Miguel Ángel Silvestre: "La peor prisión es la que nos creamos nosotros mismos en la cabeza"

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Después de tres años de periplo internacional, el actor Miguel Ángel Silvestre regresa a nuestra televisión por la puerta grande con un importante reto: interpretar a Pablo Ibar –que ha pasado 25 de sus 47 años en prisión en EE UU– en el biopic en forma de serie En el corredor de la muerte, dirigido por Carlos Marqués-Marcet para Movistar+.

“Siempre estaré agradecido por el apoyo de Shangay, nunca voy a olvidar que me disteis mi primera portada”. Es algo que Miguel Ángel Silvestre recuerda siempre que nos reencontramos, y que nos vuelve a decir cuando nos sentamos a hablar de su más reciente proyecto estrenado, la miniserie En el corredor de la muerte. “A mí esas cosas nunca se me olvidan”, dice. “La fama, el éxito o la repercusión mediática no cambian lo que has vivido antes, ni borran las cosas bonitas que has experimentado”. Y tiene muchos de esos recuerdos bien vivos. “Como cuando llegué desde Benicàssim con mi coche. Entré por Atocha y pensé: ‘Guau, vengo a estudiar interpretación a la capital de España”.

Ha llovido mucho desde entonces, y llega el momento de ver a este jugador de tenis frustrado (“llegué a estar muy deprimido a los 19 años”), que consiguió ser el actor que soñó –tras estudiar también fisioterapia–, en un personaje muy distinto a los que nos tiene acostumbrado. Porque interpretar a Pablo Ibar ha supuesto para él un reto importante. Y como tal lo ha disfrutado. “El tenis me dio mucha disciplina. Y cuando se me metió en la cabeza que quería ser actor, la empecé a utilizar a fuego”. Hasta hoy.

Tras un largo casting –en que su disciplina resultó clave–, Miguel Ángel Silvestre se hizo con el papel de Pablo Ibar en la serie En el corredor de la muerte, que ha dirigido Carlos Marqués-Marcet, cuando la historia de Ibar continúa siendo un tema de plena actualidad. Condenado por un triple asesinato en Florida a pesar de la escasez de pruebas contra él, está encarcelado desde hace 25 años, 16 de los cuales los ha pasado en el corredor de la muerte.

En mayo de este año, logró evitar la pena capital, y continúa cumpliendo cadena perpetua. Un escalofriante caso que ha movilizado a mucha gente, incluido el equipo responsable de la serie, a mostrar su condena pública hacia la pena de muerte y hacia un juicio a todas luces injusto, dadas las irregularidades en torno a él. Una importante aventura interpretativa para Miguel Ángel Silvestre, que muestra un perfil hasta ahora inédito como intérprete.

SHANGAY ⇒ ¿Cómo ves tu carrera de actor hasta ahora?
MIGUEL ÁNGEL SILVESTRE ⇒ Me está sorprendiendo mucho. Mi madre muchas veces me dice: “Si cuando empezabas te hubieran dicho que ibas a trabajar con Almodóvar o con las hermanas Wachowski o con Álex de la Iglesia…”. Es cierto, y me he sentido igual al tener la oportunidad de interpretar a Pablo Ibar, algo que nunca habría podido imaginar que pasaría.

SHANGAY ⇒ ¿Cómo ha sido interpretar a alguien que está vivo y que casi podemos considerar un mártir?
MIGUEL ÁNGEL SILVESTRE ⇒ Es así, sí… Quise conocerle personalmente, justo en pleno juicio, pero no pudo ser. Entonces empecé a preparar un cuestionario con mi madre para hacerle a su familia cuando me viera con ellos: para su padre, su mujer, su hermano… Al final, fue mi propia madre la que en un momento dado me dijo que quizá era muy osado intentar hablar con ellos cuando Pablo estaba siendo juzgado. Así que decidí que lo mejor era tirar de todo el material que hay en Internet, donde también hay muchos vídeos suyos.

SHANGAY ⇒ ¿Qué sensación te produjo interpretar a alguien que está privado de libertad?
MIGUEL ÁNGEL SILVESTRE ⇒ La celda en que he rodado tenía tres paredes; la cuarta era el lugar que ocupaban el cámara y el director de fotografía, entre otros. Yo solo recibía cariño, ánimo y mucha complicidad de ellos, el impulso era muy positivo. Así que nunca podré decir qué se siente al estar en una celda; no puedo llegar a imaginarme el horror que debe ser verte encerrado entre cuatro hostiles paredes, en las que solo recibes odio y generas rabia.

He tenido la posibilidad de trabajar con un grandísimo equipo, y ellos eran los que creaban ese ambiente oclusivo y asfixiante que yo necesitaba para interpretar… Era muy bonito ver que todos estábamos trabajando en la misma dirección, defendiendo la inocencia de Pablo Ibar y posicionándonos firmemente en contra de la pena de muerte.

“Ha sido bonito ver que todo el equipo trabajaba en la misma dirección, defendiendo la inocencia de Pablo Ibar y posicionándonos en contra de la pena de muerte”

SHANGAY ⇒ ¿Alguna vez te has sentido preso o privado de libertad por algún motivo?
MIGUEL ÁNGEL SILVESTRE ⇒ Al concepto de libertad le he dado muchas vueltas durante todo el rodaje, era inevitable. Para mí, la peor prisión es la que nos creamos nosotros mismos en la cabeza, con todos esos demonios que nos impiden respirar, sentirnos libres y disfrutar de la espontaneidad en cada momento. Todos pasamos en algún momento por ello.

SHANGAY ⇒ ¿Eres tan espontáneo como aparentas?
MIGUEL ÁNGEL SILVESTRE ⇒ Depende del momento. Cuando hacemos trabajos artísticos como, por ejemplo, una sesión de fotos con vosotros, a los que considero amigos, esos demonios se te olvidan.

SHANGAY ⇒ ¿Y esos demonios te atormentan mucho? Damos por hecho que alguien con una vida como la tuya tiene pocos momentos para bajones…
MIGUEL ÁNGEL SILVESTRE ⇒ Pues sí, me atormentan bastante a menudo. Cuando veo a un amigo que lo está pasando mal siempre le digo: “Muy pronto llega la primavera”. Me lo intento decir a mí cuando estoy en un momento complicado, pero no me funciona.

Tengo la suerte de tener un gran referente en casa, porque mi madre es una mujer que tiende a la felicidad, a alegrarse con pequeñas cosas. Le digo de ir a dar un paseo por la playa, o de tomar un café por la mañana viendo vídeos de YouTube, y se le ilumina la cara. Algo se me habrá pegado de tener siempre al lado a una mujer feliz.

“Seguir trabajando como actor lo considero un honor”

SHANGAY ⇒ ¿Estás contento de volver a vivir en España?
MIGUEL ÁNGEL SILVESTRE ⇒ Sí, porque echaba mucho de menos a mi familia, y después de la muerte de mi padre [el pasado diciembre], todavía más. Tuve la suerte de que la vida me puso delante dos proyectos aquí que quería hacer a toda costa, En el corredor de la muerte y 30 monedas, la serie que estoy rodando con Álex de la Iglesia, en la que Álex está poniendo lo mejor de él.

SHANGAY ⇒ La televisión te ha dado hasta el momento las mejores oportunidades de tu carrera. ¿Por qué te mima tanto el medio?
MIGUEL ÁNGEL SILVESTRE ⇒ He tenido mucha suerte, gracias a proyectos que han sido muy bien recibidos por la audiencia. Siempre es una lotería, y cuando las cosas funcionan, lo mejor es que sabes que te va a salir más trabajo. El hecho de seguir trabajando ahora como actor lo considero un honor.

SHANGAY ⇒ ¿Por?
MIGUEL ÁNGEL SILVESTRE ⇒ Porque es una profesión muy complicada, en la que todos somos prescindibles. Y muchas de las carambolas que me han beneficiado se han producido de milagro, así que me doy con un canto en los dientes.

SHANGAY ⇒ En el corredor de la muerte habla de la libertad y de lo que sucede cuando te privan de ella, y es curioso que vinieras de Sense8, toda una celebración de la libertad y la diversidad…
MIGUEL ÁNGEL SILVESTRE ⇒ Tenía muchas ganas de un proyecto así, y tuve claro desde el principio que si iba a interpretar a un personaje homosexual tenía que ser tratado desde el respeto y la admiración que merecía. Las hermanas Wachowski tienen una mirada muy hermosa a la hora de celebrar la autenticidad, y un compromiso muy férreo hacia lo que son ellas y lo que fue una minoría que ya no lo es tanto.

Desde el principio del rodaje le decía a algunos amigos americanos que debían venir a Madrid para ver cómo se celebra el Orgullo, porque la cabalgata la llevo viviendo desde vuestra carroza desde hace años, y este repetí. Somos muchos los de mi generación que vemos como a héroes a quienes se han posicionado con su autenticidad frente al sistema y sus vicisitudes, celebrando cómo son con orgullo.

El deseo y el amor son tan puros como una fuerza de la naturaleza, ya sea la lluvia o la corriente del mar, capaz de arrastrarlo todo, por encima de cualquier raíz anclada por el sistema. Nadie debería osar a cuestionar el amor entre dos hombres, mujeres o cualquier miembro del colectivo LGTB. Sería como juzgar la fuerza de la naturaleza, sincera y pura.

SHANGAY ⇒ Las escenas de sexo que protagonizaste en Sense8 fueron muy celebradas. ¿Cómo viviste ese interés que despertaban?
MIGUEL ÁNGEL SILVESTRE ⇒ Muy halagado. Tengo una tía lesbiana que me dio una educación muy bonita, ella fue quien me descubrió a Lorca y todos los pasadizos que hay en sus textos. Cuando decidí interpretar a Lito Rodríguez, una parte de mí estaba honrando todo lo que me enseñó. Fue una manera de guiñarle un ojo.

“Es inevitable que cuando ves en la pantalla a alguien que te gusta pienses: ‘Qué ganas de quitarle la ropa”

SHANGAY ⇒ ¿Disfrutas más compartiendo tu vena exhibicionista en Instagram que en tus trabajos?
MIGUEL ÁNGEL SILVESTRE ⇒ Nunca le he puesto límites a ningún director en ese sentido. De hecho, a Lana Wachowski le dije cuando empezamos a trabajar juntos: “Creo en el proyecto, creo en la causa y en el mensaje de la serie, así que me puedes pedir lo que quieras”. Y enseguida me dijo: “Ponte ahí y besa a Poncho [Alfonso Herrera] como dios manda”… Y lo hice encantado [risas]. El desnudo me resulta muy natural. Y en Sense8 estábamos a menudo desnudos, y me resultaba todo muy placentero… Me dan mucho más pudor otros tipo de escenas.

SHANGAY ⇒ ¿Por qué nos siguen provocando tanto morbo las escenas de desnudos?
MIGUEL ÁNGEL SILVESTRE ⇒ Porque nos atrae lo que no podemos ver, a lo que no podemos acceder, lo prohibido. Es inevitable que cuando ves en la pantalla a alguien que te gusta pienses: “Qué ganas de quitarle la ropa” [risas].

SHANGAY ⇒ ¿Cómo viviste coprotagonizar con Jennifer Lopez el vídeo de El anillo?
MIGUEL ÁNGEL SILVESTRE ⇒ Tenía muchos pósters de ella en mi habitación de pequeño, me volvía loco. Cuando dijo que quería hacerlo conmigo fue como un sueño hecho realidad. Recuerdo que lo primero que grabamos fue el final, cuando le doy el anillo, y el director quiso que no nos conociéramos hasta hacer ese plano. Yo, que no veo bien de lejos, cuanto más me acercaba a ella iba pensando: “Hostia, ¡qué guapa es!”. Cuando la tuve delante, de los nervios, me entró la risa… y tuvimos que repetir la toma.

SHANGAY ⇒ ¿Te siguen impresionando las grandes estrellas cuando las conoces?
MIGUEL ÁNGEL SILVESTRE ⇒ No soy muy mitómano, pero semejante belleza le impresiona a cualquiera.

SHANGAY ⇒ Y Pedro Almodóvar, ¿te impresionó la primera vez que lo tuviste enfrente?
MIGUEL ÁNGEL SILVESTRE ⇒ Sí, claro. Era como: “Tienes a Almodóvar delante, compórtate” [risas]. Cuando le conoces bien y te das cuenta de lo adorable que es, de lo que te entran ganas es de ser tú. Aquella experiencia [trabajó en Los amantes pasajeros] fue maravillosa; es una persona a la que quiero y admiro mucho. Me ha hecho mucho bien. Le gustan el fallo y la espontaneidad, y lo poco que trabajé con él fue una experiencia muy rica a nivel artístico.

Una vez le dijo a [José Luis] Alcaine [el director de fotografía]: “Quiero que le hagas un perfil como de Cocteau”. Y yo llegaba a casa y estudiaba quién era Cocteau y su obra… Detrás de cada plano suyo hay un universo. Ahora estoy alucinando también con la capacidad visual de Álex de la Iglesia. Es una de las partes más bonitas de mi trabajo, la de poder rodearte de gente con tanto talento.

SHANGAY ⇒ No tienes reparo en confesar que cuando hay referencias que no conoces, vas a estudiarlas después…
MIGUEL ÁNGEL SILVESTRE ⇒ Reparo ninguno, es una suerte aprender de gente así. Más yo, que suelo tener poca certeza respecto a las cosas que hago, y me suelen surgir interrogantes en el trabajo todo el rato.

SHANGAY ⇒ ¿Qué series has disfrutado últimamente?
MIGUEL ÁNGEL SILVESTRE ⇒ London Spy me voló la cabeza. Y una película que me ha impresionado recientemente ha sido Sauvage.

SHANGAY ⇒ Habéis grabado un capítulo especial de Velvet en el que volvéis todo el reparto original de la serie. ¿No te daba pereza volver al pasado, a una etapa que ya tienes cerradísima?
MIGUEL ÁNGEL SILVESTRE ⇒ Estoy tan agradecido a [la productora] Bambú [también responsable de En el corredor de la muerte] que haría lo que me pidieran. El capítulo remata muy bien la historia para los fans, que les enternecerá.

SHANGAY ⇒ A estas alturas haces ya de galán con los ojos cerrados…
MIGUEL ÁNGEL SILVESTRE ⇒ Creo que se me da mejor hacer de Lito Rodríguez, porque me parezco más a él.

SHANGAY ⇒ ¿Piensas mucho en la muerte, que planea sobre tu última serie en todo momento?
MIGUEL ÁNGEL SILVESTRE ⇒ A raíz de la muerte de mi padre, sí. ¿Qué conclusión he extraído? Que hay que vivir al máximo y que no debemos ahorrar, sino comprar tiempo. Y el tiempo se compra trabajando menos, dentro de lo que se pueda, y pasando más tiempo con la gente que quieres.

En una época de mi vida, el trabajo era lo primero; ahora lo son mi familia y mis amigos. Si antes tenía quince días libres me iba a Londres o a Los Ángeles a hacer un curso de interpretación; ahora, si los tengo, me voy con los amigos de fiesta a Ibiza, o a ver a mi madre y a mis sobrinos a Benicàssim. Las prioridades han cambiado.