, años más tarde, fue cuando Luis Ramírez lo cogió y lo reformó para El hombre de La Mancha. No es por presumir, pero al césar lo que es del césar… Cumplimos 40 años como compañía en 2020, pues nacimos en Sitges en 1980, y tenemos muchas historias que contar. Nos han visto más de cuatro millones de espectadores, hemos inaugurado teatros, como el Lope de Madrid, pero también el Coliseum o el Tívoli en Barcelona. Y todo ello con muy poco apoyo institucional”, asegura el director.
Ahora vuelven a Madrid con Adiós Arturo, una nueva y disparatada comedia musical que promete muchas cosas. Sobre todo, muchas risas.
Un funeral... lleno de plumas y de color
[Fotos escenario: Jordi Pla]
Los de La Cubana lo tienen muy claro: Adiós Arturo es un funeral, sí. Pero lleno de color. Por ello piden a los espectadores que vayan con ropa llamativa y que escapen del negro.
La Cubana es una compañía catalana que en 2020 cumplirá 40 años, y que puede presumir de una cosa que no todo el mundo puede decir: de dos décadas llenando teatros y, sobre todo, haciéndolo de forma fiel a su estética. La misma que tenía cuando este grupo de teatro alternativo se fundó en Sitges en 1980.
Pues eso, ¡a pasarlo bien!