La discriminación hacia el colectivo homosexual no solo viene de fuera, sino también ocurre dentro del propio grupo LGTB. Los hombres ‘masculinos’ están de moda… y la ‘plumofobia’ también.
La búsqueda del sexo se ha convertido en algo muy mecánico con las nuevas aplicaciones, en las que ya se busca un prototipo muy concreto y, si no se corresponde con lo que buscas, la solución es tan sencilla como deslizar… Son prácticamente objetos que deben cumplir unos requisitos. El sexo es un simple juego, un acto mecánico, y los cuerpos, cosas.
El trabajador social y cofundador de la ONG Imagina Más, Iván Zaro, contaba en una entrevista para El Mundo: “Imagina tener hambre, abrir la nevera y encontrar lo que más te apetece comer”.
Las castas sexuales existen: “Piden y exigen rollo hetero o se etiquetan como masculinos y demandan lo mismo”, decía Zaro en la entrevista.
Buscan cuerpos musculados, peludos, con facciones duras y miradas distantes, explicaba el especialista en la atención a la comunidad LGTBI sobre el modelo de masculinidad hegemónica.
Hablamos de la homonormatividad personificada, tal y como lo contaban en el medio: hombre blanco, musculado y con barba. Homofobia a la carta. Ser gay sin que lo parezca…